Con la facilidad de fotografiar a día de hoy es difícil destacar y hacerse relevante en el mundo de la fotografía debido a la competencia. Por ello, la clave para crecer y destacar es hacer algo totalmente diferente a lo antes visto, y eso es lo que ha hecho Austin Radcliffe.
La fotografía de Austin Radcliffe destaca por esa visión extremadamente organizada de elementos cotidianos que hace que nos enganchemos al reconocer algo familiar, pero a la vez nos sorprenda por la forma en la que nos lo presenta. Todos nos sentimos identificados al ver una bicicleta, y el hecho de verla desmontada pieza a pieza es lo que consigue llamar realmente nuestra atención.
Se trata de un estilo de fotografía que cuida mucho la composición, ya que los elementos –además de ordenados– deben de respetar la estructura del objeto original y no dar una sensación de agobio y presión por estar todos hacinados.
Otro rasgo característico en la fotografía de Radcliffe es la simpleza que transmite en la creación de sus composiciones. Por otra parte la combinación de colores que utiliza nos guían por el mensaje que quiere transmitir.
Todas estas fotografías están recogidas en un libro al que Radcliffe llamó Things Organized Neatly, y se ha convertido en uno de esos libros que consiguen relajar visualmente a todos aquellas personas que están obsesionadas con el orden. La imagen de Radcliffe transmite para algunos una cierta calma lo que es realmente complicado al utilizar objetos cotidianos de los que estamos aburridos –visualmente hablando–.
A pesar de ser un trabajo que tiene cerca de siete años, sigue siendo tema de interés en muchas páginas de fotografía, diseño y arte. Es uno de esos trabajos que consiguen conectar con casi todas las personas que lo observan. Esto se debe, según su creador, a que: «La gente disfruta porque vivimos en un mundo completamente caótico, y mi trabajo no lo es».
