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«El infantilizado Circo del diseño», por Víctor Palau

Víctor Palau Por Víctor Palau
29/07/2021
en Opinión

¡Pasen y vean, el maravilloso mundo del Circo. El hombre más fuerte del mundo, la mujer barbuda, el hombre más diminuto, el devorador de pollos, sirenas… el mayor Espectáculo del Mundo! Phineas Taylor Barnum utilizaba toda esta parafernalia para promocionar su espectáculo y bien podía aplicarse a nuestro sector. Es un verdadero Circo. 

Durante estos días hemos podido ver, con sorpresa, cómo se han removido los cimientos de nuestro sector con el simple hecho de que una persona exprese su malestar sobre el funcionamiento de la contratación de servicios de diseño por parte del Ayuntamiento de Madrid.

En ese movimiento han salido del remolque del Circo todo tipo de personajes que han cogido la bandera rápidamente y la han agitado para atizar a todo lo que se mueve, con razón o sin ella, con conocimiento de causa o sin tener ni idea. Habitual por otro lado. 

Cuando hablas con diferentes partes del conflicto te sueles hacer una visión más amplia de la situación y esta situación es muy compleja y tiene muchas caras. Creo que todas las partes tienen razón y todas tienen parte de culpa. En muchos de los comentarios se falla a la hora de buscar un responsable de lo que ocurre. Y los hay, a mi modo de ver, bastante claros.

El Ayuntamiento de Madrid hace unos meses montó un Circo para que acróbatas y trapecistas se divirtieran haciendo sus piruetas. Un Circo que monta prácticamente en cada licitación, en cada concurso, en cada sector. Nosotros no íbamos a ser diferentes. 

reglas 

Para participar en el Circo el Ayuntamiento pone una reglas, unas reglas claras que cumplen con la normativa vigente, con las leyes y con todos los protocolos a los que está sujeta la administración pública. 

Esas reglas para mi son inasumibles. El Ayuntamiento marca el precio. Inasumible. Marca un descuento general sobre los precios, que ya son de por sí bajos o muy bajos. Inasumible. Y cuando licita un proyecto concreto solo se lo llevará quien tenga el precio más bajo. Inasumible. No quiero salir a la pista de ese Circo. Otros sí, perfecto.

El Ayuntamiento dice que en el Circo pueden participar 15 trapecistas y que esas son sus reglas. Si te presentas ya sabes a lo que hay que jugar. No hay dudas. El interventor lo deja claro en el pliego de condiciones en negrita y subrayado. Gana quien ofrezca el precio más bajo y ninguna bajada se considerará desmesurada. 

Una serie de agentes seleccionan a aquellos candidatos que quieren salir a la pista a mostrar sus dotes para el espectáculo. Esos agentes son la Asociación de Ilustradores de Madrid (APIM), la Asociación de Diseñadores de Madrid (DIMAD) y la Asociación de Directores de Arte y Diseñadores Gráficos (ADG-FAD). Además, aunque no ha participado, en el pliego de condiciones también aparecía el CdeC (Club de Creativos). Estas asociaciones no solo validan las reglas sino que participan en la selección de los que van a participar en el Circo. 

Finalmente se seleccionan 15 de más de 90 que se presentan. Dos se retiran, seguramente al ver las condiciones o la situación. Hay 13 que reciben la gran noticia. ¡Qué empiece el espectáculo!

¡chorprecha! 

Resulta que el juego es una subasta suicida a la baja y los participantes empiezan a darse cuenta que pasa en el centro de la pista. Solo puede salir al centro de la pista a hacer sus piruetas aquel que rebaje más su presupuesto. Y a cada licitación se va bajando más y más. Y siempre hay quien está dispuesto a bajar mucho. 

A algunos bajarse los pantalones les da pudor. Un poquito vale pero pasado cierto punto no. Y entonces sacan la bandera de la moral y de la integridad y de salvar a la raza humana. Pero no se acuerdan que los pantalones se los bajaron en el momento que aceptaron las reglas del Circo. Cuando presentaron su voluntad de participar ya habían traspasado la frontera. 

