Lo artesanal está de moda, con sus pros y sus contras. Para las imprentas grandes que hacen tiradas largas puede ser un engorro o incluso una pérdida de tiempo, pero para los que nos dedicamos con pasión a este mundo de la imprenta (o slow print) y sus derivados es todo un reto. Y así nos llega una moda más: el cosido con hilo. Existe desde hace años, casi desde que la imprenta fue imprenta. Llamémosla la imprenta entre costuras.
Y es que como si de un taller de modistas se tratara, el cosido con hilo no es una tarea fácil. Es minuciosa, casi milimétrica. Y necesita un buen operador (o costurera) que le dé las órdenes correctas. La primera vez que nos propusieron hacer una encuadernación de cosido con hilo, todo fueron problemas. Agujas rotas, muchas pruebas y error, pero finalmente después de todo el esfuerzo, ahora podemos hacer acabados profesionales en piezas con un grosor de hasta 5 mm, dependiendo del papel. Todo un reto conseguido.
¿Por qué decantarme por una encuadernación de cosido con hilo? En primer lugar porque se trata de un tipo de encuadernado que nos asegura una alta calidad y mayor duración. La función que tiene un cosido en hilo es similar al de una grapa, pero su efecto visual es mucho más llamativo, salta a la vista. Por eso, le gusta tanto a los diseñadores.
Y además de bonito, ¿dura más? Es una pregunta que nos hacen a menudo y que respondemos con un rotundo sí. Al estar cosido el lomo o las hojas, se incrementa la resistencia y la calidad del objeto. ¿Por qué crees que el cosido con hilo vegetal es tan utilizado en materiales impresos que tienen mucho uso como los libros de texto o libros de gran formato?
Dentro de las encuadernaciones cosidas podríamos diferenciar: 1. Cosido con hilo visto o Singer a caballete (imagen superior, portfolio de Ana V. Francés) 2. Cosido con hilo visto o Singer en plano. El sistema ‘con hilo visto’ no es necesario explicarlo mucho, el propio nombre lo indica. ‘A caballete’ es cuando cosemos justo en el doble de los pliegos y ‘en plano’ cuando juntamos las hojas y las unimos con el hilo en todo su grosor. En la foto lo entenderéis mejor.
Respecto a los colores, las posibilidades son muchas. Nosotros tenemos unos cuantos en stock, blanco, negro, granate, rojo, azul oscuro, verde, crema, amarillo, pero hilos hay bastantes con lo que no es difícil conseguir un color especial.
Al final encuadernaciones hay para todos los gustos, pero, volviendo al lenguaje ‘de costurera’, nunca será igual un traje diseñado en serie y vendido en unos grandes almacenes como el que te haga un sastre a medida. ¿A que no?
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Actualizado 14/02/2015