Ayer, los servicios en la nube de Adobe sufrieron un colapso. La consecuencia fue que muchos creativos se quedaron sin posibilidad de continuar con su trabajo y no poder cumplir, así, los plazos de entrega.
El colapso de Adobe, que implicaba ocho problemas en Creative Cloud, y otros cuatro en otros servicios de Adobe, comenzó alrededor de la tarde y noche de ayer. Dado que toda la estructura de este gigante está basada en la nube, un colapso de estas características interrumpió el trabajo de muchos creativos en todo el mundo, que se vieron así incapacitados para acceder a sus trabajos o proyectos.
Según se ha publicado en algunos medios, los servicios afectados en los Estados Unidos incluían Adobe Stock, Creative Cloud, Lightroom, o Spark, entre otros.
Por el momento, Adobe no ha dicho que ocasionó el problema. A través de sus redes sociales, solo señaló que sus equipos estaban investigando qué sucedía y trabajando para resolverlo lo antes posible.
Algunas críticas vertidas en redes sociales se quejaron del sistema basado en la nube de Adobe y exigieron que, por lo menos, hubiera un plan B al que los usuarios pudieran recurrir en estas circunstancias. La gran mayoría manifestó su disconformidad por no poder entregar los trabajos y proyectos que estaban terminando, profundamente desolados por las circunstancias.
Más de siete horas después de que los servicios del colapso de Adobe, desde la compañía comunicaron que se habían restaurado de nuevo. Se agradeció, asimismo, la paciencia de los creativos.
Esta situación pone un debate sobre la mesa: ¿existe demasiada dependencia de ciertas herramientas digitales que pertenecen a la misma compañía? Uno de los usuarios de Twitter aquejados por el colapso de Adobe, así lo mencionaba: «Pagas por alguno de sus programas, pero no puedes usarlos ahora mismo. ¿Recordáis cuando solíamos tener nuestro propio software?».