Algunos dicen que no leyeron las reglas bien, otros que no es lo mismo bajarse los pantalones un poquito que bajárselos del todo… El error fue aceptar las condiciones iniciales, una vez metido en la pista no vale a quejarse de que el otro hace mejores piruetas. 

¡Es que el hombre forzudo tiene los brazos muy grandes! ¡Es que la mujer barbuda es muy alta! ¡Es que el enano saltarín es inagotable! 

Las empresas y profesionales que presentan las mayores bajas ganan, y ganan justamente. Cumpliendo con la legalidad y haciendo uso de sus propias estrategias empresariales. Porque todos tienen estrategia, y todos saben que las condiciones no son justas, pero todos quieren aparecer en el Circo.

Todos aceptaron unas reglas porque tienen un objetivo claro, aprovechar la inercia que genera una institución como el Ayuntamiento de Madrid para generar negocio y no importa demasiado si hay que rebajarse un poco. Cuando ese objetivo se ve frustrado porque otro gana utilizando las reglas establecidas es cuando aparece la frustración y entonces nos parece mal que el otro sea más alto o más guapo. ¡Es que no hay derecho a que se baje los pantalones más que yo! 

Podemos debatir quién nos gusta más o menos, si son más o menos elegantes, altos o fuertes, pero todas las empresas son legales, cumplen como las que más y utilizan todos los recursos para hacer crecer sus negocios y generar una estructura solvente. Qué levante la mano quien no ha trabajado gratis o nunca ha hecho cosas de las que se avergüenza profesionalmente hablando.

El culpable de la situación no son los que se bajan los pantalones más, no nos equivoquemos de objetivo, es quien montó el Circo, el Ayuntamiento de Madrid y aquellos que permitieron o no supervisaron las condiciones en las que se celebraba este espectáculo. Algunas asociaciones, que en ocasiones persiguen vehementemente derechos infundados de sus asociados, esta vez lo han permitido, avalado y lo más grave, participado en el Circo. 

Y no nos olvidemos de los que se presentan a participar. Personalmente estoy cansado de denunciar condiciones inaceptables pero luego mis propios amigos se presentan.

Si nadie se presentará las condiciones cambiarían pero no hay que ser demasiado listo para saber que eso no va a pasar, que la realidad es que todo el mundo tiene su excusa o explicación: ‘Que quieres que haga’, ‘Es lo que hay’, ‘Más vale eso que nada’. 

sector infantilizado

El sector del diseño y la creatividad es un sector muy infantilizado, lleno de grandes profesionales pero también de muchos que no lo son. Existe una cantidad enorme de pequeños acróbatas que desean trabajar con red de seguridad y que todo esté reglado, regulado a su favor para que su inexperiencia o ineficacia empresarial sea suplida por un proteccionismo extremo y argumentan cosas y atacan sin sentido a todo aquello que sea beneficio, rentabilidad, negocio o simplemente empresa. Generar industria significa hablar de negocio, de márgenes, de dinero… y todo esto siempre es una asignatura pendiente.

Todos aquellos que tienen una estructura mayor de dos personas se les señala siempre como piratas, explotadores, tiburones… Si alguien sabe de ilegalidades debe denunciarlas pero hablar desde la frustración personal o del desconocimiento más absoluto del funcionamiento de las cosas es no ser adulto. A veces somos niños, y me incluyo yo mismo, que nos gustaría vivir en El Mundo de Nunca Jamás de Peter Pan. 

Como compradores nos parece genial que nos vendan pantalones tirados de precio, pero como vendedores no queremos que nadie venda mejor y más barato que nosotros no sea cosa que nos quedemos sin negocio. ¡Qué se regule! ¡Qué se limite! Y los que deberían regular y proteger al sector son poco expertos y les faltan muchas de las herramientas que deberían tener para poder enfrentarse a una realidad que les supera por todos lados.

