El New Ugly es una tendencia que se burla del canon adoptando justo lo que rechazan los diseñadores modernos. Sus recursos son repetitivos, pero, gracias a su novedad, su mensaje llega con fuerza a un público cansado de ver propuestas muy parecidas. Si un producto necesita un diseño feísta ¿por qué no utilizarlo en vez de buscar un diseño políticamente correcto?
Antes de comenzar la carrera de diseño fantaseaba con la imagen de mi propio logo con el egocentrismo y la inmadurez propios de quien, por su ignorancia en la materia, no sabe lo que busca. Visualizaba mi nombre compuesto en una tipografía sin remates negra sobre fondo blanco, con interletrado generoso. Elegante pensé entonces. Repetitivo y anodino pienso ahora.
Algún tiempo después, mientras cursaba el segundo año de carrera, vi en redes sociales varias imágenes que incluían muchos de los errores que se supone que se deben evitar al diseñar algo. Aparecían tipografías denostadas e ilegibles, superposición de elementos sin sentido, rejillas ausentes, colores estridentes e imágenes de fallos informáticos deliberados. Estaban escogidos a propósito. Supuestas cosas mal hechas que se alejaban de la ansiada elegancia del diseño del siglo XX que defendían la tipografía Helvética y el diseñador Massimo Vignelli.
Solo con indagar un poco me fue fácil encontrar más imágenes de este tipo, composiciones que se apropiaban de lo que la mayoría de diseñadores había rechazado, dándole una segunda oportunidad. Todas ellas parecían formar parte de una misma tendencia. Pero no fue desaprobación lo que sentí hacia esos elementos que se reivindicaban como feos, sino atracción. Estaba confuso al comprobar que un rechazo tan evidente del canon conseguía transmitirme un mensaje. La novedad de sus contenidos y su diferencia respecto a lo acostumbrado conseguían seducirme.
Averigüé que se trataba de una tendencia de diseño gráfico llamada New Ugly, aparecida en Europa en torno a 2007. A España tardó unos años en llegar y lo hizo con menos fuerza. El New Ugly es una corriente que se fija en el canon de belleza: necesita observar sus premisas para después apartarse de ellas y autodeclararse alternativo. El feísmo consciente propio del New Ugly busca por definición lo feo. Es la negación del canon llevada al extremo, con el que juega de forma irónica. Trata de desafiar la forma supuestamente correcta de trabajar burlándose de lo bien hecho.
La corriente del feísmo no trata tanto de romper con las normas del diseño como de alejarse de lo bien hecho y de una pauta de belleza sobreexplotada. Es plenamente consciente del resultado feo y además busca emular la inocencia propia del ignorante. Se discuten y se ponen en duda los criterios estéticos, se apuesta por soluciones atípicas, por la impureza de los mensajes y se inspira en imágenes propias de otro tiempo con nostalgia a la vez que trata de evidenciar su ridículo al contraponerlo con lo considerado bueno actualmente. El humor y el sarcasmo son esenciales en este movimiento pues, de manera desenfadada, recuerdan la discutible importancia del canon.
Puede que para un determinado producto lo más apropiado sea un diseño feísta. En este caso, ¿por qué no usarlo? Pongamos que un producto necesite una imagen que tenga una estética rompedora y alejada de la regla. Lo más acertado sería usar un diseño feísta y no rechazarlo a priori por considerarlo feo o raro. Se estaría descartando por el simple hecho de no adecuarse a un canon que por naturaleza es cambiante. No se le da siquiera la oportunidad de mostrar el mensaje que hay detrás de su fachada a pesar de que quizás esté mejor planteado que una propuesta que, buscando la mera belleza, cae en la trampa de la banalidad y resulta aburrida y superficial. Que una imagen siga el canon ¿garantiza la buena transmisión del mensaje?
En los años 70 comenzó el germen de la Posmodernidad que quería abandonar el diseño aburrido y crear algo nuevo lleno de vitalidad. Las características del New Ugly hacen que se pueda confundir con las corrientes creativas posmodernas de esos años. Su rechazo hacia lo establecido hace que se parezcan. Pero el diseño propio de los años 80 mostraba mucha más experimentación y diversidad mientras que el New Ugly de los últimos años responde a la utilización de una serie de recursos y rasgos que se repiten continuamente. Los autores que la practican imitan la obra de otros. El Ugly, como movimiento actual, posee una serie de recursos que se repiten y permiten a principiantes sumarse a la moda en cualquier momento. De este modo, poco a poco, el Ugly ha ido construyendo una identidad propia a través de la incorporación de una serie de clichés, así como la transgresión de los límites tradicionales del lenguaje del diseño.
No está muy claro cuáles son los orígenes exactos del New Ugly. La teoría más aceptada entre los estudiosos del tema defiende que actúa como reacción contra la monotonía y contra un estilo de vida aburrido y desencantado por su falta de perspectivas de un futuro mejor que el pasado. Por ello, como el resultado ya no parece tan importante porque de él nada depende, se permite practicar la experimentación sin límites.
El pesimismo del New Ugly es equiparable a la situación de desencanto que se produjo en los años 80, por lo que la tendencia actual se fija en ella, la imita y la exagera, aunque su contexto haya cambiado. Esta tendencia comenzó como una forma de rebeldía que ha acabado conformando una tendencia atractiva para muchos, pesimistas o no, y proponiendo nuevas soluciones. Actúa como otras vías de resolución de problemas igual de válida, pues consigue transmitir el mensaje.
Que yo fantaseara con esa imagen llena de rectitud y blancura como mi futura marca de identificación, aunque el resultado no revelara ninguna de las ideas que me caracterizan, demuestra cómo el canon controla el poder de decidir lo bueno y lo malo, aunque sea falso.
La flexibilidad es necesaria a la hora de respetar los límites. Es útil ampliar las posibilidades de comunicación con tal de conseguir un diseño diferente y con personalidad propia. La diversidad y la diferencia llaman en mayor medida la atención de un público que está agotado de ver cosas iguales. Parece acertado que, como diseñadores, permanezcamos abiertos a los cambios y a las diversas ideas que se apartan de lo acostumbrado.
→ Feísmo consciente en España entre 2010 y 2015