Demas Rusli es un fotógrafo que vive en Sidney (Australia) especializado en la fotografía arquitectónica. De hecho, Rusli tiene varios estudios en arquitectura e incluso reconocimientos por ellos, pero su fotografía destaca por la capacidad de incorporar el elemento humano en la fotografía.
Una de las reglas básicas que te repiten al iniciarte en el mundo de la fotografía es el dinamismo. La fotografía debe tener dinamismo, movimiento y vida para no dejar impasible al espectador. Este dinamismo se puede conseguir de distintas formas, pero es cierto que según la vertiente de la fotografía en la que trabajes, suele ser más complicado aplicarlo.
En ramas como el retrato, la fotografía callejera o la fotografía deportiva este movimiento está más que justificado y no suele causar muchos problemas al fotógrafo para captarlo. Sin embargo, en una vertiente como es la fotografía arquitectónica, este dinamismo se complica, ya que para no pasar desapercibido para el público has de conseguir una composición en el que el resto de reglas sustituyan el dinamismo o –como hace Demas Rusli– introducir un elemento dinámico como una persona en la composición que capte parte de la atención.
La fotografía de Demas Rusli, ya sea la hecha con su cámara o con su drone, contiene dos características fundamentales que la caracterizan: la simetría y la composición por patrones. Sin embargo, esta fotografía peca de esa falta de dinamismo, y la presencia de un elemento humano en la composición ayuda a mejorarla.