Núria Tamarit Castro es una joven ilustradora nacida en Vil·lareal, Castellón, en 1993. Estudió Bellas Artes y un máster en Diseño e Ilustración en la Universidad Politécnica de Valencia. Desde su época como estudiante, la ilustradora ha publicado sus propios fanzines y cómics de forma colaborativa e individual. Hoy, hablamos con ella para conocer más sobre su trabajo.
En 2016, junto a sus compañeros y compañeras Anabel Colazo, Pau Ferrando, Maria Ponce y Luis Yang, publicó Nimio: un fanzine que sería nombrado como el mejor fanzine del año en 34º Salón del Cómic de Barcelona. Además, en junio de este año, la ilustradora de Vil·lareal fue premiada con la primera edición del Premi València de Novela Gràfica por su obra Dos Monedas.
Estudiaste Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia y más tarde realizaste un máster en Diseño e Ilustración. ¿Durante ese proceso de estudio, recibiste algún tipo de formación relacionada con el cómic o la novela gráfica? En la carrera de Bellas Artes cursé una asignatura llamada Narrativa gráfica. Era el primer año que se impartía y no estaba enfocada 100% a la narrativa de cómic. Posteriormente, realicé un máster de Diseño e Ilustración donde sí tuve una asignatura de cómic, impartida por M. A. Giner Bou, en la que aprendí muchas normas que ahora me puedo saltar.
¿En qué estás trabajando ahora? Estoy trabajando en dos proyectos de cómic: uno, con guionista, para el mercado francés; el otro de creación propia.
Además, compagino estos trabajos con los encargos de ilustración que van saliendo. Es difícil vivir solo de una de las dos cosas.
¿Cuál es tu rutina de trabajo habitual? Depende de la época del año y las circunstancias, pero en principio intento trabajar unas cuatro horas por la mañana y lo mismo por la tarde, aunque me gusta tener algo de flexibilidad en los horarios. Pienso que es importante dedicar tiempo a consumir cultura y pasear. No se pasea lo suficiente.
¿Cuánto tiempo dedicas a la documentación antes de realizar un trabajo? Depende mucho del trabajo y del conocimiento previo que tenga del tema. No podría hacer una media. Intento no perderme en la documentación y tratar de encontrar la información esencial e indispensable.
¿Qué se siente el ser la primera ganadora del Premi València de Novela Gráfica? ¿Qué crees que supone este nuevo premio para el sector? ¿Y a nivel personal? Por supuesto me siento agradecida. Un nuevo premio de cómic siempre es bienvenido, potencia la creación de nuevas obras y permite a los ganadores trabajar con una tranquilidad económica que, por desgracia, no es muy habitual en el mercado del cómic español. Este premio implica cobrar una cantidad más acorde al trabajo que una obra de estas características implica.
A nivel personal, el premio supone un empuje para sacar adelante un proyecto que tenía guardado en el cajón a la espera de una oportunidad para dedicarle tiempo y esfuerzo.
¿Cómo nace la idea para Dos Monedas? ¿Cuál es su objetivo? La historia nace de un viaje que hice a Senegal el verano pasado. Estuve allí tres semanas: en Dakar, Sant Louis y la provincia rural y pesquera de Gandiol. Durante este tiempo, hice un cuaderno de viaje con anotaciones y dibujos de aquello que me sorprendía y quería recordar. Lo que más me impactó fue confrontar la visión que tenía del país, ofrecida por los medios de comunicación occidentales, con aquella realidad. El objetivo de la historia es establecer esa comparación entre aquello que nos han contado y la impresión que yo obtuve allí. Una comparativa entre dos modos de ver y entender la vida.
¿Crees que un cómic debe hacer reflexionar al lector o debe centrarse, sobre todo, en el entretenimiento? Pienso que, como en el mundo de las series de TV, el cine o los libros, ambas funciones tienen cabida. Personalmente, me gustaría que mi obra hiciera reflexionar mínimamente al lector, aunque sea intentando aportar un cambio de perspectiva.
¿Qué cómics/novelas gráficas/fanzines leías cuando eras más joven? ¿Cómo han influido en tu trabajo? Lo cierto es que de pequeña nunca fui una gran lectora. Leía Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Rompetechos, Astérix y algún que otro Tintín, pero, en realidad, yo lo que quería era dibujar. En mi adolescencia leí muchos libros, vi mucho anime y seguí dibujando sin parar. No sé si algunas de esas obras han podido influirme, lo que está claro es que el impulso de dibujar estaba allí antes que ellas.
¿Qué diferencias existen entre la cultura del fanzine y la del cómic? Lo que percibo son dos ambientes distintos. Por un lado, el mundo del fanzine, según mi experiencia, pone en valor la comunidad, la actitud crítica y la libertad temática y de formato. Además, el rendimiento económico no es una preocupación esencial.