En este caso, la administración hizo una carretera y no puso señales de límite de velocidad y todos pretendían que los conductores se regularan por si mismos, sin ni siquiera poner un radar para vigilar que nadie superar los límites. Es muy inocente pensar que se iban a autoregular. La regulación de un sector, por otro lado, es ilegal y no esta permitido pactar protocolos de precios o actuación. ¡Hola capitalismo! 

Este sector necesita subir el escalón a la mayoría de edad y abordar temas como este desde una perspectiva más adulta, más profesionalizada y menos individualizada y solitaria. Hay problemas graves en la estructura de nuestro negocio, todos los actores desde los profesionales, las asociaciones, las escuelas, las empresas y los clientes deben replantearse muchas de las cosas que hacemos y que parece nadie quiere abordar. Problemas profundos que son la base de las exacerbadas críticas que se han generado estos días. 

gracias

Mi agradecimiento a Ena Cardenal de la Nuez por facilitarnos su carta y permitirnos publicarla. Gracias por lanzar un mensaje tan directo, es necesario personas que quieran hablar en público y menos en corrillos cerveceros. Me encantaría que todos los citados pudieran dar su opinión y su punto de vista. Eso sería una gran muestra de normalidad y madurez profesional, aunque entiendo las posturas de cada uno, sobre todo no habiendo podido argumentar su postura previamente a la publicación e incluso a las descalificaciones posteriores.

Aunque yo mismo no estaba de acuerdo con algunas cosas decidimos publicar la carta de Ena porque nuestro objetivo, como medio, es visibilizar una situación totalmente inadecuada que se está produciendo. Una situación que creo debería paralizarse, si legalmente se puede, y replantearse para que todo sea más equitativo y razonable. Y si no nos tomamos esto en serio, esto se reproducirá en todas las ciudades de España, como así parece que iba a producirse en Barcelona. 

Estamos presenciando en tiempo real como nuestro sector grita y se agrieta. Nosotros siempre hemos estado dispuestos a plantear un debate abierto, serio, transversal y con interés de mejorar. Esperemos que así sea desde el respeto y la confianza, que seamos capaces de comprender que nuestros colegas no son el enemigo, sino parte de la solución para un mejor sector, aunque discutamos abiertamente. 

Si no nos gusta miremos a quien montó el espectáculo y lo permitió. Digámosle que ese Circo con animales, con trapecistas sin red, y faquires come cuchillos ,no es permisible hoy en día, porque al final saldremos todos perjudicados. 

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Comentarios 21

  1. Makros says:
    Hace 1 año

    Como ciudadano prefiero el sistema actual que aplica el Ayuntamiento. Al menos nos ahorra dinero. El modelo de los años 90 era adjudicar el encargo a dedo al estudio que le riera las gracias al funcionario aficionado al diseño y que pagara más comidas y copas en restaurantes modernitos. Luego la ilustración igualmente la hacía un autónomo por cuatro duros. Pero entonces no había quejas porque el presupuesto de las instituciones públicas para publicidad estaba descontrolado.
    Consejo a los chavales que llegan: si tienes mucho talento persiste. En otro caso es mejor un camarero con dignidad que un lameculos exigiendo su sueño.

    Responder
  2. Xavi says:
    Hace 1 año

    Lo raro es que todos los involucrados no hayan salido a defenderse.
    Si tuvieran la conciencia tranquila y argumentos validos para defenderse lo harían.
    Es conocido en el sector las estructuras de trabajadores (pràcticas) que algun estudio en concreto tiene. Esto hace que sus gastos sean bajos y tengan un arsenal de trabajadores. De este modo pueden hacer rebajas que destruyen el sector. Total.. pago 4 duros y tengo 10 chavales.
    Por no hablar del conglomerado de empresas que crean y que se retroalimentan una vez han ganado ya el concurso.
    Legal? Sí.
    Ético? …

    Luego lucen sus perfiles llenándose la boca de ética, nuevas palabaras que crean tendencia pero que no son más que humo.

