Repsol actualiza su identidad visual: evolución simbólica para una marca multienergética
La energética española renueva su logotipo, tipografía y cromatismo con un rediseño a cargo de Saffron, Picnic y su equipo interno. El nuevo diseño ya se despliega en estaciones de servicio, oficinas y canales digitales, en una transformación que va más allá de lo estético.
Repsol ha presentado una nueva identidad visual, y aunque a primera vista el cambio pueda parecer contenido, lo cierto es que forma parte de una operación mucho más amplia: alinear su imagen con su transición hacia un modelo energético más diversificado. La compañía, que hoy combina hidrocarburos, renovables, movilidad eléctrica y servicios digitales, busca proyectar esa transformación a través de una evolución gráfica sutil, pero cargada de intención.
La nueva imagen, firmada por la consultora de branding Saffron junto al estudio Picnic y el equipo interno de Repsol, conserva la reconocible silueta del símbolo solar —un gesto clave para no romper con su potente legado visual—, pero le incorpora volumen, fluidez y un nuevo degradado cromático que va del naranja al magenta. El logotipo abandona las mayúsculas y adopta una tipografía exclusiva, Sole Repsol (diseñada por Dalton Maag), en minúscula y con formas más suaves. Por primera vez en su historia, la marca también incluye una identidad sonora, que se escuchará en estaciones de servicio al cargar un coche eléctrico o descolgar la manguera de un surtidor.
La actualización no es solo estética. Según explica la propia compañía, el objetivo es reflejar “una estrategia multienergética, con soluciones adaptadas a cada necesidad”. El despliegue ya ha comenzado en estaciones de servicio de Madrid, Lisboa, Bilbao y Cáceres, y se extenderá a más de 100 estaciones, 600 puntos de recarga y 100 oficinas multienergía a lo largo de este año.
Un legado visual construido en décadas
La evolución gráfica de Repsol no parte de cero. De hecho, es una de las identidades corporativas más reconocidas del tejido empresarial español. Su origen se remonta a 1987, cuando la recién constituida compañía encargó a la consultora británica Wolff Olins la creación de un símbolo moderno que condensara su vocación tecnológica e industrial. El resultado fue el icónico sol tricolor compuesto por franjas curvas en blanco, naranja y rojo, que acompañó a Repsol durante más de una década.
En 1997, coincidiendo con la finalización de su proceso de privatización, la marca fue revisada por José María Cruz Novillo, quien mantuvo la estructura básica del símbolo, pero la depuró formalmente: redujo el grosor de las bandas, introdujo líneas más limpias y reforzó la geometría. Desde entonces, se han producido otras adaptaciones más sutiles, como las acometidas por Interbrand en 2012 y 2020, pero sin alterar los fundamentos gráficos originales.
La nueva identidad de 2025 es, por tanto, una continuidad consciente. No busca reinventar la marca, sino traducir su historia al lenguaje visual contemporáneo.
“No es una nueva marca, es una evolución”
Uno de los análisis más interesantes sobre el proceso ha sido publicado por el experto en branding Fernando de Córdoba, que asistió a la presentación interna del rediseño. En su cuenta de Instagram, explica que el proyecto se ha abordado “con ambición, pero también con realismo”, y que desde el principio se descartó la opción de cambiar el nombre o hacer una ruptura radical. “Han insistido mucho en que no es una nueva marca, sino una evolución de la actual. Incluso el degradado ya estaba presente en versiones anteriores”, escribe.
Entre las claves que destaca está la intención de simplificar la arquitectura de marca: muchos servicios con nombres propios pasarán a integrarse bajo el paraguas único de Repsol. También apunta que la mayoría de aplicaciones se han diseñado sobre fondo blanco o blanco roto —que la compañía denomina ‘marfil’— y que, pese a todo, sorprende ver algunos rótulos todavía en azul oscuro.
La nueva identidad sonora es otro punto novedoso. Al igual que otras grandes marcas que han comenzado a explorar el territorio del sonido como parte del reconocimiento de marca —caso de Mastercard o Netflix—, Repsol incorpora un audiologo que se integrará en la experiencia física en estaciones y dispositivos.
Una marca que no solo se rediseña, se reconfigura
El rediseño viene acompañado del claim “Con toda la Energía”, una frase que Repsol utiliza para transmitir su visión actual: la energía es diversa y debe adaptarse a cada persona, a cada hogar, a cada forma de moverse. La compañía subraya que no apuesta solo por las renovables o la electricidad, sino por una combinación flexible de fuentes energéticas. Este posicionamiento se desmarca del discurso monocorde que muchas eléctricas han adoptado y refuerza su narrativa como marca multienergética.
Además del cambio visual, Repsol plantea una remodelación de la experiencia de servicio. Habrá tres niveles de estaciones, desde las más sencillas hasta las que incorporarán zonas de restauración, recogida de paquetes y otros servicios comerciales. Algunas contarán incluso con un “hito anunciador icónico, casi artístico”, cuya forma todavía no se ha revelado.
En paralelo, se ha lanzado una campaña publicitaria en televisión, medios digitales y exteriores —como la lona colocada en Avenida de América en Madrid— para dar visibilidad a este nuevo capítulo de la marca.
El valor de cambiar sin romper
En un contexto en el que muchas marcas optan por rediseños espectaculares para subrayar una transformación, Repsol escoge el camino de la continuidad. Y lo hace con buen criterio: su identidad está ya profundamente anclada en la percepción pública, con una fuerte presencia visual que no necesita gritar para ser reconocida.
Como ocurre con los rediseños más inteligentes, este no busca epatar, sino consolidar un discurso, preparar el terreno para una marca más ágil, más coherente y más adaptable a nuevos escenarios. Se trata de un cambio estructural tanto como estético, de una puesta a punto más que de un cambio de cara. Y, en ese sentido, es probablemente uno de los proyectos de rediseño más sólidos que ha vivido el sector energético español en la última década.
Actualizado 18/06/2025
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