Guridi nos da las claves para transformar las meteduras de pata en una fuente creativa

El ilustrador y artista Guridi desde siempre ha tenido una incapacidad manifiesta para centrarse en una idea. «Cada cosa que se me ocurría iba inexorablemente unida a otras dos o tres ­—confiesa—, y esas a su vez se ramificaban formando una red llena de conexiones, algunas de ellas sin mucho sentido».

Portada de Abitar el herror, por Guridi.

Seguro que muchos de quienes leen estas líneas se habrán identificado con las palabras de Guridi. Esa capacidad de dispersión mental, tradicionalmente se ha visto como algo negativo que hay que corregir. En el caso del ilustrador, lo que ha hecho ha sido darle la vuelta a la tortilla, como se dice coloquialmente, y ha trasladado ese pequeño ‘defecto’ a su terreno, el de la creatividad, para convertirlo en una habilidad a su favor.

«Reconocer que esa incapacidad [de centrarse en una idea] puede ser útil me ha llevado tiempo y algún que otro disgusto. Y aquí es donde el arte desempeña su maravilloso papel, porque mi dispersión me ha permitido manipular lo que veo y oigo para transformarlo en algo distinto. Dejándome ir, ‘desconcentrándome de forma controlada’, he ido aprendiendo a encauzar esas derivas para utilizar la que más me interese en cada momento. Solo tengo que reflejar en el papel todo lo que mi incapacidad me va ofreciendo y, después, actuar como observador externo para elegir el camino más interesante».

Guridi

Ahora Guridi desvela su proceso y su método en Abitar el herror (Gustavo Gili, 2019), donde las ilustraciones del autor nos introducen en esa mezcla maravillosamente desordenada de sus observaciones, saberes, emociones, pensamientos y acciones. Con este libro, a modo de libreta o cuaderno de apuntes, Guridi ha decidido hacer brotar de nuevo en cada uno de nosotros la creatividad que llevamos dentro.

En muchas ocasiones, esa sensación de ‘descentrarse’, de ausencia de memoria y de desapego de la realidad ha causado en Guridi pequeños estragos. Sin embargo, a cambio, como él mismo explica, este proceso le ha servido para recibir «flashes maravillosos en los que las imágenes se entremezclan para darme respuestas gráficas a preguntas reales». Los espacios se muestran ante el creativo «con posibilidades infinitas y las paletas de color inundan mi mente junto a personajes que esperan cobrar vida».

¿Qué vamos a encontrar en Abitar el herror? El libro no es un ensayo, ni una poesía, ni un cuaderno de artista, ni un manual práctico de creatividad, sino todo a la vez. Sus páginas son una invitación a caer en el caos del proceso artístico para descubrir la importancia del error. La lectura es extremadamente ligera —en el buen sentido de la palabra—; y a medida que pasamos página, tenemos la sensación que el autor nos abre la puerta a la esfera privada de sus pensamientos. También es preciso remarcar el diseño y el formato bolsillo, con gomita de cierre a modo de cuaderno de notas, donde domina el blanco y negro con alguna breve nota de color.

En ocasiones el libro funciona como manual de autoayuda, donde Guridi se convierte en nuestro coach particular planteándonos preguntas que nos obligan a pensar y ahondar en nuestra psique para responder honestamente y poner un mínimo orden a nuestras ideas. Otras veces nos ofrece simplemente pensamientos libres. Y en todo caso, Abitar el herror funciona como válvula de escape para refrescar nuestra vista con las ricas y expresivas ilustraciones que acompañan los textos.

Raúl Nieto Guridi 
(Sevilla, 1970) estudió Bellas Artes y ha trabajado en casi todos los campos de la imagen, la impresión, el diseño, la arquitectura efímera y la publicidad. Desde el año 2006 complementa su trabajo de profesor de dibujo con la ilustración. Desde 2010, su trabajo se ha centrado en el álbum ilustrado infantil y en la cartelería de espectáculos de teatro, danza y títeres. Ha recibido varios premios internacionales y sus libros han sido traducidos a más de 9 idiomas.

Abitar el herror

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