Cuando Affinity Publisher se lanzó en junio de este año, supimos que no podíamos perderlo la vista.
Producto de la compañía Serif, que anteriormente ha demostrado sus dotes tecnológicas creativas con Affinity Designer y Affinity Photo, prometía apuntar alto dentro del sector de los programas de edición. Para maquetar este último número de la revista Gràffica, Software, hemos decidido utilizarlo. Cerca de ciento cuarenta páginas después, te contamos por qué es una herramienta que necesitas conocer.
Abrir un programa y empezar a trastear con él es siempre divertido y excitante. Descubrir qué hay de nuevo o cuál es la filosofía del mismo resulta también frustrante ya que estamos tan acostumbrados a nuestro recorrido de tareas que volver a empezar resulta tedioso.
En nuestro caso el primer obstáculo a salvar era poder abrir nuestros archivos originales de nuestra maqueta en Affinity Publisher. Publisher abre sin problemas cualquier archivo PDF y en este caso con mucha solvencia. Fuera de algunos errores bastante lógicos, algún estilo de texto o alguna foto seccionada en partes el resto está todo en su sitio y es operativo inmediatamente.
Los PDFs se pueden también colocar en un documento de Publisher como si de un archivo adjunto se tratara, y con un doble click se pueden editar.
Una de las mayores ventajas que ofrece Serif es Studio Link, un sistema que permite acceder a sus tres programas (Affinity Publisher, Affinity Designer y Affinity Photo) desde uno de ellos sin necesidad de salir de él. Editar una foto con todas las posibilidades que tiene Affinity Photo sin salir de Publisher es algo a tener muy en cuenta. Optimiza enormemente los tiempos y, sin duda, supone uno de los puntos fuertes de esta herramienta.
Nos ha llamado mucho la atención los Ajustes de Capa donde poder retocar imágenes: Pasar a blanco y negro, ajustar tonos de color, degradados, efectos de luz… todo lo que se suele hacer en una imagen fuera de los programas de edición pero esta vez dentro. Es muy interesante para dobles páginas donde cada foto tiene un tono, una densidad o un color. Permite ajustarlas con parámetros similares y armonizar la página sin tener que recurrir a abrir todas las fotos y ajustarlas en pantalla.
En cuanto a las tradicionales paletas para gestionar el texto con Affinity Publisher, nos encontramos paletas extensas donde encontrar todo. No hay múltiples paletas para cada parte del texto. Si seleccionas una caja de texto todo está accesible en una sola paleta. Parrafo, caracter, capitulares, justificaciones, tabuladores, estilos… El hecho de que el programa simplifique y reúna varias características en una misma paleta nos ha resultado muy útil, especialmente, porque fomentan aquello realmente primordial y descartan recursos que apenas utilizamos y pueden llegar a resultar molestos. Las paletas de Affinity Publisher son sencillas y básicas, y ahí radica precisamente su importancia.
El programa está lleno de pequeños detalles que nos han gustado mucho, pero lo mejor es la enorme fluidez que destapa el programa.
Todo resulta rápido y sencillo, incluso muy efectista. Las acciones y la modificación de cosas son en tiempo real y resulta muy fluido no tener que aplicar algo y esperar a que se ejecute.
Affinity Publisher, además, incorpora una paleta de historial muy interesante. Estamos acostumbrados a utilizar el famoso «comando zeta» para volver a un punto previo, pero nunca sabemos a ciencia cierta cuantos comandos zeta tenemos que dar para volver al punto que queríamos. Este historial de Publisher nos permite, de un rápido vistazo, saber qué pasos hemos dado anteriormente y dónde nos encontramos en ese momento. Y, lo que es más importante, podemos volver a ese punto exacto que queríamos. Enmendar errores nunca había sido tan fácil con un programa, y podemos confesaros que es una de las herramientas que más nos ha gustado.
El programa tiene cosas curiosas y detalles interesantes, como enviar una página por mail o enviar a redes sociales o también la opción de dictar texto directamente por voz.
Es capaz de exportar a los formatos png, jpg, gif, tiff, psd, pdf, svg, eps, exr, hdr y tga.
La parte más dolorosa es la de romper con las costumbres establecidas y volver a aprender una nueva forma de trabajo y encontrar lo que necesitamos de forma rápida. No somos conscientes de lo grabado que está en nuestra mente el menú de nuestros programas habituales hasta que cambiamos de herramienta. En este caso ha sido sencillo y en un par de días la velocidad de trabajo vuelve a su estado normal.
Como toda primera versión, Affinity Publisher tiene retos que afrontar para ir haciéndose más sólido como programa. Sin embargo, las bases que presenta este software son muy prometedoras. Su enfoque, dirigido al sector creativo profesional, también hace que el programa sea muy fino con sus objetivos, y ofrezca, como hemos comprobado, una experiencia más ágil, fluida, rápida y eficaz en comparación con otros programas de edición. Por todo ello, seguiremos atentos a la evolución de Affinity Publisher y es muy probable que en el futuro sea nuestro programa de cabecera.