Josep Baqué fue un policía de Barcelona durante de la dictadura de Primo de Rivera. Por lo menos así era como todos lo conocían, pero tras su muerte su sobrina descubrió una faceta de él totalmente desconocida…
Durante la etapa de la dictadura, Josep Baqué fue un policía más de Barcelona, al menos en apariencia. No obstante, cuando falleció en 1967, su sobrina fue a su domicilio para retirar sus objetos personales y pertenencias. Fue entonces cuando descubrió una caja con alrededor de quinientas láminas a todo color y dibujadas a mano.
Nadie conocía esta faceta de la vida de Josep Baqué. Se podría decir que tenía una doble vida de la que nadie sabía nada. Una vida lejos del panorama de prohibiciones, terror y represiones marcado por la época que le tocó vivir, en la cual podía permitirse hacer algo que le apasionaba pero que quizás no estaría tan aceptado en ese contexto determinado por la dictadura de Primo de Rivera.
Esta no es la única curiosidad que escondía la vida del artista secreto. Josep Baqué nació en Barcelona en 1895 y durante su infancia parece ser que fue vestido y presentado como si fuera una niña. Durante la guerra, viajó por Europa y desempeñó diversos trabajos, entre ellos el de grabador de monumentos funerarios. Finalmente, fue conocido por ser policía municipal en Barcelona.
Todos estos dibujos reflejan una gran imaginación y originalidad ocultas tras un uniforme de policía. Unas virtudes que, quizás, de haber vivido una época distinta a la que les tocó vivir, podrían haber hecho que Josep Baqué se hubiera convertido en un artista ya reconocido durante su vida. Hace unos años, su obra fue publicada en la revista Viridis Candela y finalmente fue clasificado como artista art brut. Gracias a ello su obra fue expuesta en el Museo de Lausana a mediados de 2014 y se publicó un libro titulado Josep Baqué et son bestiaire.