Xavi Martínez Robles es un joven diseñador de 27 años nacido en Barcelona. Estudió el Grado en Diseño Gráfico en la Escuela Superior de Diseño de Barcelona (ESDi) y, desde que acabó no ha parado de trabajar. Ha pasado por diferentes estudios durante su trayectoria profesional, lo que le ha llevado a poder trabajar en Croacia para Bunch Design.
Xavi Martínez ha pasado por diferentes estudios de diseño desde antes de acabar el grado, incluso. Comenzó haciendo prácticas para el estudio Ruiz+Company y, tras finalizar sus estudios, se convertiría en el encargado del departamento de diseño gráfico de su universidad.
Tras un año en ese puesto, se marchó a Croacia para formar parte de Bunch Design durante dos años de manera intermitente, ya que volvería entre medias a Barcelona para trabajar durante un mes en el estudio Art of Many antes de volverse a Croacia. Finalmente, desde 2016, el diseñador catalán trabaja en Séptimo; otro estudio situado en Barcelona especializado en branding. Todo esto es el proceso de, a penas, cinco años de trayectoria, durante los cuales, el diseñador ha compaginado su trabajo para estudios y sus trabajos como freelance.
Estuviste trabajando como diseñador gráfico junior en Bunch Design, que está en Croacia. ¿Qué diferencias te has encontrado al trabajar en Croacia y en España?
Sí, estuve casi 2 años trabajando en Bunch, en la capital de Croacia, Zagreb. Realmente ellos se asemejan más a un estudio londinense que a un estudio propio de Croacia, de hecho los socios se formaron y crearon el estudio en Londres. En cuanto a las diferencias, podría decir que son un tanto más estrictos, dedican más tiempo a conceptualizar los proyectos y sobre todo a hacer muchas pruebas y a observar diferentes opciones. En general los timings son mucho más extensos, entiendo que una cosa va con la otra. Por lo demás, más o menos lo mismo.
¿En qué punto crees que se encuentra el diseño gráfico?
Creo que el diseño gráfico en España se encuentra un paso por detrás que en el resto de Europa. Desgraciadamente, aún no hay una conciencia clara de lo que significa y lo que conlleva el diseño gráfico. Cada día nos encontramos con luchas sin sentido entre clientes y diseñadores. No se valora como se debería y todo el mundo se da la licencia de opinar sobre nuestro trabajo. El hecho de que aún no se entienda muy bien de lo que se trata el diseño afecta a los presupuestos, que la mayoría de veces son muy ajustados. Eso afecta inevitablemente a los sueldos de los diseñadores, a los timings y, por tanto, a la calidad del diseño que se produce.
«Cada día nos encontramos con luchas sin sentido entre clientes y diseñadores. No se valora como se debería y todo el mundo se da la licencia de opinar sobre nuestro trabajo».
Por lo que hace a los diseñadores y el diseño en general, creo que el nivel cada vez es más alto. Se está haciendo un buen trabajo, cada vez hay más estudios de jóvenes que salen con mucho potencial. Sobre todo en Barcelona, de algún modo, creo que el diseño gráfico destaca más que en otras ciudades.
Has realizado trabajos de diseño editorial, packaging o branding, entre otros. ¿Cuál crees que es la rama del diseño que más te identifica?
He tenido la suerte de realizar muchos proyectos y de diferentes ramas, por lo que he podido vivir y experimentar cada una de ellas. Por lo general, la rama que más me identifica o en la que más estoy trabajando ahora mismo y disfruto, es el diseño de identidad corporativa, junto al editorial.
¿Podrías explicarnos cuál es tu rutina de trabajo?
Mi rutina no tiene nada de especial; suelo llegar al estudio sobre las 9.00 h. de la mañana, reviso todos los mails, a veces tengo alguna que otra reunión y el resto del tiempo lo dedico a los distintos proyectos del estudio. Al terminar la jornada sigo con los proyectos que tenga en ese momento como freelance.
