Entrevista a Cristina Durán y Miguel Ángel Giner, autores de ‘El día 3’

Los ilustradores valencianos, fundadores de LaGRUAestudio, Cristina Durán y Miguel Ángel Giner han sido los creadores del cómic El día 3. Un cómic que se suma al carro de editado por Astiberri y que será lanzado mañana, 8 de febrero.

El día 3 es el cómic que lanzará mañana la editorial Astiberri de la mano de los ilustradores valencianos y el guion de la periodista Laura Ballester, y el cual estará disponible tanto en castellano como en valenciano. La sinopsis de esta novela gráfica es sumamente clara: «El día 3 es la historia de una lucha contra el silencio, el olvido y contra la mentira programada. El día 3 es la historia de la lucha de unas familias, como la tuya o la mía, que se vieron obligadas por las circunstancias a movilizarse en busca de respuestas. El día 3 es la historia de una gran ola de solidaridad, del despertar de una sociedad».

El accidente del metro de Valencia ha sido analizado y relatado por la propia Laura Ballester; Salvados, también lo visibilizó en 2013; y la AVM3J nunca ha dejado de luchar por que se les escuchase. Sin embargo, la obra de Durán y Giner será la primera novela gráfica que trate este tema; un formato más a través del cual luchar contra el silencio y la inacción. Por ello, hemos querido profundizar más en la obra de Miguel Ángel (MA) y Cristina (C) y conocer un poco más del origen de El día 3.

Quizá, cuando eres ilustrador/a de novelas gráficas, las temáticas que se te pasan por la cabeza para empezar a dibujar difieren bastante de un tema como este. ¿Cómo surgió la idea de hacer un cómic sobre el accidente de metro de Valencia?

Miguel Ángel Giner: La idea surgió a raíz de una presentación del libro Lluitant contra el oblit de Laura Ballester en la librería Somnis de paper en Benetússer, mi pueblo. Hacía tiempo que quería leerlo y aproveché la cercanía para comprarlo. Ya en la presentación, al oír hablar a Laura y a un familiar de las víctimas, me entraron las ganas de adaptarlo. Lo compré y me dije que si leía el principio y veía que ahí había una historia se lo propondría a Cris. No me hicieron falta más que cuatro o cinco páginas para tomar la decisión.

Cristina Durán: Sí, cuando llegó a casa y me contó lo ocurrido en la presentación, lo vi tan decidido y tan entusiasmado que pensé: sí, este será nuestro próximo cómic, y guardé en una carpeta otro de ficción que habíamos comenzado ya. Después, el siguiente paso fue proponérselo a Laura que, afortunadamente, inmediatamente dijo que sí. Luego nos puso en contacto con la asociación de víctimas, la AVM3J, que también estuvo de acuerdo. Sin su consentimiento no lo habríamos hecho, eso lo teníamos claro desde el principio.

Se han escrito libros, reportajes, artículos de opinión e, incluso, se han hecho programas de televisión sobre el accidente de metro. ¿Qué vamos a encontrar en El día 3 que no hayamos podido ver antes?

C: El cómic intenta ser un compendio. Hemos intentado reunir lo que ya había repartido en distintos medios. Nos hemos empapado del libro de Laura, más la información de la web  0responsables.com, el documental La estrategia del silencio (ambos de Barret Cooperativa Valenciana), de vídeos y programas varios; hasta incluso, vimos algunas de las sesiones de les Corts Valencianes. Y además de todo ello, hemos tenido la valiosísima ayuda y colaboración de Rosa y Beatriz Garrote de la AVM3J, ellas nos han contado de primera mano muchas cosas y nos han ayudado a que todo estuviera en su sitio, su ayuda ha sido fundamental.

El cómic tiene, además, un epílogo final que cuenta las cosas que han ocurrido en los últimos años y los logros conseguidos hasta el 2017. También incluye al final, una doble página en la que reflejamos los agradecimientos de la AVM3J a todas esas personas que les apoyaron con distintas iniciativas. Ciudadanos de a pie que aportaron su granito de arena en distintos momentos, apoyos sin los que (como ellos mismos dicen) no hubieran logrado resistir y persistir.

¿Con qué objetivo decidís embarcaros en este proyecto?

MA: Bueno, el objetivo es dar a conocer al mayor número de público posible aquella terrible historia. Intentar que la sociedad se entere de los mecanismos que tiene el poder para silenciar lo que les interesa silenciar. Que no vuelva a pasar, que no vuelvan a haber 0 responsables. Que hay que estar atentos, porque un día nos puede pasar algo terrible a uno de nosotros y el poder del estado debería estar de nuestro lado, no en contra.

C: Sí, cuanta más gente conozca esta historia mejor. Es una historia que ocurrió en Valencia, pero ocurren cosas parecidas en todas partes del mundo. Es una historia local pero universal al mismo tiempo. El libro es también un homenaje a las víctimas y un reconocimiento a la incasable lucha de sus familiares, personas admirables, un ejemplo a seguir.

Como habéis comentado, la información recogida por Laura Ballester fue el punto de partida y ha servido como guion para vuestro cómic. ¿Cómo ha sido el trabajo en común con ella?

