A estas alturas contar todo lo que hace un iPad pues tampoco tiene mucho sentido. Hay cientos de ‘reviews’ que os contaran absolutamente todo los detalles tecnológicos. Aquí vamos a hacer un repaso un tanto particular. Hace una semana tuvimos la posibilidad de tocar y jugar con un par de iPads como podéis ver en las fotos.
Junto a Xavi Calvo de Menta y María Baixauli de Illa Digital pudimos buscarle las virtudes y los defectos a esta nueva máquina. Pero sobre todo con Oswaldo Rubio un auténtico apasionado y conocedor del iPad y su funcionamiento (arrozconnori.net). Oswaldo lo sabe todo y más. Tuvo su iPad un día antes que el resto de los mortales, con lo que sus horas de vuelo, son un valor añadido.
Hay que decir de entrada que intentar buscarle defectos es complicado cuando tienes delante a verdaderos fans y apasionados por el ‘chisme’. También es verdad que tiene pocas lagunas, pero la pasión oculta algunas cuantas.
El ‘chisme’, es un buen ‘chisme’. Mis primeras sensaciones (tengo que decir que lo probé el mismo día del lanzamiento, pero sólo un par de minutos y con gente mirando) fueron por un lado positivas, pero por otro no tanto.
Lo primero, que te sorprende es que pesa más de lo que uno imaginaba. No sé por qué pensaba en algo más ligero. Pesa 680 gr, que es mucho menos de lo que pesa un portátil y no se calienta nada de nada. Durante las casi tres horas que estuvimos jugando con los dos iPad (wifi y 3G) estaban exactamente igual que al principio.
Lo segundo, enseguida te das cuenta de la velocidad. No hay tiempos de espera, ni barras de progreso ni arranque. Todo está listo en milisegundos. Incluso la conexión de internet parece más rápida. Está todo casi al instante.
También su facilidad de uso. Sin libro de instrucciones cualquiera se pone a tocar y todo es lógico y funciona. Es el aparato perfecto para aquellos a los que todavía les da repelús el contacto con el mundo digital. Todo lo hace tan fácil que engancha a cualquiera en segundos.
Y lo último de las primeras impresiones, es su enorme calidad de pantalla. Todo se ve con una nitidez impresionante. También el iPad tiene un diseño y acabados que lo convierten en un objeto preciosista y de deseo inmediato. Es tan bonito y elegante!
En cuanto a los temas tecnológicos, en la redacción nos preparamos algunas cuestiones que no teníamos claras, y en el fondo casi nada es muy importante. Os digo la solución. Se puede adaptar un teclado y escribir tal cual, pero hay que recordar que viene sin una aplicación tipo ‘Text Edit’ o ‘Word’ aunque se puede descargar gratis o comprar algunas bastante eficientes. Lee PDFs sin problemas, pero todo lo que quieras ver en el iPad lo tendrás que hacer a través de la red. Con ‘DropBox‘ todo es posible. Es como el disco duro externo. No tiene USB y no lee Flash, todo llegará. No se pueden cargar tipografías, pero tiene sentido ya que todo está pensado para que sean aplicaciones cerradas que ya incluyan todo lo necesario, y dentro de poco la propia web podrá visualizar todo tipo de tipografías sin más problemas. Lo peor, si es que esto es importante, que de tanto tocar y tocar la pantalla la dejamos hecha un asco. También que en exterior, con mucha luz, la cosa no funciona. En el fondo, como todo el mundo dice es lo mismo que un iPhone pero grande. Pero el tamaño en este caso, sí que importa.
Dejando atrás las primeras sensaciones vamos a lo que realmente nos importa a los diseñadores gráficos. ¿El iPad nos va a ofrecer un nuevo soporte donde poder desarrollar nuestra actividad? ¿Será una plataforma que nos sacará de pobres? ¿Supondrá el desarrollo de un nuevo tipo de diseñador al igual que ocurre con la web? ¿Es una máquina que eliminará a diseñadores de papel? ¿Puede suponer un aliciente para los clientes para crear nuevos canales de comunicación con los consumidores y, por tanto, necesitarán nuestra ayuda?
