Arte Mapache realizó el cartel por 5.000€ y utilizó una tipografía sin licencia y unas fotografías sin derechos de autor. El caso ha despertado una gran polémica en Twitter y ha abierto un nuevo debate en torno a la adjudicación de encargos públicos.

El Ministerio de Igualdad y el Instituto de la Mujer vuelven a estar en el centro de la polémica por una de sus campañas. Esta vez, el protagonista es un cartel que, bajo el título «El verano también es nuestro», tiene el objetivo de luchar contra los estereotipos y la violencia estética presente en la sociedad. Según ha asegurado Toni Morillas, directora del Instituto de la Mujer, con esta iniciativa buscan fomentar «un verano para todas, sin estereotipos y sin violencia estética contra nuestros cuerpos».
En el cartel se pueden ver a cinco mujeres de distintas razas en una playa, con diferentes tallas y con edades muy dispares. Para explicar la campaña, la Ministra de Igualdad Irene Montero ha explicado que «todos los cuerpos son válidos y tenemos derecho a disfrutar de la vida como somos, sin culpa ni vergüenza. El verano es para todas».
Tras el lanzamiento de la campaña, las críticas a la Ministra no tardaron en llegar a través de las redes sociales hasta el punto de que el irónico hastag «#GraciasIrene» se convirtió en trending topic. Pero la polémica se ha acentuado todavía más cuando ayer se desvelaba que, para realizar la campaña, se habían utilizado una tipografía sin licencia y unas fotografías sin derechos.
La polémica en torno al cartel Ministerio de Igualdad se ha acentuado más todavía cuando ayer se desvelaba que para realizar la campaña se habían utilizado una tipografía sin licencia y unas fotografías sin derechos.
imágenes y tipografía sin licencia
«El Gobierno español ha utilizado mi imagen sin permiso», afirmaba en su Instagram Nyome Nicholas-Williams, una reconocida modelo del sector de tallas grandes. El mensaje cayó como una bomba en el Ministerio de Igualdad, que todavía se encontraba achicando agua por las diferentes críticas que había recibido la campaña en redes.
Nicholas-Williams ha acusado de «muy irrespetuoso» al gobierno español y ha llegado a insinuar que se trata de un acto racista: «Es solo un recordatorio de que, como mujer negra, mi cuerpo todavía sigue vigilado y, como mujeres en general, nuestros cuerpos aún no son nuestros».
El primero en dar explicaciones ha sido Arte Mapache, el estudio encargado en diseñar el cartel por 5.000€. A través de Twitter ha pedido disculpas a las modelos por haberse inspirado en sus fotografías para la campaña y por haber utilizado una tipografía sin licencia. Además, ha considerado que la mejor forma para paliar los daños causados «que se hayan podido derivar de mi conducta es repartir los beneficios que se derivan de este trabajo a partes iguales entre los protagonistas del cartel y comprando la licencia de la tipografía».
El propio Instituto de la Mujer ha querido agradecer a Arte Mapache su «activismo antigordofobia» tras reconocer su error en la creación del cartel del Ministerio de Igualdad. «Gracias por reconocer el error respecto a la ilustración y estar abierta a escuchar a las mujeres implicadas en la lucha frente a la gordofobia frente al racismo. Seguimos construyendo alianzas para que se reconozcan las violencias estéticas», han asegurado.
La modelo ha afirmado en medios británicos que la ilustradora se había puesto en contacto con ella para ofrecerle la compensación de la que hablábamos anteriormente. Sin embargo, a Nicholas-Williams no le acaba de convencer la cuestión: «Podría haberlo hecho antes. Es comportarse de manera reactiva, no proactiva. Es genial que quiera pagarme ahora, pero lo hace porque siente que se ha metida en problemas».
«Podría haberlo hecho antes. Es comportarse de manera reactiva, no proactiva. Es genial que quiera pagarme ahora, pero lo hace porque siente que se ha metida en problemas»
Nyome Nicholas-Williams
el encargo
También está habiendo un profundo debate sobre el encargo de la campaña. Según se ha hecho eco varios medios a raíz del testimonio de diferentes tuiteros, la campaña ha sido un encargo del Instituto de la Mujer a la empresa The Tab Gang por 84.500€ en referencia a un contrato firmado por The Tab Gang en abril de este año para realizar una campaña de sensibilización contra los estereotipos de género que se basan en los cánones de belleza femeninos. Según explican, esta empresa subcontrató a Arte Mapache por 5.000€ para realizar el cartel.
