El ciclo Forward: se presentó por primera vez fuera de Argentina. Bajo el lema Extender la Herramienta, la muestra inauguró en Espacio de Arte Contemporáneo EAC, Montevideo, Uruguay. Entrevistamos a sus curadores, quienes tienen nuevos planes para este año.
Con curaduría y producción de Ariel Ireneo Chavez, Luisa Tomatti y Mano Leyrado, el ciclo Forward: Arte + Nuevos Medios tiene por objetivo generar un encuentro con la obra de artistas y diseñadores jóvenes argentinos. La actualidad de los nuevos medios y los proyectos a futuro, en palabras de sus curadores.
En Forward: se alejan de la noción tradicional de diseño y se aproximan mucho más a los medios electrónicos y a la producción digital, ¿pueden describir la idea detrás del concepto Extender la Herramienta?
Ariel: la idea de la muestra consiste en mostrar algunos de los recursos tecnológicos que se utilizan hoy en día como herramientas en la creación de obras, pero desde un lado menos evidente, donde también fueran algo más que un medio. En Forward: intentamos llegar a una poética que vaya más allá de la tecnología como protagonista. Esta es la búsqueda que se les propuso a los artistas y diseñadores que participan en Extender la Herramienta. Ir un poco más allá de los usos que venían trabajando. Con algunos fue un trabajo más largo e intenso, otros lo captaron enseguida, o su obra ya abordaba el uso de la tecnología de esta manera.
Luisa: El nombre de la muestra fue una idea que se le ocurrió a Mano Leyrado y da cuenta del proceso que atraviesan las obras. Algunos de los artistas, como programadores o diseñadores, ya venían trabajando con estas tecnologías. Por eso resulta interesante el abordaje que hacen desde el lado estético, a la hora de producir piezas que son instalaciones a ser exhibidas en un museo de arte contemporáneo, con consignas que les plantean justamente este desafío.
En la exhibición hay una variedad de soportes digitales creados por talentos jóvenes argentinos, ¿cómo funciona la curaduría de los distintos artistas de Forward: para esta nueva exhibición?
Luisa: Por lo general, al tratarse de instalaciones, como curadores les proponemos que nos presenten proyectos para determinada sala de exhibición. Parte de nuestro trabajo con Ariel, –y en esta muestra también junto a Mano Leyrado–, es ayudar en la concreción de esos proyectos. En Extender la Herramienta, la idea se fue trabajando con las propuestas, porque el proyecto que se presentó en 2014 al concurso del EAC no se adaptaba del todo a las propuestas de los artistas, así que hubo que ir reformulando todo en conjunto.
Según el texto del curador Mano Leyrado, hoy es posible categorizar las diferentes tensiones que propone la obra electrónica, ¿cuáles son esas tensiones? ¿Definen un nuevo canon?
Mano: Cuando hablo de tensiones no es en un sentido negativo, sino de un juego semántico entre las características y mensajes que conlleva cada obra. Las piezas de Extender La Herramienta funcionan como nodos desde los que se pueden entrelazar variadas técnicas y conceptos. No hay una idea final conceptual como cierre, más que obtener un panorama de las distintas formas en las que puede ser usada la tecnología electrónica para piezas artísticas. La hipótesis está basada en la búsqueda empírica del resultado que extrae el espectador en cuanto a la multiplicidad de opciones en las que pueden aparecer los aparatos electrónicos. Y cómo se relacionan con el mensaje del artista.
En la obra Una y tres lluvias utilizas tecnología del pasado con otros significados de uso, ¿existe en la metáfora de las máquinas análogas y la lluvia un sentido de nostalgia?
Mano: Es interesante el planteo que surge, y siempre son bienvenidas las interpretaciones del espectador. En cuanto a la idea inicial, no hay una relación con lo nostálgico.
El uso que hago de la tecnología obsoleta está más relacionado con el juego de tomar un aparato que fue construido para un fin ahora extinto, por lo que pareciera que ya no sirve para nada, pero el significado, sus procesos, su manera no deja de ser funcional, solo hay que transaladarlo a otro conjunto de relaciones y aún toma más fuerza, porque se construye una identidad propia del aparato.
Por primera vez montan la muestra fuera de Argentina, ¿cómo creen que incide la disposición de las salas del EAC en relación a las obras exhibidas y la reacción del observador?
Ariel: Comenzamos con una obra como la de Cecilia Rosso, Tres círculos en el espacio, donde hay un gran impacto visual y sonoro, en el medio pasamos por diferentes tipos de tecnologías y estéticas aplicadas, donde la forma de la sala permitió una disposición en la que se acompañen pero no se entrelacen las distintas lecturas, que nos llevan luego a la sala de mano, de la que ya hablamos, para terminar con Retrato de una niña sonriendo, de Emmanuel Pidré, que es quizás el que más llevó la herramienta hasta el punto en que se hace totalmente invisible, parece imposible poder rastrearla.
Las salas chicas, originalmente celdas de la prisión, ayudan mucho a mostrar trabajos que necesitan cierta intimidad para funcionar. Es una ventaja también que las de Forward: son las primeras salas al ingresar en el EAC, por lo que el espectador viene directo de la calle y atraviesa estas experiencias en ese orden, que es el de la disposición de las salas.
Por último, ¿cuáles son los proyectos futuros de Forward:?
Ariel: Queremos seguir proponiendo una muestra grande al año, que nos plantee este tipo de desafíos que estuvimos charlando. Este tipo de exhibiciones nos permiten aprender muchísimo, crecer y consolidarnos como grupo, pero también darnos a conocer para poder seguir sumando propuestas, que es el principal objetivo para este año.