¿Cómo de difícil ha sido hacerte un hueco en el mundo del diseño tras haber acabado de formarte?
La verdad es que no me ha sido muy difícil, por suerte siempre he tenido trabajo, no he estado nunca parado y espero seguir así. He trabajado y colaborado con varios estudios y los clientes que he tenido, la mayoría han venido por sí solos. Nunca me he puesto a buscar proyectos nuevos. Creo que mi inquietud, ganas de trabajar y pasión por lo que hago ha tenido mucho que ver en eso.
¿Qué recomiendas a los jóvenes diseñadores y diseñadoras que deben enfrentarse a ese mundo?
Recomiendo ir a trabajar fuera, aprender de la cultura de otro país, una manera diferente de ver el mundo, conocer gente y desconectar. Sobretodo si lo que se busca no se encuentra aquí. A mi me ayudó mucho tanto personalmente como profesionalmente. Aprender como trabaja un estudio fuera, creo que te puede dar una visión distinta de lo que has aprendido aquí. Lo ideal sería que todos viviéramos una experiencia así por lo menos una vez, si se puede. De hecho, no descarto volver a irme fuera en un futuro.
¿Qué piensas que le falta a la formación en diseño actual? ¿Se sale lo suficientemente preparado para la gran competitividad que hay en el sector?
La formación que se dá en el ámbito del diseño gráfico es muy básica. Creo que no se prepara suficiente a los alumnos para el mundo laboral. Y aquí seré un poco crítico. No puedo hablar por otras universidades, pero por lo que hace a la universidad donde yo estudié, ESDi, tanto el centro como el profesorado no prepara suficientemente a los alumnos. Esto lo veo ahora, no cuando entré, por supuesto. No se realizan proyectos reales, ni se siguen metodologías reales, ya que la mayoría de los profesores ya no ejercen de diseñador o no han ejercido nunca.
También es cierto que cada alumno tiene que saber formarse por sí solo, buscar su camino, tener mucha curiosidad. Ya puedes tener a los mejores profesores, que si no tienes interés no creo que llegues muy lejos. Al final, todo depende del alumno.
¿Qué referencias te han influido durante estos años?
He tenido muchas referencias durante mi carrera profesional. En un principio, mis referencias eran más los estudios locales. Poco a poco fui evolucionando y he ido descubriendo otros estudios internacionales que me interesan más. Pero a parte de los referentes visuales que puedas encontrar por internet, sobretodo me ha influenciado gente cercana a mí; compañeros de trabajo de los que, bebiendo un poco de unos y otros, me voy formando día a día.
Si tuvieras que quedarte con uno de los trabajos que has hecho, ¿cuál sería?
Me quedaría sin duda con mi último trabajo para Sala Equis. Es uno de mis proyectos más completos y de los que más he disfrutado.
Y, en cambio, ¿cuál ha sido el proyecto que más quebraderos de cabeza te ha dado?
Contactaron conmigo unos chicos de Madrid hace dos o tres años que querían montar una sastrería en la capital. La verdad que el proyecto no fue muy bien, me hicieron hacer mil cambios, el trabajo no se llevó acabo porque abandonaron el proyecto y desaparecieron sin pagar una gran parte. Fue tan mal que me daba igual el dinero, solamente quería acabar con ello.
En el proyecto que nos comentabas para la Sala Equis, trabajaste con diseño web, packaging, comunicación visual, señalética, etc. ¿Realizaste el trabajo tú solo o contaste con colaboradores? ¿Cuánto tiempo lleva realizar un trabajo de este nivel?
El proyecto duró un año más o menos desde la primera reunión con el cliente. Ha sido un proyecto largo, con alguna que otra pausa por el medio. El proyecto de identidad visual lo llevé a cabo yo solo, lo que incluye la papelería, packaging, comunicación… Para la web, me vi un poco más apurado de tiempo por lo que conté con la ayuda de dos buenos compañeros: para el diseño gráfico; Àlex Gordo, y para la programación; Jonás Zamora.
