«Mau, Bruce Mau» por Óscar Guayabero

Bruce Mau es un diseñador gráfico que en los años 90 tuvo un gran impacto en el sector e incluso más allá del diseño. Ahora nos llega el documental Mau: Design the time of your life.

Dirigido por Benjamin y Jono Bergmann en 2021, Mau, en cuanto a manufactura, es un film muy correcto, se deja ver fácil y tiene un ritmo aceptable. Es cierto que no llega a la calidad visual de otras piezas como las dirigidas por Gary Hustwit.

Rams, el documental de Hustwit dedicado a Dieter Rams, sería una referencia directa sobre cómo hacer un documental dedicado monográficamente a un diseñador. También los capítulos de la serie Abstract. Y en esa comparación la cinta de los hermanos Bergmann está a un nivel aceptable pero sin llegar a brillar.

Quizás, uno de los errores de la cinta es no poner a Mau en ningún aprieto. Es decir, en ningún momento se le cuestiona el discurso y es una pena, porque justamente cuando más brilla su personalidad es cuando tiene que responder preguntas complicadas o salir de situaciones de gran complejidad.

Un ejemplo sería cuando trabajó para Coca-Cola. Lo llamó uno de los responsables de la marca y en su estudio hubo un gran debate sobre si debían o no trabajar para la multinacional. En un estudio de Greenpeace sobre las empresas más contaminantes, presentado hace unos meses e iniciado en el 2018, Coca-Cola ha encabezado la lista, en los cuatro años que se ha realizado este seguimiento. Produce aproximadamente un 10% de los envases plásticos asociados a marcas que se desperdician en el planeta, o lo que es lo mismo tres millones de toneladas de plástico (durante esos 4 años).

Cuando se reunió con los ejecutivos de la empresa les mostró una botella de su producto vacía. Y presentó imágenes manipuladas digitalmente, respaldadas con números del mundo real, en que se había proyectado los efectos de su producción para los próximos 50 años. «Mostramos esos dos millones de botellas —recuerda Mau—, y luego les dije: ¿qué están viendo aquí? Eso no es nada. Durante los próximos 50 años, dejarán 2,2 billones de botellas desechadas en el medio ambiente». Y todas esas botellas vacías de Coca-Cola amontonadas, dijo, se convertirían en una especie de anti-publicidad de la marca.

vive positivamente

Fue a partir de ahí que se inició una relación que aún dura. Se creó el proyecto Live Positively, una plataforma de sostenibilidad y un nuevo icono de marca para The Coca-Cola Company, para identificar esas acciones. Puso en práctica la premisa de que «el poder de los mercados, aplicado a los problemas reales del mundo, es el poder de cambiar el mundo».

De Live Positively han salido varias iniciativas destinadas a reducir, reutilizar y reciclar el plástico que usa la empresa, pero también a mejorar la eficiencia, durabilidad y reciclaje de las neveras que instala en los supermercados o rediseñar por completo líneas de producción.

Coca-Cola sigue teniendo un problema enorme con sus residuos pero ahora hay una cultura empresarial que no distingue entre lo que hace de puertas adentro con lo que proclama en su comunicación. Es decir, qué piensa la empresa en su totalidad desde la premisa de rebajar su impacto ecológico. A veces son cambios muy pequeños, pero multiplicados por los millones y millones de productos que fabrica, esa diferencia es enorme.

El documental no lo explica con claridad pero Bruce Mau llegó un momento en el que dejó su estudio de diseño que aún mantiene su nombre aunque él ya no participa. Él y su esposa Bisi Williams se dedican por entero a Massive Change and Institute without Boundaries, una especie de asesoría en modelos de transición ecológica para instituciones y empresas.

Esta entidad, en parte escuela, en parte Think Tank y en parte fundación benéfica se define con una frase de la exposición que dio pie a su creación, también llamada Massive Change y que a partir de 2004 se ha expuesto en diferentes ciudades de Canada y EEUU: «Massive Change no trata del mundo del diseño, trata del diseño del mundo».

la inspiración

Bruce Mau declara en el documental: «La inspiración es en núcleo de nuestra responsabilidad. Si eres diseñador tu responsabilidad es inspirar a la gente. No podemos hacer que la gente actúe solo podemos inspirarla. No puedes obligarlos a hacer cosas. La manera de cambiar el mundo es mediante el liderazgo, a través del diseño, de la inspiración».

