Damià Rotger: «Es necesario poner cariño para hacer una buena tipo»

Damià Rotger es un recién llegado pero con mucha energía. Con una decena de tipos excelentes ya podemos decir que sabe lo que se trae entre manos. Trabajando desde Mallorca tiene una visión mucho más romántica y relajada sobre la creación tipográfica.

¿Cuánto tiempo sueles tardar en realizar una familia básica [light, normal, bold, black y cursivas]?
Si hablo de mis proyectos personales, es difícil acotar el tiempo. Pero si hablamos de tipografías por encargo, una familia para cuerpo de texto con al menos 4 pesos y 4 estilos para uso latino, puedo tardar ‘aproximadamente’ cinco meses en total (4 pensando, investigando y dibujando + uno para los kernings). Esta previsión de tiempo siempre puede variar dependiendo de la evolución del proyecto y de otros factores, así como el tiempo destinado a cada fase.

¿Este tiempo incluye desde que te ronda por la cabeza hasta el día que está en una web y se puede descargar?
No necesariamente. Cuando se trata de proyectos personales que después comercializo, el tiempo que me ronda por la cabeza es más largo. Investigo más, le doy más vueltas conceptuales, dejo margen de tiempo para que el propio proyecto se vaya definiendo y coja forma, dedico un tiempo a escuchar el concepto. Ya lo dice un proverbio italiano ‘del escuchar procede la sabiduría, y del hablar el arrepentimiento’. Así que paso por una fase de escucha, le dejo que me explique cómo se autodefine. Es un periodo de diálogo. Después de esta fase me pongo manos a la obra con la tranquilidad de que el proceso de germinación ha utilizado el tiempo necesario para la autodeterminación.

DAMIÀ ROTGER
Es diseñador gráfico y de tipografías. Es profesor de tipografía en Palma de Mallorca, dirige y coordina talleres profesionales y dicta conferencias sobre su especialización. Actualmente, compatibiliza estas actividads con el diseño gráfico en el estudio Dúctil del que es fundador. Sus tipografías: Concu, Miona, Crespell, Dúctil, Lullius Rotunda, Lullius Textura, Lullius TexturaModula, Cintax y FernandezCoca. En la actualidad está trabajando en una script, Nuada, y una serif posmoderna, Moll.

¿Dedicas más tiempo a pensar e investigar sobre una forma, función o historia que a dibujar?
Por mi forma de trabajar, no puedo concebir un proyecto tipográfico sin un fase intensa de pensar e investigar. Depende del ADN del proyecto, esta fase aumenta o se reduce. Por ejemplo, en mi proyecto tipográfico Lullius, una gran familia de góticas en homenaje al escritor y filósofo nacido en Mallorca Ramon Llull, el tiempo de investigación, análisis de sus libros, inmersión en la escritura de sus obras, etc., fue mucho más largo y laborioso que en otros proyectos, así como la tipografía por encargo al ilustrador doctor y profesor Antonio Fernández Coca (fernadezcoca.com), en donde el análisis y estudio de sus trazos y su energía ocupó una gran fase del proyecto. En cambio, en la familia Crespell, cursivas basadas en los crespells, galletas típicas de las Baleares, la fase de estudio e investigación fue más breve. Ahora estoy trabajando en un encargo de una tipografía muy interesante en donde la fase de investigación y análisis es muy importante, así que esta fase aumenta en el tiempo. Sea cual sea la idiosincrasia del proyecto, personal o por encargo, siempre le doy importancia a la fase de ‘pensar e investigar’, no podría trabajar saltándome este trámite. Pero la fase de dibujo de todos los glifos, a la implantación del sistema tipográfico, letras alternativas, ligaduras, corrección vectorial, ajustes microtipográficos, programación, etc. es el proceso al que le dedico más tiempo.

¿Cuáles son los pasos que sigues y cuánto tiempo le dedicas a cada uno?
La creación de una familia tipográfica exige una buena convivencia entre creatividad, investigación, dibujo, ajustes microtipográficos, sistema, programación, tiempo, perseverancia, etc. Encontrar el equilibrio exacto de estos factores que son diferentes en cada proyecto, es una búsqueda que me emociona; una sensación excitante.
Y el proceso de volver a buscar y hallar, en un nuevo proyecto, la cantidad exacta de sustancia de estos factores, es lo que me hace empezar nuevos proyectos con la misma intensidad e ilusión para revivir esa excitación. ¡Es una búsqueda que me seduce!

¿Cuánto software debes conocer –comprar– para desarrollar un proyecto de forma rigurosa?
Yo puedo hablar de mi forma de trabajar, y lo hago con Fontlab y con una serie de tablas que he creado ad hoc para trabajar algunos procesos técnicos, para sistematizar algunas fases.

A nivel de conocimientos técnicos, teóricos, históricos… ¿Cuál es la exigencia necesaria?
El nivel de exigencia debe ser ¡el máximo! Tanto la técnica, como la teoría, la historia, la anatomía, la microtipografía, etc., son factores que deben proyectarse e impregnarse de manera intensa en cada proyecto. Son aspectos fundamentales para poder crear tipografías coherentes y con una implicación en forma de mirada hacia atrás y hacia delante, sin olvidar nuestro compromiso con la época que vivimos, con el ahora.

