Hoy 27 de abril, el diseñador e ilustrador Martín Satí nos habla sobre el papel que el diseño juega en la sociedad, sobre su evolución y sobre los cambios que han supuesto las nuevas tecnologías con motivo del Día Mundial del Diseño Gráfico. Al igual que otros profesionales como son Noah Klocek, Laia Guarro, Emilio Gil, Florencia Gutman y Annie Atkins, nos ofrece su opinión sobre si diseño y arte pueden llegar a ser sinónimos.
Se define a sí mismo como «un artesano gráfico moderno», ya que su trabajo presenta tanto características provenientes de las artes decorativas, como de la cultura popular. Igualmente, describe su trabajo como una mezcla entre lo sobrio y lo visceral, como un intento de expresar lo que hay dentro de las cosas.
«El diseño puede y debe cambiar la sociedad. Está introducido en todo el tejido social. Hay diseño en todo lo que nos rodea, incluso en las cosas más elementales».
Nos vestimos siguiendo unos patrones de diseño, vivimos rodeados de objetos que nos proporcionan un estilo de vida, diseño en la comida, en el sexo, gente que diseña los contenidos que debes colgar en tus redes sociales, aplicaciones de diseño para hacer amigos, hay ‘drogas de diseño y perros adictos a las drogas en las aduanas’, como cantaba Drexler. Los cambios suelen ser progresivos y si echamos la vista atrás vemos una evolución tremenda. El diseño siempre trata de acercarse y adecuarse al molde hecho por el hombre en ese momento, pero si hay un resquicio de mejora se hará y si hay que cambiar ese molde se cambiará y el hombre se adaptará si le es cómodo.
El papel del diseño debería ser de acompañamiento para ayudar al hombre a realizarse y a conseguir sus metas en cualquier faceta, agilizar procesos y, por supuesto, resolver problemas. Se incide muchas veces en utilizar el diseño para crear confort o darle a la gente una propuesta inmoral justificada por la existencia de una gran demanda y eso particularmente no me parece una filosofía acertada.
El arte y el diseño son dos cosas distintas, se pueden utilizar las mismas herramientas pero el contexto y la intención son diferentes. El arte es un concepto más abstracto y las barreras de qué es y no es arte son difusas, a veces por eso podemos llegar a la confusión. En el diseño los límites son más nítidos. Me parece interesante que la propia definición de una cosa se pueda ampliar y nos permita evolucionar. El tiempo es un elemento catalogador estupendo y el propio mundo del arte se encarga de definir qué cosas son parte importante e influyente en la historia de la humanidad. Hay objetos que se hicieron con una función concreta que con el tiempo se han descontextualizado y han acabado en un museo. El ready-made es un claro ejemplo de objetos ordinarios que fueron diseñados para una función y luego han sido rescatados y rebautizados como piezas de arte.
Por concluir, no es lo mismo diseñar un objeto que hacer arte con ese objeto.
Los procesos de creación han cambiado. Yo no llegué a ver a los diseñadores cómo creaban con escuadra y cartabón, empecé con ordenadores más rudimentarios que ahora y diseñando con FreeHand, Photoshop y webs hechas en Flash. Hemos sustituido el trazo a mano por herramientas que calibran el trazo de tu mano sobre una pantalla. Igual que en el arte muchos artistas siguen dibujando con lápiz y pintando a mano, en el diseño ha habido un gran avance en el software de aplicaciones y una persona sin conceptos de dibujo ni formación académica alguna puede hacer un diseño más que aceptable utilizando los programas de forma autodidacta. Nos hemos creado, y yo me incluyo, prótesis para difuminar nuestras carencias o por lo menos luchar contra ellas. Si no sabes de música hay un programa que te ayuda a componer para hacer un vídeo con unas ilustraciones sacadas de unas fotos retocadas en Photoshop y animadas frame a frame. Esto me parece aceptable e interesante si ayuda a un potencial diseñador con sensibilidad y talento a crear y conseguir los resultados deseados. Una persona sin experiencia en el campo no puede ser un buen diseñador pero sí que tiene la oportunidad de empezar a serlo, investigar y formarse a sí mismo. Con lo que no estoy de acuerdo es con las plataformas creadas para que cualquiera pueda hacer un diseño correcto. Pongo el ejemplo de los sistemas de gestión de contenidos para hacer webs, se ha creado un molde para poner un logo en la cabecera, tus fotos y texto de forma adecuada. Nos hemos alineado demasiado en ese aspecto para llegar a un diseño ‘resultón’.
Como en todas las facetas de la vida, la tecnología juega un papel cada vez mas fundamental. La tecnología nos posibilita llegar a lugares a los que de otra forma no podríamos. Hay una tendencia veloz hacia la virtualización y, como he dicho antes, los avances en el diseño de software están haciendo posible descubrir nuevos caminos, nuevas formas de comunicarnos. Los nuevos procesos de creación están reconducidos por programas y aplicaciones creados para que un diseñador pueda hacer su trabajo. Los avances en la tecnología hacen incluso que un diseñador pueda trabajar desde cualquier punto del planeta. Su forma de trabajar ha cambiado, se crean nuevos conceptos de espacio para trabajar como los coworkings, de manera que se crean grupos de trabajo con personas de diferentes lugares para afrontar proyectos. Este mestizaje de personas que controlan diferentes disciplinas da como resultado nuevas propuestas.