MA: Muy bueno. El trabajo de Laura durante los diez años últimos, recogido en su libro y en diversos artículos del diario Levante-Emv, había sido increíble. Nosotros trasladamos aquéllo a narrativa. En el caso del cómic, Laura tenía un papel de supervisora, de indicarnos que todo estuviera correcto. Había muchísimos datos técnicos y ella era la que nos ajustaba los posibles errores.

C: Como hemos comentado antes, también ha sido fundamental la ayuda de la asociación, leyendo y releyendo el cómic. Especialmente la ayuda de Rosa Garrote, que nos contestaba puntualmente a todas nuestras consultas, incluso a altas horas de la madrugada. Muchas han sido las horas que han trabajado Rosa y Beatriz para que pudiéramos acabar el libro a tiempo.

¿Es difícil la labor de documentación previa y comprensión antes de diseñar un cómic como este en el que se han de tener en cuenta aspectos técnicos, judiciales, ferroviarios, emocionales…?

MA: Sí, mucho. Pero al mismo tiempo es una parte que nos gusta muchísimo, disfrutamos una barbaridad con esa parte del proceso. Ya lo habíamos hecho con El siglo de oro valenciano y con el más reciente Blasco Ibáñez, una vida apasionante. De hecho, hasta que no tenemos una compresión absoluta de prácticamente todo, no nos ponemos con la narrativa. Luego, durante el proceso no paramos de seguir investigando para que esté todo correcto.

C: Sí, la fase de documentación es apasionante, aprendes muchísimo, pero al mismo tiempo ha sido bastante dura en esta ocasión. Muchas de las páginas las he dibujado con el corazón en un puño. Leer todo con detalle, escuchar una y otra vez los testimonios… hemos llegado incluso a obsesionarnos con el tema y a medida que íbamos sabiendo más, más nos indignábamos. Esta indignación creciente para mí ha sido el motor principal, lo que me ha motivado a seguir dibujando y dibujando.

El accidente del metro de Valencia es en sí mismo un tema difícil, tanto por la carga emocional que conlleva como por todo el proceso de pruebas judiciales y aspectos técnicos. ¿Qué ha sido lo más complicado de llevar a la ilustración?

Lo más complicado ha sido decidir qué mostrar y qué no, sobre todo en lo relativo a los momentos del accidente. Hay detalles que se reflejan en las actas y los expedientes que son escalofriantes. Si leerlos es duro, verlos en imágenes iba a ser aún peor, así que decidimos no ser explícitos con ciertas cosas, no hace falta mostrarlo todo para contar la historia.

Lo más importante era, por encima de todo, respetar la intimidad y los sentimientos de las víctimas y sus familiares, no era necesario que vieran ciertas imágenes y que se quedaran en su retina para siempre.

En este sentido, ha sido complicado encontrar el tono adecuado, encontrar las metáforas visuales adecuadas para algunas de las páginas. He intentado ponerme en su piel, intentando empatizar al máximo. Como no he pasado por una situación así (la pérdida de un ser querido en un accidente) busqué otros recursos para intentar acercarme lo más posible a lo que sintieron. Busqué para ello un paralelismo entre el momento más duro que he pasado en mi vida (cuando nuestra hija estuvo a punto de perder la vida) y recordé cómo me sentí entonces, cómo se hace todo oscuro y cómo todo lo demás deja de tener importancia.

Todo desaparece a tu alrededor, incluso pierdes la noción del tiempo. Porque solo hay una cosa, una única cosa importante en ese momento… y es esa persona a la que quieres y a la que puedes perder.

Durante el último año se han publicado títulos en el mundo del cómic con un gran peso emocional y reivindicativo y de carácter más serio como ‘Arrugas’ (Paco Roca). ¿Existía esto de antes o es un formato que está surgiendo nuevo? ¿Creéis que este tipo de formato es efectivo a la hora de hacer llegar el mensaje?

Maus fue un punto de giro en el mundo de la historieta, sobre todo al ganar el Pullitzer en el 86, pero no fue el primer intento de hacer cómic de autor. Will Eisneir con Contrato con Dios en el año 78 ya tenía una clara intención de hacer madurar el medio. Y antes, con el movimiento underground, ya se había empezado a tratar temas con clara preocupación social. Y aún nos podríamos ir más atrás si quisiéramos.

En España, el antecedente de Carlos Giménez con Paracuellos, y la mayor parte de su obra, también es un claro punto de inflexión. Sin embargo, la que abrió las posibilidades gracias a su enorme éxito fue Arrugas (Y María y yo, de Miguel Gallardo). Fue la que hizo que los editores empezaran a interesarse por otros temas, que el público en general leyera tebeos y que los medios de comunicación nos hicieran caso. Los cómics, por fin, salían del gueto.

Y sí, claro que es efectivo. Muy efectivo. Con los cómics puedes contar lo que quieras y puedes transmitir lo que te apetezca. Es un medio fácil de seguir, dinámico, divertido e ideal para introducir al lector en la narrativa. Tiene parte de imagen y parte de lectura, con todas las buenas cosas de ambas (la composición, el plano, el color, lo poético, las metáforas visuales…). Es un medio fantástico, ¿qué podemos decir nosotros?

→ ‘El día 3’ (Atisberri)

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