El viñetista mexicano Ros publica su nuevo libro, No faltaba más, un recopilatorio de 170 de sus mejores y más representativas viñetas.
Álvaro Fernández Ros, más conocido como Ros, es un viñetista de 55 años que lleva una década creando ilustraciones ingeniosas. A través de sus viñetas nos podemos sumergir en un mundo cómico lleno de perros parlantes, náufragos, cavernícolas, parejas enfadadas y mucho más. Su última publicación es un libro llamado No faltaba más de la editorial Lumen que recoge 170 de sus dibujos. Para ello, ha hecho una selección de sus mejores viñetas, contando con las más representativas y divertidas.
Ros es un artista mexicano que vive en España y publica viñetas en conocidos medios nacionales como El País. Su estilo está influido por los dibujos de Jean-Jaques Sempé, Saul Steinberg y otros viñetistas de The New Yorker. Sus viñetas se alejan de los conflictos políticos que suelen protagonizar muchas ilustraciones actuales. Por el contrario, se centra en escenas que podrían ser cotidianas en muchos casos, aunque en otros cuenta con la presencia de animales parlantes o seres prehistóricos que le añaden una nota de humor. De esta forma, consigue derribar barreras entre países para que sus dibujos puedan entenderse en cualquier parte del mundo, ya que no están sometidos a las circunstancias de ninguno de ellos en particular, según cuenta Ros.
Sus viñetas son un cúmulo de humor, inteligencia y asombro. «Al ser atemporales, las viñetas se podrán leer dentro de 20 años y surtirán el mismo efecto», afirma Ros. Así, busca reunir una serie de viñetas que no tengan fecha de caducidad, que consigan atraer la atención del autor y llamar su interés por mucho tiempo que pase.
En el año 2013 publicó su primer libro, Bajar la guardia. Con perspectiva, el autor mexicano reconoce que su trabajo ha ido cambiando, ahora es más maduro y tiene un mayor dominio del formato. No obstante, asegura que continúa manteniendo su esencia. Sus dibujos se caracterizan por su limpieza, sus frases cortas o incluso mudas. Sin embargo, no necesitan tener texto para transmitirnos emociones.