Este año no habrá cartel de San Isidro en Madrid. Hemos podido saber por el propio Ayuntamiento que, a pesar de que hace meses empezaron a trabajar en él con una ilustradora «bastante conocida», la situación actual paralizó el proyecto. Aluden que ante la actual crisis, los esfuerzos comunicativos están centrados en acabar lo antes posible con la dramática situación que estamos viviendo.
Está claro que esta situación es nueva y muy excepcional. Y esa excepcionalidad nos hace pensar en qué lugar se queda el diseño y la comunicación. Si es tan imprescindible como pensamos o tan innecesario como muchos piensan.
En tiempos de crisis, la publicidad, el diseño y la comunicación suelen salir por la ventana: es de las primeras cosas que se olvidan. El cartel de San Isidro es la prueba.
Es normal y tampoco vamos a dramatizar, ya que hay otras prioridades y otros objetivos ahora mismo, pero ¿es lo que se debe hacer?, ¿gastar o invertir en comunicación, diseño o simple imagen es tirar el dinero?
Para mí, es evidente que no. Justo ahora es cuando más se debe invertir en comunicación, justo ahora es más necesario que nunca. Justo ahora cuando la actividad y el ruido visual se ha llevado casi a cero es cuando más efectiva es la publicidad y la comunicación.
La crisis es oportunidad, dicen los orientales, y ahí es donde debe colocarse el diseño y la comunicación.
Ahora es la oportunidad de resaltar ante la falta de estímulos y campañas.
Antes, en momentos de bonanza una campaña institucional como la de San Isidro tendría que competir contra grandes campañas de marketing de multinacionales y marcas de gran consumo. También con cientos de eventos que coinciden en el tiempo y que se solapan unos con otros. Justo ahora un cartel para San Isidro es la gran oportunidad de lanzar un nuevo mensaje y que se pueda ver mejor que nunca.
¿Qué mensaje? Pues, precisamente, ahí se desvela la utilidad del diseño y la creatividad. Es momento, por parte de la administración, de ofrecer esperanzas y deseos, de alentar a celebrar las fiestas de otro modo, de hacer pensar y mover conciencias… hay cientos de cosas que se pueden hacer con un cartel de una NO fiesta.
Diseñar para un evento que no se va a celebrar es mucho mejor porque se colocan como preferencia otras necesidades y otros mensajes mucho más interesantes que el simple hecho de comunicar el evento en sí.
Un San Isidro solidario, compartido, en casa, agradecido, activo… hay cientos de motivos para hacer una excelente serie de carteles donde conectar con la ciudadanía y justo en un momento tan especial como unas fiestas patronales.
Y además no está de más que, por una vez, la administración apoye al sector de forma directa y que se comprometa a no bajar la inversión en este sector por todos aquellos que trabajan en él. Que esa ilustradora «bastante conocida» no se quede sin trabajo es tan importante como que los trabajadores de los bares, las peluquerías, los transportistas, los restaurantes, los cines… se queden sin trabajo. Nosotros también tenemos derecho a que se nos ayude haciendo lo que sabemos hacer.
Por un San Isidro con cartel.
¡Felicidades, Madrid!