Vamos por partes.
Después de utilizarlo unas horas y leer muchos artículos sobre el tema tengo un par de cosas claras. La primera es que el papel no va a morir. Tal vez a recolocar, pero el soporte tradicional tiene todavía mucho recorrido y el iPad sólo acaba de abrir la puerta, pero en ningún caso cierra otras. Pasó lo mismo con otros medios (radio-tv, cine-teatro).
Cuando ves una revista como Esquire en el iPad, ves que la revista de papel sigue teniendo un atractivo mucho mayor. El iPad todavía es pequeño. El papel tiene unas dimensiones y una experiencia a la que ‘todavía’ no llega el iPad. Ahora bien, si se crea un producto diferente con la capacidad que tiene este soporte, entonces sí. Transferir a modo de páginas de PDF a iPad, no tiene sentido.
En ese aspecto es donde se acaba de crear un nuevo espacio que habrá que saber explicar y conocer. Nuevos catálogos para verse en tienda y en casa. Nuevas maneras de comunicarse con la gente. La posibilidad de tener un formato específico libre de teclados y cables. Nuevos productos para disfrutar sentados en el sofá de casa.
Y ahí es donde entra de lleno la figura del diseñador. Con este nuevo ‘chisme’ nuestra labor es fundamental. Ordenar, orientar, crear nuevas experiencias para el espectador, al igual que ocurre en web, es todo un reto. De momento, los clientes no podrán hacer como hacen ahora, que cualquiera puede, con un ordenador y un poco de gracia, hacer una marca o un folleto. Aquí todo es muy complejo y la labor de alguien que ponga orden y concierto es fundamental. Mucho más cuando percibes que detrás de cada aplicación hay un equipo multidisciplinar.
No creo que desarrolle un nuevo tipo de diseñador. En la web es cierto que podemos decir que existe el diseñador web, pero es un apellido que se han puesto los diseñadores cuya actividad se centra en este soporte, pero al igual que otros se ponen diseñador editorial. Es cierto que habrá que desarrollar nuevas habilidades o conocimientos, pero si se es buen diseñador se es bueno en cualquier soporte. Aun así, seguro que veremos a gente que se ponga el apellido, Diseñador para iPad.
Lo que es seguro, y alguien lo decía en algún artículo que leí en inglés (no recuerdo donde), es que habrá una barrera que saltar, ya que el iPad requiere de una solvencia gráfica impresionante. Aquí hacer trabajos malos se va a notar mucho. Hacer un mal folleto tiene poco peligro. Pero hacer algo mal en el iPad va a tener un riesgo muy alto, ya que no sólo la inversión puede ser mucho más alta sino que los resultados son medibles. Cantidad de descargas, puntuación, críticas online, errores de programación o simplemente un mal funcionamiento. Aquí se va a saber rápido quién hace las cosas bien.
¿Va a dar más trabajo? Aquí no lo tengo tan claro. Por un lado debería, por otro igual no. Todos los que tengan un poco de edad en el mundo del diseño recordarán la primera revolución digital con los CD-ROM. Todo debía hacerse para ese soporte. Catálogos, comunicación de empresa, presentaciones… duró un par de años y luego quedó claro que aquello no sólo era caro sino un formato cerrado y poco flexible.
La segunda revolución fue con el tema web. Todo el mundo tenía que tener una, para qué no se sabía, pero había que tenerla; como el que tiene un fax. Y han tenido que pasar casi diez años para que el universo web empiece a madurar y a que el sector de creación para web tenga un verdadero peso específico. Ahora todo el mundo sabe cómo funciona y cómo hacer que la inversión en web dé su rendimiento.
Con todo ello, el iPad me parece un invento increíble, que nos abre puertas de par en par para poder ofrecer nuevas experiencias de comunicación y diseño sin precedentes, pero que tiempo al tiempo porque todavía estamos lejos de que todo el mundo sepa cómo, cuándo y dónde… los clientes los primeros.
De todos modos, si no sabéis para qué puede servir, os dejo un vídeo que os dará alguna pista:
Actualizado 20/02/2020