Sin embargo, esta información ha sido desmentida por The Tab Gang en un tuit en el que asegura que no tienen nada que ver con la campaña: «Respecto a la polémica generada por #ElVeranoEsNuestro del Instituto Mujeres The Tab Gang quiere aclarar que no tiene nada que ver con esta campaña ni con la agencia que la ha hecho. La campaña adjudicada por concurso público a The Tab Gang (TV, gráfica, radio) aún no se ha lanzado».
El medio Vozpópuli ha asegurado que fuentes del Ministerio de Igualdad les han confirmado «que dicho contrato no tiene nada que ver con el cartel realizado por Arte Mapache». También explican que «la campaña de 84.000 euros con The Tab Gang sigue en proceso de desarrollo e incluirá spots en televisión». Por su parte, Arte Mapache ha aclarado que «ha trabajado directamente con el Instituto Mujeres y no me subcontratado The Tab Gang». Por tanto, parece claro que The Tab Gang no tiene ninguna relación con el asunto.
Parece claro que The Tab Gang no tiene ninguna relación con el asunto.
adjudicación de encargos públicos
Esta campaña ha levantado una gran polémica en torno a la adjudicación de encargos públicos. ¿Qué criterios debe seguir el Gobierno para repartir sus encargos? Los métodos que se han llevado a cabo durante los últimos años han sido muchos y variados, pero parece ser que todavía no se ha encontrado el mecanismo idóneo para llevar esto a cabo.
Otra de las grandes polémicas está relacionada con las responsabilidades de la ilegalidad. ¿Es el Ministerio de Igualdad responsable del uso de la tipografía sin licencia y de las imágenes sin derechos? Según asegura Vozpópuli, el gobierno lo tiene claro: «Es un tema de la ilustradora, que está solucionando con la chica que lo ha publicado y es algo que resolverán ellas dos y nada tiene que ver el Ministerio».
¿Y el Ministerio se lava las manos? ¿Qué pasa con el control de los contratos y de las prácticas éticas? ¿Las empresas que trabajan por encargo no tienen que cumplir una serie de normas? ¿Y no hubo ningún tipo de revisión por parte del Ministerio?
A mí con estas iniciativas me surge una duda, y creo que es hilar fino:
¿Hasta qué punto se favorece el no-rechazo y no-juicio a los cuerpos gordos de mujeres, y hasta qué punto se normaliza una complexión insana?
Tengamos en cuenta que alrededor del 50% de muertes prematuras en nuestra población entre los 20-70 años es a causa de enfermedades cardiovasculares, y a éstas las condiciona muchísimo 1) el tabaquismo y 2) la dieta y los hábitos de vida.
No es algo para tomar a la ligera…
La verdad es que para ser un artículo de una revista especializada en Gráfica podríais haber preguntado a algún abogado sobre el uso de la imagen de otra persona (y si ello deriva la necesidad de reclamar derechos o no), sobre la necesidad de que haya un criterio artístico en las administraciones públicas o al menos una comisión de arte, sobre la adecuación o idoneidad de la campaña…
Vamos, algo que no fuese hacerse eco de las polémicas tuiteras y los artículos de otro medio…
Creo que vas a ser tú quien se tenga que informar primero. Hay que explicártelo, ¿verdad? Mira:
No se trata de polémicas, se trata de que el Ministerio de Igualdad y la ilustradora contratada se han saltado varias leyes relacionadas con el derecho de la imagen. Desde el uso de fotografías de personas que no han dado su consentimiento, hasta la modificación de sus cuerpos (tipificadas en algún caso -el de la pierna ortopédica- como vulneración psicológica, que puede ser muy grave tanto para la modelo como económicamente para el pueblo español, que tendría que pagar la sanción con sus impuestos); pasando por el uso de la tipografía sin haberla comprado.
Una pena tener que gastar uno su tiempo en explicar detalladamente a esta clase de listillos.
Supuestamente es una campaña contra la gordofobia pero sólo es a favor de las mujeres.
No hay ni un solo gordo.
Interesante: a esto se le llama «trabajo colaborativo». Yo pongo la tipografía, tú las imágenes. Y 5.000 euros del ala. Adelante chicas, chicos, chiques. Viva el arte.