Ibán Ramón + Dídac Ballester han diseñado la falla para la comisión Mossen Sorell – Corona de 2013, donde no sin cierta ironía y actitud crítica ponen a debate el gusto por lo barroco y la ornamentación.
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Hoy empiezan oficialmente las fallas. Esta noche la noche de la plantà. Todas las comisiones y artistas falleros ultiman los retoques de los monumentos que desde hoy y hasta la noche del 19 de marzo lucirán para gusto quienes se paseen por las calles de Valencia. Quienes se hayan acercado alguna vez a las Fallas, sabrán de buena tinta que la característica que brilla por su ausencia en cada uno de estos monumentos, por norma general es el recato; en las fallas, lo usual es que dominen las figuras pomposas y recargadas.
En el punto opuesto están los diseñadores Ibán Ramón + Dídac Ballester, autores de la falla para la comisión Mossen Sorell – Corona de 2013, donde no sin cierta ironía y actitud crítica ponen a debate el gusto por lo barroco y la ornamentación. Bajo el título Ornamento y Delito, hace unos meses Dídac e Ibán ya comentaban su propósito: acercar el mundo del diseño al de la creación de fallas, reflexionar y proponer cuestiones sobre las que otros puedan generar su propia opinión. Para ello tomaban como referencia el título del texto publicado por el arquitecto austriaco Adolf Loos en 1908 con el que han querido dar nombre a la falla.
Ambos se involucran por primera vez en el diseño de una falla y con su monumento se han propuesto demostrar al mundo que ‘otro diseño fallero’ es posible. Esto es, una falla al desnudo, donde lo que se muestra son piezas básicas, desprovistas de color, así como de los elementos decorativos y, sobre todo, del virtuosismo que habitualmente se valora en el mundo fallero. Aquí, las ideas toman el mando, relegando a un segundo plano aquello que es superfluo.
La propuesta de Dídac e Ibán se apoya en la simplicidad y la sencillez. Esta limpieza visual también se observa en el Llibret de Falla, cuya maquetación, sin artificios, respira y aporta luz frente a las propuestas habituales de otras comisiones.
La descontextualización, los objetos en serie y su integración dentro del ámbito arte están presentes en Ornamento y delito como un elemento de humor. «No se ha tratado de hacer una obra de arte trascendente, ni tampoco de ser subversivos revisando la definición de falla. Hemos hecho un monumento con humor, aunque sin caer en el chiste fácil, haciendo también algo de autocrítica, para a través del rito de su quema salir renovados, y desprendernos de lo que no queremos, siguiendo la tradición», explican.
Una falla arriesgada y que ha contado con el apoyo del taller de Emilio Miralles. Desde hoy y hasta el 19 de marzo se podrá visitar esta falla. A partir de ese día a las 12 de la noche, todo quedará en cenizas.
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+info: ibanmasdidac.com
Actualizado 20/02/2020