No trates mal a tus becarios

becarios opinión Víctor Palau1

Hace poco, fue el día del becario en España, y ello es un buen pretexto para hablar de este tema. Imagino que a estas alturas todo el mundo estará al corriente de la polémica que se ha suscitado en España por los abusos que algunos chefs de renombre hacen con los becarios, personas en prácticas o, como ellos los llaman, ‘stagiers’ (aprendices de cocina). Todo empezó con un artículo de El Confidencial en el que un aprendiz de cocinero se quejaba de lo denigrante que era trabajar en una cocina de estrella Michelín. Luego salieron más a confirmarlo y a explicar su experiencia.

Por parte de los cocineros, el que abrió primero la veda fue Jordi Cruz, el popular chef jurado en Master Chef, y al que le ha costado una inspección de trabajo decir que tiene a gente trabajando 14 horas sin cobrar. Pero han hablado muchos más. Este fin de semana pude ver y escuchar a Sergi Arola hablar del tema y la verdad es que cada vez me da más repelús. La mayoría lo defienden, y lo justifican. Incluso les parece buenísimo curtirse en una cocina a base de gritos, presión y humillaciones.

El tema es que en nuestro sector esto también pasa. Yo mismo lo he vivido en agencias y estudios de diseño. Al becario, al de prácticas o incluso al último mono que llega por la puerta se le maltrata en muchas ocasiones. No diré que ahora es la norma, porque las cosas han cambiado mucho en los últimos años, pero ocurre. Y ocurre más de lo que pensamos.

Hay agencias que, si cobraran todos los que allí trabajan, tendrían que cerrar. Otras no pagan por que no les da la gana. Estudios que cobran miles de euros por un trabajo y les dan a sus colaboradores unas migajas. Estudiantes que hacen trabajos de freelance por nada, y que les obligan con falsas esperanzas a trabajar días y noches sin descanso. Agencias repletas de becarios en prácticas sin remunerar, horarios extensivos, proyectos con presupuestos inmensos realizados por aprendices sin cobrar o cobrando muy poco. Y pequeños estudios con ayudantes que en el fondo hacen el trabajo sucio a cambio de aparecer en los créditos (y algunos, ni en los créditos).

En alguna ocasión ya hablé de ello como una forma de abaratar los costes de las empresas y así poder ser competitivos. Si un trabajo lo hace alguien que no cobra puedes bajar el precio hasta donde quieras.

Hay agencias en las que son muchos los que trabajan pero solo unos pocos cobran, normalmente los que menos trabajan. Seguro que tú conoces más de una. Incluso algunas son caladero de la demanda de los aspirantes a creativo; hacen cola para ingresar en sus filas aunque sin cobrar. Quieren poner en su currículum que han estado en tal o cual agencia. Da caché y abre puertas.

Ya lo vimos con S,C,P,F que rizó el rizo, y acabó cobrando por realizar las prácticas como si fuera un máster, algo que ya hace tiempo hacen los abogados y arquitectos de más prestigio. Y S,C,P,F tiene el prestigio para hacerlo. Yo también pagaría por estar en alguna redacción una temporada y aprender de los que más saben.

La verdad es que no me parece mal que haya personas realizando sus prácticas académicas en espacios de trabajo. Es necesario para todos, es bueno para todos. En Gràffica lo hacemos y es una magnífica manera de integrar a personas en el equipo de trabajo, de descubrir talento y que las dos partes ganen. Pero siempre con regulación y pagando por ello, aunque sea poco. Así lo hacemos nosotros y estamos muy orgullosos de la gente que hace sus prácticas con nosotros. Es más: la mayoría de las personas que tienen un contrato fijo empezaron haciendo sus prácticas con nosotros.

El tema no es tanto aprendices sí o aprendices no. El tema es cómo se les trata. Si alguien viene a aprender es para estar en condiciones de hacerlo. Bajo presión, con insultos o menosprecio no aprende, y además si aprende algo es a hacer esto mismo a la siguiente generación. Si eres la referencia en tu sector tienes que serlo en todo. Y no se pueden tener 3 estrellas en la pared y una bodega llena de esclavos.

El trato lo es todo, el negocio es lo segundo. Si un negocio no es rentable no se puede argumentar que sería imposible llevarlo a cabo. A todos nos gustaría tener un montón de cosas y crear un montón de negocios pero no a costa de otras personas. Aún no siendo rentable no es necesario hacer jornadas maratonianos, no cobrar por desarrollar trabajo, incluso alojar a la gente en pisos patera.

En nuestro ámbito no se puede tener a gente motivada, creativa, con ideas frescas si cuando entra por la puerta su vida es un infierno. O cuando sale. Para ser creativo tienes que ser feliz, estar alegre con tu trabajo y entorno. Se pueden tener aprendices en condiciones y que sean un verdadera fuente de creatividad. Si los tratas bien ellos te darán todo lo que tienen. Y eso siempre debe ser recíproco.

Becarios sí, condiciones también.

Imagen de Artem Sapegin (unsplash).
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