Yo tengo una idea del diseño mucho más humilde. Creo que el diseño no cambiará el mundo pero sí que puede ayudar a las personas que lo están haciendo: es decir, a las personas o colectivos que están intentando transformar la realidad desde múltiples campos. Lo que se suele llamar innovación social. Si se me permite la cuña publicitaria es lo que intento explicar en mi libro El diseño para el día antes. Creo que ese papel de liderazgo nos viene grande e incluso que no somos los líderes adecuados pero, de vez en cuando, aparecen personajes como Mau que me hacen dudar de esa idea.

Creo que ese papel de liderazgo nos viene grande e incluso que no somos los líderes adecuados pero, de vez en cuando, aparecen personajes como Mau que me hacen dudar de esa idea.

Siguiendo el documental, vale la pena verlo por muchos motivos, entre ellos, algunos proyectos fuera del contexto norteamericano. Uno es en Guatemala. En el país centroamericano, colaboró cuando la Ministra de Cultura le fue a buscar. No era un encargo fácil. Así grosso modo era cambiar la imagen de Guatemala que tenían sus propios ciudadanos.

El motivo, según explica la propia Ministra en la cinta es porque tras tantos años de guerra civil les había aniquilado la capacidad de imaginar un futuro para su país. El encargo era devolver a su gente la capacidad de proyectarse en el futuro.

A partir de un eslogan un tanto forzado (hacer un juego de palabras con el nombre del país de Guatemala a ¡Guate Amala!) consigue aunar energías de muchas personas e instituciones distintas para empezar a mirar hacia el futuro con esperanza. Obviamente, lo que propone tiene poco de utopía pero consigue generar una nueva dinámica en el país, no es un proyecto cerrado, es un marco de actuación.

El diseño aquí es simplemente un mediador entre los ciudadanos y los retos que tienen. Los pone en contacto y activa las sinergias entre ellos. Se pone al servicio de las personas que ya estaban produciendo un cambio en ese país y consigue potenciar el efecto de esos cambios, entrando en las escuelas y formando a los futuros guatemaltecos en una mirada diferente sobre el futuro de su país.

Es curioso porque Mau despliega su conocido optimismo por todo el metraje, solo hay algunos momentos de desconcierto o incluso desazón. Uno de ellos se da cuando visita la casa donde creció, en un pueblo minero de Canadá, un lugar difícil en todos los sentidos. Los esbozos que se dejan entrever de su infancia son estremecedores.

En otro momento, el narrador, situado detrás de la cámara, le pregunta qué piensa sobre que se le acuse de ser utópico. Es el único momento en la cinta donde Mau no tiene una respuesta y contraataca con una pregunta, diciéndole al narrador qué opina él al respecto y sin esperar la respuesta, se levanta y sale de plano.

Parece que se siente avergonzado de que puedan creer que es utópico. Es muy curioso que alguien tan seguro de sí mismo, que además habla del optimismo como estrategia, se sienta incómodo justamente en ese lugar, la utopía. Hasta ese punto se ha construido un relato en que la utopía ha sido defenestrada.

Como complemento del documental recomiendo un libro desarrollado durante las tres últimas décadas, Bruce Mau: MC24 que recoge 24 principios del Massive Change que constituyen el epicentro de la transformadora filosofía de Mau. El libro incluye ensayos, observaciones, documentación de proyectos, estudios prácticos y diseños de Mau y otros arquitectos, diseñadores, artistas, científicos, pensadores, ecologistas e individuos que están influyendo en la cultura actual, organizados alrededor de 24 conceptos en los que Mau basa su actual enfoque del diseño y diría que de la vida en general.

Algunos de esos conceptos aparecen en el documental y tienen títulos tan sugerentes como: Empieza con un optimismo realista. Diseña tu propia economía. Compite con la belleza. Boceto: ¡Eh, fracasemos todos!, Piensa como si estuvieras perdido en el bosque.

Después de ver, en el documental, el bosque que se extiende más allá de la casa donde Mau nació y creció, uno entiende muchas cosas sobre su manera de mirar «el diseño del mundo».

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