Pablo Navarlaz, reciente graduado en Diseño e Innovación por Elisava, ha desarrollado un proyecto de fin de grado (TFG) titulado Frecuencias Divergentes, que ha captado la atención en el mundo del diseño tipográfico por su enfoque innovador hacia la accesibilidad.
Este proyecto, que ha sido seleccionado para los prestigiosos premios EI! otorgados por Elisava y cuyo ganador se anunciará en octubre, busca mejorar la experiencia de lectura de personas con deficiencia visual a través de una tipografía paramétrica que permite ajustes personalizados.
En sus propias palabras, Navarlaz explica: “El proyecto se titula Frecuencias Divergentes, y habla sobre cómo podemos crear tipografías para que sean más accesibles para más personas. Me he enfocado en personas con deficiencia visual, ya que, a diferencia de aquellas con ceguera, conservan todavía un resto de visión útil para su vida diaria, pero a menudo enfrentan problemas para acceder a material de lectura.”
A lo largo del desarrollo de su proyecto, Pablo ha realizado una investigación exhaustiva que abarca campos como la psicología, la neurología y la ergonomía. Además, ha contado con el asesoramiento de expertos reconocidos como su tutor Oriol Miró o Octavio Pardo e Íñigo Jerez «que han sido fundamentales su presencia a lo largo de todo el proyecto». El resultado es una tipografía variable, a la que ha denominado Ivy Flex, que permite un ajuste fino en cinco variables clave: peso, ancho, contraste, fórmula-m y altura de x. Estas variables son fundamentales para modificar la relación entre el negro de las letras y el blanco del fondo, mejorando la legibilidad de acuerdo con las necesidades individuales de cada persona.
Navarlaz destaca un aspecto crucial de su investigación: la falta de consenso en el campo de la legibilidad tipográfica. “He detectado una falta de consenso entre la mayoría de investigadores, pudiendo encontrar todo tipo de resultados, muchos de ellos contradictorios entre sí. Además, muchos estudios no están debidamente realizados o interpretados por la falta de conocimiento sobre el campo de la tipografía por parte de los investigadores”, comenta.
Frente a la tendencia a estandarizar la legibilidad, Pablo aboga por un enfoque más flexible y personalizado. “Siempre se suele buscar la estandarización o normativización del término de la legibilidad, como si existiese una tipografía con una legibilidad superior a las demás. Esto es un error, porque cada persona tiene una condición visual diferente. Por esta razón, se me ocurrió que una buena forma de trabajar sería mediante la tipografía variable, ya que permite generar muchas configuraciones intermedias, y no unos ajustes predefinidos.”
Aunque Ivy Flex es solo una muestra de la metodología que propone en Frecuencias Divergentes, Navarlaz es consciente de que su trabajo es solo el comienzo de una exploración más amplia en el campo de la tipografía accesible. “Las variables que propongo no son definitivas, y la tipografía que he diseñado no es ni más legible que otras, ni tiene unas variables mejores que otras. Simplemente es una muestra de la metodología que propongo, basada en huir del estándar, ofreciendo tantos ajustes como sea posible para que se pueda encontrar la opción que funciona mejor en cada contexto.”
El proyecto no se limita a personas con deficiencia visual; su enfoque adaptable tiene el potencial de beneficiar a un público mucho más amplio, incluyendo personas con visión normativa. “Si es útil para personas con deficiencia visual, también lo será para aquellas con visión normativa, lo que incrementa las probabilidades de que se aplique en más situaciones”, añade.
Con Frecuencias Divergentes, Pablo Navarlaz no solo ha creado una herramienta para mejorar la accesibilidad en la lectura, sino que también ha abierto la puerta a una discusión más amplia sobre la necesidad de enfoques personalizados en el diseño tipográfico. “Con el proyecto no trato ni de vender mi tipografía, ni de imponer resultados; más bien creo que el proyecto sirve para ayudar a difundir y aclarar algunos temas, advertir sobre otros, y proponer alternativas.”
A medida que continúa explorando las posibilidades de su metodología, Pablo invita a otros diseñadores y profesionales a unirse a esta conversación y seguir desarrollando soluciones que puedan tener un impacto real en la vida de muchas personas. “El proyecto no está cerrado, y seguiré trabajando en el futuro”, concluye.