Hoy, 16 de febrero, se cumplen 277 años del nacimiento de Giambattista Bodoni, el impresor y tipógrafo autor de diversos tipos célebres que todavía se siguen utilizando en la actualidad, como la tipografía bautizada con el mismo nombre que su creador.
Pronto pudo verse que se trataba de un tipógrafo innovador y su talento se hizo presente a través de las cuidadas y elegantes ediciones de las obras que llevaba a cabo. Con lo que en 1770 estableció su propio taller de fundición de tipos, del cual salió Fregie Majuscole (1782), su primera obra tipográfica. Dos décadas después creó su imprenta y en ella se produjeron ediciones de alta calidad. Entre las ediciones más conocidas destacan Epithalamia exoticis linguis reddita (1775), los trabajos de Oracio (1791) y Poliziano (1795), la Gerusalemme liberata, el Oracio dominica (1806) y la popular Ilíada.
A partir del trabajo de tipógrafos como Pierre Simon Furnier y Firmin Didot (en Francia) y John Baskerville (en Inglaterra), Giambattista Bodoni desarrolló su propia personalidad y estilo de trabajo. Tenía claro que solo podía alcanzar la excelencia empleando los mejores materiales y aplicando meticulosamente la última tecnología en impresión, composición y encuadernación. Alcanzar la coherencia formal y la expresividad tipográfica eran sus principales preocupaciones.
El primer volumen de su manual tipográfico –considerado el tratado más importante de tipografía de la época– Manuale tipográfico, fue publicado en 1788. Este manual estaba compuesto por más de 100 alfabetos románicos, 50 itálicos y 28 griegos, así como de 600 láminas y 1.000 ornamentos y viñetas diseñados por él mismo. Los siguientes volúmenes fueron publicados por su mujer Margherita tras la muerte del tipógrafo.
En el Manuale tipográfico Bodoni exponía los cuatros principios básicos con los que alcanzar la belleza tipográfica: uniformidad de diseño, elegancia y nitidez, buen gusto y encanto.
Giambattista Bodoni tenía como principal objetivo la armonía en sus composiciones. Estas tenían que contribuir a elevar la belleza del conjunto de la edición. De hecho, la tipografía Bodoni, una de las tipografías más conocidas de Giambattista, abandera la idea de estilo y elegancia, con un delicado equilibrio entre la sensibilidad y la racionalidad.
Bodoni, creada en 1790, fue una tipografía clave a finales del siglo XVIII dentro de la estética moderna, que supone la cúspide de 300 años de evolución de tipografía romana. Sus características hicieron que Bodoni desplazara a las tipografías más tradicionales colocándose como el referente de modernidad. Los contrastes muy acusados en sus proporciones, la anchura uniforme de sus caracteres y sus remates rectos y delgados dotan a la tipografía de un aspecto muy claro y expresivo.
Giambattista Bodoni murió el 19 de noviembre de 1813 en Parma. Llegó a convertirse en uno de los más grandes tipógrafos de la historia y uno de los más conocidos del siglo XVIII. Recibió honores por parte del Papa, así como por varios reyes europeos. Por todos estos méritos, la ciudad de Parma creó una medalla en su honor. Además, Benjamín Franklin le escribió admirado por la belleza de su Manuale Tipografico y Napoleón quiso conocerlo personalmente y demostrarle su admiración concediéndole una pensión vitalicia.
Actualmente, Giambattista Bodoni y su obra siguen siendo todo un referente tipográfico.