Josep M. Pujol como inspirador de iniciativas sobre diseño y tipografía

José Luis Martín, de la editorial Camgràfic, reflexiona sobre la importancia e influencia de Josep M. Pujol en la tipografía y en el diseño con motivo de las Jornades Académicas Josep M. Pujol: lletra, relat i rei.

Quiero empezar este texto con unas palabras que pronuncié hace unos meses con motivo de VII Encuentro de Educación Tipográfica al referirme a Josep M. Pujol como el sabio catalán porque creo que es una palabra que define muy bien a nuestro admirado Josep Maria.

Nosotros tuvimos la gran suerte de contar con la enorme aportación del maestro Pujol en la editorial Campgràfic, fundada en el año 2000 por Fèlix Bella, Xavier Llopis y el que escribe, una editorial pequeña especializada solo en tipografía, algo que es poco habitual en el mundo de la edición.

Tal como comenta Albert Corbeto en el extenso prólogo del libro Principios de la tipografía fundamental. De William Morris a Stanley Morison, publicado en 2017 por Campgràfic, Josep M. Pujol consiguió en 1979  una plaza de profesor en el  Departamento de Filología Catalana de la Universitat de Barcelona en Tarragona, después de estar algunos años trabajando en el sector editorial, ejerciendo incluso como profesional independiente.

En el año 1993, pese a que todavía no había publicado ningún estudio relevante referido al ámbito tipográfico, recibió la propuesta de incorporarse al equipo docente de Eina, Centro Universitario de Diseño y Arte, fundado en el año 1967 en Barcelona, una de las primeras escuelas de diseño de España. En Eina, Pujol pasó a impartir las asignaturas de Historia de la tipografía e Historia del libro.

La primera gran aportación a los estudios tipográficos no llegó hasta el año 1995, con la publicación de una guía teórico-práctica en la que se exponían las convenciones y las prácticas propias de la tradición tipográfica: estamos hablando de Ortotipografia. Manual de l’autor, l’autoeditor i el dissenyador gràfic, un manual de 424 páginas que el profesor Pujol firmó junto al lingüista y filólogo Joan Solà.

Su siguiente contribución fue con motivo de la nueva edición de los Principios fundamentales de la tipografía de Stanley Morison, publicada en Barcelona por Ediciones del Bronce, en el año 1998, en la que se antepone un texto introductorio de Josep M. Pujol titulado «De William Morris a Stanley Morison: principios de la tipografía fundamental». Se trata de un prólogo de gran erudición que triplica la extensión del propio texto. El 10 de diciembre de 1998 el libro, ya muy enriquecido con el estudio preliminar de Pujol, se presentó en la Biblioteca de Cataluña, en un acto en el que intervino el crítico e historiador del arte Daniel Giralt-Miracle.

La misma dupla, Josep Maria y Daniel, junto con otros amigos, entre ellos Andreu Balius, realizaron la presentación de Campgràfic como editorial en Barcelona en el año 2000; desde aquí mi agradecimiento a estas personas que confiaron en un proyecto interesante, como editar libros de tipografía, que en aquel momento era muy embrionario.

Una vez Pujol ya era de la familia Campgràfic nos atrevimos a pedirle el prólogo de la edición en castellano de La nueva tipografía, y puesto que lo esperable habrían sido unas pocas páginas, nunca hubiéramos imaginado que Josep Maria escribiría 80 páginas del cuerpo 10. Un texto titulado Jan Tschichold y la tipografía moderna, que explicaba la trayectoria de Jan Tschichold como nunca se había leído en ningún libro, hasta tal punto que los herederos del autor germano comentaron que el libro en alemán perdía todo su sentido si la introducción del profesor Pujol no se traducía y se incorporaba al libro original.

Una vez Pujol ya era de la familia Campgràfic nos atrevimos a pedirle el prólogo de la edición en castellano de La nueva tipografía

Y me permito una anécdota sobre la publicación de este libro: los alemanes no nos pidieron dinero por los derechos de autor, solo nos exigieron que la tipografía y la ortotipografía fueran como el original alemán, porque en la versión publicada en inglés en 1998, los editores habían realizado modificaciones ortotipográficas que no les habían gustado, por ejemplo, cambiar el interletraje por las cursivas, cambiar las comillas por cursiva o poner comillas donde en el original no las había.

Bajo la supervisión de nuestro compañero Xavier Llopis, digitalizamos la tipografía original, eliminamos las cursivas, mantuvimos las comillas (angulares), no las alemanas („ “), y aumentamos el interletraje para enfatizar los conceptos. El colofón de este esfuerzo tuvo como resultado que la Generalitat Valenciana nos otorgara el «Premio al libro mejor editado en 2003».

