En la edición número 55 de los Premios ADG Laus, la Asociación de Diseño Gráfico y Comunicación Visual (ADG-FAD) ha decidido rendir homenaje a una de las figuras más influyentes del diseño gráfico contemporáneo en España: Mario Eskenazi, galardonado con el Laus de Honor 2025. Un reconocimiento que no solo celebra una trayectoria impecable, sino que pone en valor una forma de entender el diseño tan precisa como esencial.

La obra de Eskenazi ha sido, durante décadas, una brújula para diseñadores de distintas generaciones. Desde su estudio en Barcelona, ha definido un estilo que ha calado profundamente en la disciplina: un diseño racional, claro, funcional y atemporal. Pero más allá de las formas, lo que caracteriza su trabajo es la estructura conceptual. En Eskenazi, el diseño no es una superficie bonita, sino un sistema de pensamiento. Sus soluciones gráficas son respuestas a preguntas profundas sobre identidad, función y comunicación.
Una trayectoria que ha moldeado el diseño español
Nacido en Buenos Aires en 1945, Mario Eskenazi se formó en arquitectura antes de volcarse en el diseño gráfico. Esa formación inicial, lejos de ser un desvío, se convirtió en uno de los pilares que definirían su manera de abordar los proyectos: con lógica constructiva, sentido espacial y una inclinación por la síntesis formal.
Desde que se instaló en Barcelona a finales de los años 70, su estudio ha sido uno de los referentes del diseño gráfico español. Uno de sus trabajos más emblemáticos es la identidad visual de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), un proyecto paradigmático por su enfoque funcional, su accesibilidad y su claridad comunicativa. Un sistema visual diseñado para ser útil, legible y coherente con el servicio público que representa. No es solo diseño para ser visto, sino diseño para ser usado.

También ha dejado huella en la imagen de instituciones como Banc Sabadell, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, el Museo Picasso o el Ayuntamiento de Barcelona. En todos estos casos, su propuesta se ha mantenido fiel a una ética de la claridad: paletas cromáticas sobrias, tipografías precisas, estructuras limpias y, sobre todo, una narrativa visual que no impone, sino que construye sentido.
Su lenguaje gráfico no responde a las modas ni a lo ornamental. Al contrario, su diseño escapa del artificio y apuesta por lo que permanece. No hay en él una voluntad de deslumbrar, sino de comunicar. Y eso, en un sector donde la espectacularidad a veces pesa más que la idea, es una declaración de principios.
Más allá del estudio: un maestro generoso
El legado de Eskenazi no se limita a su producción profesional. Su labor docente en centros como EINA, Elisava o la Escola Massana ha sido clave para la formación de nuevas generaciones de diseñadores. Su presencia en el aula ha servido para transmitir una máxima que atraviesa toda su obra: el concepto como punto de partida de toda creación.
Quienes han tenido la oportunidad de aprender con él destacan su generosidad, su exigencia y su compromiso con una manera honesta de entender el diseño. Un compromiso que también se refleja en su pertenencia a la Alliance Graphique Internationale (AGI) desde 1997, una red global de excelencia que reconoce a los profesionales más influyentes del sector.
A lo largo de su carrera ha recibido numerosos galardones, desde el Premio Nacional de Diseño en 2000 hasta distinciones internacionales como el Type Directors Club de Nueva York, Communication Arts (San Francisco), Art Directors Club (Nueva York) o D&AD. En 2014 fue también distinguido con la Cadena del FAD – Mestres, un reconocimiento a los grandes maestros de la cultura visual.
Una mirada que perdura
Con este Laus de Honor, ADG-FAD no solo reconoce una trayectoria profesional impecable, sino también una forma de hacer y de pensar el diseño que ha influido de manera profunda y duradera en el sector. La obra de Mario Eskenazi ha contribuido a democratizar el diseño, haciéndolo accesible, comprensible y útil. En un mundo saturado de estímulos, su trabajo nos recuerda que menos no es solo más, sino mejor.
Este homenaje es también una invitación a mirar su trabajo con calma, a entender el diseño como un ejercicio de inteligencia, de sentido común y de compromiso con la sociedad. Porque si algo ha demostrado Eskenazi a lo largo de su vida es que el buen diseño no solo se ve. Se entiende. Y permanece.
Actualizado 09/04/2025