¿Qué supuso para ti ganar un Laus de Oro en 2014?
Gané el Laus de Oro en la categoría de proyectos finales de carrera. Supuso una alegría muy grande en su momento, creo que a todos nos gusta que de un modo u otro se vea reflejado el esfuerzo de nuestro trabajo. Fue un proyecto muy poco valorado por parte de mis profesores y del tribunal de la universidad, por lo que ganar el premio me dio confianza en mí mismo para creer en lo que hago.
¿Has notado cómo el haberlo ganado ha hecho que más empresas o marcas se fijen en ti?
Realmente no sé si los estudios por los que he pasado han tenido en cuenta el premio, o no, a la hora de contratarme o de que colabore con ellos. Creo que no, seguramente es un global de todos mis proyectos en conjunto y de la manera que trabajo. Tampoco tengo claro hasta qué punto es un factor importante para los clientes que tengo y he tenido.
Los concursos realizados para los encargos de proyectos suelen causar grandes polémicas dentro del mundo del diseño y en el sector creativo en general. ¿Cuál es tu experiencia con ellos? ¿Cuál piensas que sería la mejor forma de realizar estos encargos por concurso?
Intento no participar en concursos abiertos a todo el mundo, ni tampoco a concursos cerrados por los que no pagan por presentar una propuesta. Tengo que admitir que sí que he participado en algún concurso, uno de ellos fue para el departamento de energía de la Generalitat. No me llevé el proyecto por lo que tampoco vi ni un duro.
No estoy seguro de saber la fórmula correcta para los concursos, pero creo que lo ideal sería siempre concursos cerrados, por los que haya una remuneración equitativa por cada propuesta, un jurado calificado que valore las diferentes opciones y un ganador que finalmente desarrolle el proyecto con otro presupuesto a parte del que ya ha cobrado por presentarse.
Has trabajo en distintos estudios como Bunch Design, Ruiz+Company y Artofmany. ¿Cuándo y por qué decidiste hacerte freelance? ¿Qué ventajas y desventajas te has encontrado?
Nunca he decidido hacerme freelance, realmente ha venido todo solo. Soy incapaz de decir que no a un proyecto interesante, es algo que me supera por completo.
Empezando por las desventajas, y creo que todo el mundo estará de acuerdo conmigo, el tema de los autónomos. No tengo un trabajo de freelance constante, sino que va y viene ya que como comentaba anteriormente, no suelo buscar proyectos nuevos. A veces me llegan proyectos grandes y otras veces proyectos muy pequeños, por lo que algunos meses soy incapaz de cobrar un proyecto ya que acabaría hasta perdiendo dinero por el tema de los impuestos. Siempre intento declarar todo lo que cobro y hacerlo legal pero es una vergüenza que sea tan complicado. Cuando hablo con amigos de otros países no pueden creer lo que nos hacen pagar aquí.
Por otro lado, el combinar siempre el trabajo del estudio con los trabajos como freelance ha hecho que de algún modo evolucione más rápido como diseñador. Te da la oportunidad de enfrentarte a un proyecto tú solo y aprender de ello. Otra ventaja, obviamente, es el tema económico, vivir en una ciudad cada día más cara como es Barcelona, no te da para ahorrar mucho…
¿Cómo compaginas el trabajo personal con el trabajo en Séptimo?
Con poca vida social y una pareja con mucha paciencia [risas]. Bromeo un poco, pero la verdad es que trabajo mucho, muchas horas en frente del ordenador. Por lo general no me gusta, ni suelo, mezclar el trabajo de freelance con mi jornada laboral en Séptimo. Si lo hago, es por alguna urgencia puntual. En el estudio creemos en la responsabilidad de cada uno, todos somos conscientes de nuestros proyectos y tengo la suerte de trabajar en un estudio donde se confía mucho en los diseñadores y si, por algún motivo, tengo que parar y hacer otra cosa no suele pasar nada.
Sala Equis
Actualizado 01/08/2018