Por otro lado, en el mundo del cómic veo una actitud más individualista y una mayor tendencia hacia la competitividad que, probablemente, tenga que ver con la presión de ganarte la vida en un sector precario.
Comenzaste autoeditando tus propios trabajos hasta que finalmente pudiste firmar un contrato con una editorial para una de tus obras. ¿Con qué obra diste el salto? ¿Cómo fue este cambio para ti? ¿Qué diferencias has encontrado a la hora de trabajar? Efectivamente, empecé colaborando en fanzines y mi primera publicación editorial surge a partir del proyecto que realicé con Xulia Vicente como trabajo de final de grado, Duerme Pueblo, que fue publicado por Ediciones La Cúpula. A pesar de eso, no he dejado de colaborar y autoeditar fanzines, ya que, para mí, es un fin en sí mismo y no un medio para llegar a las editoriales.
Publicar esta obra me permitió conocer a muchos autores y aprender de sus experiencias, además de darme mucha confianza para seguir dibujando y sacar nuevos proyectos.
En cuanto al modo de trabajo digamos que la principal diferencia es la libertad. Puedes dibujar lo que quieras en un fanzine, pero cuando proyectas un cómic, de alguna manera estás sujeto al mercado. Las ventas, el formato, la temática, el cómic no es totalmente libre porque prima el hecho de que tu libro se venda.
¿Qué suponen ferias como Tenderete para autores que autoeditan sus proyectos? Supone una oportunidad para dar a conocer y vender sus fanzines, pero además, para mí, es un punto de encuentro. Un espacio para conocer otra gente que también hace autoedición, proyectos interesantes, obra gráfica desconocida, etc.
¿Has notado algún tipo de discriminación hacia tu trabajo por el hecho de ser joven? ¿Y mujer? Lo cierto es que no. En alguna entrevista me he encontrado con preguntas un tanto sexistas o rancias, pero en general no he tenido malas experiencias en ese sentido.
Lo cierto es que muchos de mis clientes extranjeros no conocen ni mi edad ni mi sexo y se guían por mi trabajo, que es lo que aparece en mi web.
¿Consideras que se dan las oportunidades necesarias para mostrar el trabajo de la gente joven en la industria del cómic y la novela gráfica? Hoy en día, mostrar tu trabajo es tan sencillo que el efecto que se genera es perjudicial. Hay mucho contenido en internet, muchos artistas en Instagram y muchas imágenes en general. Creo que la principal dificultad de los editores en estos tiempos es la de navegar entre toda esa oferta, y la de los autores es la de estar presente en el mundo de las redes sociales sin perderse en él y concentrarse, simplemente, en dibujar.
Ser freelance parece la única forma de adentrarse en el mercado laboral cuando eres joven y creativo/a. ¿Estás de acuerdo? Bueno, parece que es el orden natural de las cosas. Con lo que no estoy de acuerdo es con las inexistentes facilidades que te da la administración para empezar tu vida laboral de forma legal. Es decir, si estás empezando a tener tus primeros encargos, pagar una cuota mensual de autónomos es una proeza. Es un sistema irreal.
¿Prefieres colaborar con otros artistas en tus proyectos o, en cambio, prefieres trabajar sola y mantener tu propio estilo en la obra? El tipo de colaboraciones que he tenido hasta el momento no han sido muy variadas. Está claro que mantener mi propio estilo es algo que no voy a poder evitar, pero me gustaría colaborar con algunos artistas en proyectos más grandes o incluso en pintura mural.
¿Es difícil combinar y hacer un trabajo coherente y en sintonía cuando se colabora con otros artistas? ¿Cómo lo conseguisteis con Nimio? En nuestro caso, creo que se dieron varios factores que propiciaron esa “coherencia” (que para nosotros no existía en aquel entonces). Todos habíamos estudiado en la misma facultad, éramos amigos y dibujábamos juntos de vez en cuando. Además, pautamos ciertas “normas” para no desmadrarnos, como la duración de las historietas, el blanco y negro o el esquema de viñetas.
Duerme Pueblo es una obra basada en un juego muy popular al que muchos hemos jugado y que ilustraste junto a Xulia Vicente. ¿Tienes pensado realizar más trabajos basados en este tipo de juegos? Por el momento ambas estamos trabajando en otros proyectos y no tenemos pensado colaborar a corto plazo.
¿Qué consejos darías a la gente joven que empieza ahora en este sector; tanto para la autoedición como una vez firmas con una editorial? Que dibujen mucho, todo lo que puedan. Y que acudan a todo tipo de eventos relacionados como salones, ferias de autoedición o presentaciones en librerías. Yo he aprendido mucho de otros profesionales que, en estos eventos, han querido compartir su conocimiento conmigo.
Actualizado 03/10/2018