    Lo triste és que estos estudio tienen maestría y calidad suficiente para ganar concursos sin estás artimañas.

    Debería reflexionar y volver (algunos de ellos) a lo que fueron en sus inicios: diseñadores respetados.

    Responder
  3. El Pibe says:
    Hace 1 año

    (no me censuréis más)

    Ni son bulos, ni son mitos, ni son leyendas.
    La experiencia de prácticas poco éticas hacia diseñadores en prácticas o juniors las hemos vivido y vivimos muchos de primera mano y la hemos escuchado de compañeros de clase. Seguramente se toleran por la ilusión y las ganas de poder vivir haciendo lo que más nos gusta, pero eso no justifica las condiciones que aceptamos para llegar a ese objetivo.

    Se dan circunstancias que son muy difíciles de justificar, tanto que da hasta reparo explicarlas a familiares o amigos porqué no se entienden fuera de este contexto.

    Responder
  4. El Pibe says:
    Hace 1 año

    Pues ni son bulos, ni son mitos, ni son leyendas.
    La experiencia de prácticas poco éticas hacia diseñadores en prácticas o juniors las hemos vivido y vivimos muchos de primera mano y la hemos escuchado de compañeros de clase. Seguramente se toleran por la ilusión y las ganas de poder vivir haciendo lo que más nos gusta, pero eso no justifica las condiciones que aceptamos para llegar a ese objetivo.
    Se dan circunstancias que son muy difíciles de justificar, tanto que da hasta reparo explicarlas a familiares o amigos porqué no se entienden fuera de este contexto.

    Borrar los comentarios que exponen esta realidad es censurar algo que está pasando en reputados estudios, seguramente los mismos que os presionan para que borréis comentarios como este.

    Responder
  5. Francesco Furno says:
    Hace 1 año

    Víctor:
    Personalmente no he entendido cuál es el foco de tu editorial. La única cosa que me queda clara es que invitas a madurar.
    Pero ni el circo, ni la carretera o los pantalones baratos me han hecho ver cuál es tu punto de vista.

    Responder
  6. A. S. says:
    Hace 1 año

    Folch no es el rey de España. Dejad de censurarnos.

    Responder
  7. Nuria Fernández Herrera says:
    Hace 1 año

    Elimináis comentarios en el artículo de Ena argumentando, y cito textualmente: “que se trata de difamaciones que no están fundadas en pruebas y hechos reales sino que se se basan en comentarios, rumores y/o percepciones personales que poco o nada tienen que ver con la realidad”, y sin embargo las ideas que viertes en este texto también son percepciones personales que defiendes utilizando argumentos que nos meten a todos en un saco al que muchos no pertenecemos. No creo que el número de personas que trabajan en un estudio sea la medida para considerar a los empresarios explotadores o no, sino las prácticas poco éticas que utilizan con el fin de aumentar sus beneficios. No me parece genial que el bajo precio de un pantalón lo sea a costa de las deplorables condiciones laborales de los trabajadores y no necesito señales de tráfico para saber que no debo ir a 300 por una carretera donde circulan otros coches. Por tus ideas infiero que a esto lo llamas infantilismo, a mí me gusta más hablar de responsabilidad.

    Creo que la madurez profesional no debe medirse por nuestra capacidad de adaptarnos a un mercado con unas condiciones cada vez más salvajes. Es nuestra responsabilidad trabajar colectivamente (Administración pública, asociaciones, profesionales del diseño…) para que esas condiciones formen parte de un pasado superado y nos permitan vivir un presente más igualitario.

    Recomiendo para abrir mentes y continuar aprendiendo el último libro de César Rendueles “Contra la igualdad de oportunidades: Un panfleto igualitarista”, al que podemos acceder gracias a las aún existentes bibliotecas públicas.

