En todo proyecto profesional de diseño gráfico en el que esté involucrada cualquier tipografía es más que necesario asegurarse de que se tiene el permiso correspondiente para el uso de esta. De otro modo, tanto el diseñador como su cliente pueden encontrarse algunos problemas legales inesperados por violar derechos de autor, aunque se haya hecho por desconocimiento.
Aunque hoy en día el uso de las tipografías esté más extendido que nunca, todavía hay mucho desconocimiento de los aspectos legales relacionados con ellas. Las tipografías, como software creado por un diseñador, necesita una serie de condiciones que aseguren el derecho del tipógrafo a cobrar por su trabajo. De ahí a la creación de las licencias tipográficas.
Tal y como nos contaba Buer Types en el número 5 de la revista Gràffica, Propiedad Intelectual: «La tipografía es un ingrediente clave en una pieza de diseño, acrecentado su calidad y aumenta la eficacia de las palabras. El importe de su adquisición es relativamente modesto. Si el autor así lo ha determinado, lo intuitivo es pagar por su trabajo al igual que los diseñadores esperamos lo mismo para el nuestro».
Tipos de licencias tipográficas
El comprador de la tipografía en realidad está comprando una licencia de uso aceptando las condiciones establecidas por el vendedor. Las licencias tipográficas por tanto son el documento donde se especifican estas condiciones. Estas variarán según el tipo de soporte y según el uso que se le vaya a dar.
Licencia para fuentes de escritorio
En ocasiones, una licencia para fuentes de escritorio le permite al usuario (comprador) instalar una fuente en su ordenador y usarla para diversos proyectos como logotipos, material impreso, señalización, etc. Lo único que debe de tener en cuenta es la cantidad de usuarios que pueden instalar la fuente con la licencia que se ha comprado y si puede usarse para proyectos comerciales. Es habitual que se vendan licencias tipográficas escalables; se pueden comprar más licencias si fuera necesario o incluso actualizar la licencia vigente a una comercial cuando se vaya a lanzar al mercado el diseño en el que se incluye la tipografía. También hay que tener en cuenta que, normalmente, el cliente del diseñador debería tener su propia licencia.
Licencia para fuentes web
El hecho de que una fuente para una web deba integrarse en su código —ubicándose en un servidor y mostrándose en cada visita—, hace que la licencia para fuentes web sea diferente a la licencia de escritorio. De hecho, algunas licencias para fuentes web funcionan por visita y se venden con la condición de que se incruste algún código en la web que le permita al vendedor contabilizar el tráfico. Por tanto, los precios pueden variar según las visitas de la web.
También existen otras licencias para fuentes web que, en vez de tener condiciones de tráfico, tienen límites de tiempo, por ejemplo el precio puede aumentar si se trata de una página web que no vaya a permanecer activa siempre.
En el caso de fuentes web destinadas a espacios publicitarios, existen licencias que permite el uso de las fuentes adquiridas no solo en sitios web individuales restringidos al licenciatario, sino también en las llamadas redes publicitarias. Incluso el usuario podría compartir sus fuentes con proveedores de publicidad para la creación de anuncios. En este caso la licencia se basaría en las impresiones de los anuncios.
Licencia para apps móviles
Una licencia para fuentes web no contempla su uso en aplicaciones móviles, por lo que, si se precisara hacer una versión para app de una web, sería necesario contar también con una licencia para apps. Normalmente, la licencia de fuente es por aplicación siendo su precio variable según el número de usuarios de esta. También es posible que las licencias tengan una limitación de distribución, es decir, un número límite de descargas.
Licencia para publicaciones electrónicas (ePub)
Algo similar ocurre en los formatos de publicaciones electrónicas como libros o revistas digitales (ePub). Sobre todo, hay que tener en cuenta esta licencia para nuevas ediciones. Es más que probable que se deba volver a licenciar la fuente que se ha usado si se actualiza la publicación o se realiza una nueva versión (incluso puede que sea necesario para los siguientes números si se trata de un contenido con una publicación periódica). Cada licencia es válida solo para un título y para la vida operativa completa de ese título. Las condiciones en este caso pueden estar relacionadas con el número de lectores, así como el tiempo.
Licencia de servidor
La licencia de servidor no es de los tipos de licencia de fuentes más habituales, pero tienen también su función. Una licencia de servidor permite la instalación de una fuente en un servidor al que acceden usuarios remotos o visitantes del sitio web pero estos no pueden descargar el archivo de la fuente. Estas licencias se emplean para tipografías que vayan a usarse bajo demanda. Por ejemplo para webs en las que los usuarios de estas puedan escoger una fuente para personalizar tarjetas, camisetas, tazas, entre otros soportes que luego serán impresos. Esta licencia puede tener diversos tipos de condiciones y el tiempo de uso también puede ser un factor limitador. Además, una licencia de servidor cubre un número acordado de núcleos de CPU en los servidores de producción en los que está instalada la fuente.