Las investigaciones de Josep Maria Pujol sobre las corrientes tipográficas del siglo xx se materializaron también en otras aportaciones. Cabe destacar el breve artículo titulado «La aplicación del principio cardinal de la democracia a la tipografía», con el que se introducía La copa de cristal. La tipografía debería ser invisible, publicado en enero de 2005 por Campgràfic, que es el texto de la famosa alocución que Beatrice Warde pronunció en 1930 ante los miembros del gremio de tipógrafos británicos, en la que adoptaba los principios fundamentales establecidos por Morrison a su teoría de la tipografía invisible aplicada a la lectura.

Y comento una nueva anécdota: en la encuadernación de este opúsculo, por un despiste, el primer pliego, al no llevar numeración, no se plegó correctamente; consultamos con el amigo Pujol y nos dijo que lo correcto era hacer una «Fe de erratas» y así lo hicimos. En el último párrafo decía: «Nuestros amigos y clientes sabrán disculpar el erróneo pliego gracias al cual, sin embargo, la mirada seductora de Beatrice Warde encontrará en su cierre la página en blanco».

En el II Congreso de tipografía que se celebró en València los días 22, 23 y 24 de junio de 2006 con el título «Las otras letras», porque se quería poner de manifiesto que «sólo una porción de la comunicación global se hace en Inglés, o incluso en el alfabeto latino», ya que existen un gran número de escrituras, además del alfabeto occidental, Josep M. Pujol, en colaboración con Campgràfic, participó con la conferencia La «otra» romana moderna: crónica de una identidad rechazada. En una comida memorable con Josep M. Pujol, José Martínez Sousa, André Gürtler, Yves Zimmermann y otros amigos asistentes al Congreso, se alargó tanto la sobremesa que Martínez Sousa llegó tarde a su ponencia La diacrisis tipográfica.

«Sólo una porción de la comunicación global se hace en Inglés, o incluso en el alfabeto latino»

Josep M. Pujol

En junio de 2008, la agenda de Josep Maria no le permitía venir al III Congreso de tipografía, y en Campgràfic, aprovechando que hacía unos meses habíamos publicado el libro El detalle en la tipografía de Jost Hochuli, propusimos a este autor que diera una conferencia. Cuando ya teníamos los billetes para el viaje desde Alemania, Hochuli se puso enfermo, con lo que resultó imposible su asistencia, aunque tuvo la gentileza de enviarnos su intervención, escrita, por supuesto, en alemán. ¿Cuál fue nuestra reacción? Llamar al amigo Pujol, el sabio catalán, pidiéndole que, por favor, nos ayudara. Sin pensárselo dos veces y casi sin tiempo para prepararse el texto, vino a València, en teoría, a leer la conferencia –traducida por él– de Hochuli.

A pesar de que a Josep Maria se le olvidaron en el tren las notas que fue preparando durante el viaje, los asistentes al Congreso tuvimos el privilegio de oír no solo el texto impecablemente traducido de la conferencia de Hochuli, sino también un comentario hermenéutico de altísimo nivel por parte de Pujol de las palabras del autor alemán.

En febrero de 2009 Juan Jesús Arrausi y un servidor tuvimos el honor de compartir tribunal de tesis con Josep Maria Pujol en la Universidad Politécnica de València. Se trataba de la tesis Aportaciones de la obra de Blai Bellver a la Historia del diseño gráfico y del producto de Antoni Martínez. La hora estipulada para la lectura de la misma era a las 12:00. Se había previsto que tanto Arrausi como Pujol vinieran juntos en el primer tren; la sorpresa fue que solo llegó Juan Jesús, aunque al momento recibimos una llamada de Josep M. diciéndonos que se había dormido y que ya venía de camino. El presidente del tribunal, Fernando Brusola, nos sugirió que debido al retraso del comienzo de la lectura procuráramos ser breves. Así lo hicimos todos excepto el maestro, que nos deleitó con una inigualable conferencia sobre la nueva tipografía. Por ello valió la pena que la comida se pospusiera hasta las 17:00 horas.

Finalmente, tanto la editorial Campgràfic como yo mismo a nivel personal, siempre estaremos agradecidos a Josep Maria Pujol i Sanmartín por su inigualable ayuda.

→ Este texto corresponde a las Jornades Académicas Josep M. Pujol: lletra, relat i rei, coordinadas por Pere Poy, Juan Jesús Arrausi y Albert Corbeto. 

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