    Responder
  8. Nico Reyners (Tres Tipos Gráficos) says:
    Hace 1 año

    Las condiciones que imponen las administraciones no son exclusivas de nuestro sector. Asumiendo que la herramienta de baja temeraria es imprescindible, sería bueno crear mayor cohesión a partir del diálogo y de la colaboración. Eso no se consigue entrando en una guerra de precios fratricida con bajas de escándalo apelando a que “son la reglas del juego”. Es posible acercar posturas y acordar líneas generales de actuación sin por ello incurrir en ningún tipo de irregularidad. Son años de trabajo donde asociaciones, medios, colectivos y compañeras tenemos que tirar del carro.

    Responder
  9. Christian Fernández Mirón says:
    Hace 1 año

    Muy de acuerdo con el artículo, aunque decepcionado con el borrado de ciertos comentarios. El artículo de Ena me parece MUY importante para abrir la conversación, pero veo que alguna gente se está concentrando en el personalismo y para atacar a los tres estudios mencionados (aunque a mí también me gustaría saber qué piensan, y que pueda haber espacio para la conversación y el aprendizaje). En lugar de mirar hacia arriba, al sistema que lo ha permitido y fomentado, en este caso el acuerdo marco que ha legitimado el Ayuntamiento, con la complicidad de las asociaciones que deberían cuidar al sector, como bien explica Palau. Nos peleamos por las migas que nos echan, mientras se frotan las manos impunemente. Basta ya. Y una cosita: las metáforas de la infancia y el circo no me parecen muy acertadas (el circo, por cierto, también es un sector profesional que sufre estas y otras precariedades). Muchas gracias y sigamos.

    Responder
  10. Pablo says:
    Hace 1 año

    Leo dos partes bien definidas. En la primera defiendes que se hay unas reglas, los pactos de caballeros sobran. Que todo lo legal es siempre aceptable desde un punto moral y, básicamente, que sólo deberían presentarse los grandes estudios que puedan soportar bajadas de precio a base de contratar mano de obra barata. Lo más sangrante de esto es que uno de los estudios que abandera este gusto por el liberalismo exacerbado es el que menta a Colau y apoya todos los discursos progresistas que están a su alcance ¡Mente usted a Ayuso, a Aznar o a George Bush, pero no a Carmena ni a Colau!

    Por otro lado, todo el mundo es consciente de que esta situación no es la mejor para la Ciudad de Madrid; el Ayuntamiento lo sabe e intentará mejorar las reglas. Pero hay tres estudios que han decidido no unirse al pacto entre caballeros y, si por mí fuera, como madrileño, les invitaría cortésmente a que nunca se vuelvan a presentar a un concurso público del Ayuntamiento o la Comunidad.

    En la parte de libertad de expresión, me alego de que Gràffica haya publicado en artículo de Ena, así como que ahora opine. Como cualquier medio, tiene su ideología y su tendencia. Seríamos nosotros -los lectores- los niños si ignorásemos eso.

    Un saludo a todos

    Responder
  11. Pedro says:
    Hace 1 año

    Es que gráfica NO ES UN MEDIO DE COMUNICACIÓN, Graffica y a ver si nos enteramos todos es un medio de artículos de opinión dónde la objetividad brilla por su ausencia.

    Responder
  12. Pedro says:
    Hace 1 año

    es que gráfica NO ES UN MEDIO DE COMUNICACIÓN, Graffica y a ver si nos enteramos todos es un medio de artículos de opinión dónde la objetividad brilla por su ausencia.

    Responder
  13. Lupi TwoPoints.Net says:
    Hace 1 año

    Hola Victor, no sé si lo he entendido…
    el meta-mensaje es que los diseñadores somos niños de guardería lloricas? Y que la culpa de lo que cuenta Ena, de manera transparente y valiente, es de los que se presentaron a ese concurso?

    En nuestro estudio, al igual que tú, no nos presentaríamos a este tipo de cosas (en realidad casi nunca participamos en concursos) y las condiciones son realmente desfavorables, pero yo no soy capaz de juzgar las circunstancias y motivaciones de otros diseñadores para hacerlo…

    Creo que lo que ha iniciado Ena puede ser el comienzo de algo importante y la solución no es poner el foco en los que aceptan según que condiciones si no en quienes las crean y en las que, de manera insolidaria abusan de ellas.

    Saludos desde Hamburgo

    Responder
  14. Sra Francis says:
    Hace 1 año

    Y coincido con el comentario de Alberto Saorín, no pueda ser que tenga que medir mis palabras para que el comentario no sea borrado. En esto os estáis equivocando.

    Responder
    • Alberto Saorín says:
      Hace 1 año

      En España está prohibido hablar del Rey y de Folch.

      Responder
  15. Sra Francis says:
    Hace 1 año

    Creo que no has entendido el scope del problema Víctor. Claro, si te presentas a un concurso lo haces aceptando las condiciones. Lo que no esperas es que el comportamiento de las otras agencias participantes se base en un suicido económico, una suerte de “solo puede quedar uno”.
    Los que nos hemos presentado, tuvimos que bloquear un aval, eso ya hace que la situación sea deficitaria.

    Ena está explicando solo una parte del problema, para que no me borres el comentario, no voy a explicar más de las artes de nuestros compañeros de profesión. Es inmoral, no diré más

    Responder
  16. slackma says:
    Hace 1 año

    Víctor, me parece una vergüenza el borrado de comentarios.

    La falta de ética de Folch es conocida por todos en Barcelona y muchos comentarios así lo expresaban. Decir que la culpa es de las instituciones es el típico “la culpa es de los otros”

    No, el post de Ana hablaba de falta de ética. Que sea legal no quiere decir que no sea éticamente reprochable.

    Has fallado totalmente el tiro, no has entendido nada

    Responder
    • Pedro says:
      Hace 1 año

      Si que ha entendido, si lo que pasa que esto es el Sálvame del diseño. Y a Víctor lo que le gusta es el Like.

      Responder
  17. Alberto Saorín says:
    Hace 1 año

    Muy bien explicado, Víctor.
    Suscribo todo palabra por palabra. Me parece un análisis muy acertado y realista, ahora bien:

    En cuanto a la censura que se ha producido en el artículo de Ena, he de decir que me ha supuesto una decepción enorme con Graffica. Hasta el punto en que no volveré a visitar la página.

    No puedes alardear de que respetas la libertad de expresión y actuar haciendo justo lo contrario. Mi comentario en concreto (que ha sido eliminado) hacía un análisis muy parecido al que haces tú en este. Es verdad que había un “p***” que puede considerarse ofensivo (supongo que habrá sido por eso), pero aún así me parece un disparate la decisión que se ha tomado de eliminar los mensajes.

    Si Graffica decide todo lo que se publica en su web, no es un lugar para la libre expresión ni para el debate y, por tanto, deja de interesarme una web a la que solo le interesa su visión de las cosas. Hasta en los periódicos digitales de corte más fascista se permite comentar con toda libertad.

    La censura no solo es intolerable si no que siempre consigue el resultado opuesto al que pretende. Provoca más odio e induce a la rebelión.

    Bajo mi punto de vista habéis cometido un gran error tomando esa decisión y desde hoy mismo deja de interesarme esta web y su tan delgada línea editorial. Espero que rectifiquéis y valoréis la gravedad del asunto. La censura debería haberse superado hace muchos años ya.

    Ahora podéis borrar este mensaje y seguir censurando, yo ya no me voy a enterar.

    Un saludo.

    Responder
    • Maximilien Gromenauer says:
      Hace 1 año

      La censura no la practica ni Victor ni Graffica, la practican nuestros próceres, esos que redactaron el artículo 16 de la LSSI y que, progres ellos, culpan de los delitos contra el honor en los comentarios, no a los que hacen el comentario, sino a los administradores y propietarios de la web. Y ya sabemos todos lo que pasa en esta monarquía cocotera y democracia plena con la libertad de expresión. Así que antes de hablar, un poco de lectura no te vendría mal. Y de educación, claro.

      Responder
  18. Julen Gurpegui says:
    Hace 1 año

    Recogiendo cable!

    Responder

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