Hay que manejar todos estos aspectos para que habiten en nuestro conocimiento y configuren la ‘idea’, el proyecto, sin que dificulten su manifestación. Estos aspectos intermedios entre idea-concepto y el resultado final no deben ser un impedimento. Mi objetivo es conocer la técnica, teoría, historia, anatomía, proporción, etc. de tal manera que me pueda ‘despojar’ de estos aspectos y que todo circule con naturalidad, que el resultado siempre respire un aire natural, coherente y con un ADN comprometido.

TrueTypeOpenTypePostScriptWOFF… ¿Estamos hablado de ingeniería, de programación, de informática, tecnología… o de tipografía? ¿Se puede obviar todo lo tecnológico alrededor de la tipografía?
No, a día de hoy no. Lo tecnológico forma parte del proceso de construcción y creación tipográfica; herramienta. Y las herramientas siempre han ido ligadas a sus limitaciones, y las limitaciones han configurado un crecimiento y una manera de proyectar. Lo tecnológico no se puede obviar, al contrario, se debe dominar pero no como un fin único, sino como una transición para poder representar y proyectar lo más fiel y natural posible la ‘idea’ y el ‘concepto’.
Hay que mirar hacia adelante, pero sin olvidar el pasado, en cómo se relacionaban las formas con las limitaciones técnicas, con las limitaciones de las herramientas y en los sistemas de ejecución. Hay que entrar en un terreno de práctica, hay que ‘hacer’, con las herramientas que disponemos, con las limitaciones y las ‘no’ limtaciones, con compromiso con nuestra época. Ya decía Goethe: «no se puede saber el límite hasta que se pone a prueba».

Si tuvieras que valorar todo lo que es necesario para realizar una buena tipo [ordenadores, software, horas de trabajo, lápices, papel, impresora, libros, gestiones, promo…], ¿de cuánto estaríamos hablando?
A nivel económico es muy complicado, ya que hay factores como familia, pesos, idiomas, variables de una misma letra, filigranas, etc. que condicionan el precio. Pero si tengo que nombrar lo que es necesario para realizar una buena tipo, entre otras cosas, diría el cariño. Cuando desarrollamos un proyecto tipográfico, nos pasamos muchas horas intimando con esas letras, desarrollando un sistema tipográfico útil para su fin, funcional y coherente, así que el cariño es necesario para humanizar y naturalizar un sistema lingüístico. Es fundamental para desarrollar fuentes, ya que si no es pasional y con cariño, supongo que debe ser difícil aguantar todo el proceso de creación y ejecución de una familia tipográfica.

¿Cuál es una buena media de venta –descarga– para una tipografía?
Puede que esto dependa de los objetivos a alcanzar a la hora de distribuir una tipografía. Yo no vivo única y exclusivamente de la tipografía, soy diseñador gráfico y amante del diseño tipográfico. No puedo entender el diseño gráfico sin tipografía, del mismo modo que no se puede entender la cultura y el pensamiento sin la escritura. La tipografía, entendida como columna vertebral del diseño gráfico, como soporte físico del pensamiento, es lo que me atrajo, lo que me ha hecho dedicarme a ella de manera pasional. No vivo de la tipografía, pero vivo ‘para’ y ‘por’ la tipografía, así que una descarga ya me emociona.

¿Crees que está bien remunerado el trabajo de tipógrafo?
Lo que sí creo es que el trabajo del diseñador de tipografías debería tenerse más en cuenta. Que los clientes tengan más conciencia de las posibilidades de adquirir tipografías propias, por encargo. No hace falta ser una gran empresa (y realizar encargos de macro familias tipográficas) para tener una tipografía hecha a medida. El cosmos tipográfico se adapta como otros sectores, y medianas empresas pueden adquirir un proyecto tipográfico propio y adaptado a su envergadura. Hasta una única familia o un lettering para casos pequeños.

¿Cuando tienes un encargo para realizar una tipografía a medida? ¿Qué sueles tener en cuenta para valorar su coste?
Para valorar el coste de una tipografía a medida suelo tener en cuenta diversos aspectos.

Tenemos claro que trabajar por encargo diseñando tipografías corporativas o proyectos similares puede llegar a ser interesante a nivel económico, pero en general, ¿se puede vivir de diseñar tipografías y venderlas online?
Es difícil. Yo nunca he tenido la intención de vivir exclusivamente de los ingresos que provienen del diseño de tipografías, y esto me aporta un relax y una serenidad que me despojan de estrés y tensiones, y así poder continuar mis experiencias tipográficas como un explorador, un aventurero pasional con disfrute y satisfacción en los caminos y procesos, y no únicamente en las metas.
Me siento muy cómodo con el vaivén entre el diseño de tipografías y el diseño gráfico, cómo un ámbito me retroalimenta el otro y viceversa. Aplicando teoría, conociendo técnica, poniendo en práctica, haciendo y haciendo. Los conocimientos de un campo me exigen el esfuerzo de aplicarlo en el otro. Adopto un día a día profesional muy gratificante con estos dos campos inseparables, indisociables; me hacen conocer las necesidades tipográficas de los diseñadores, y las necesidades gráficas de las tipografías, así que esta postura basculante-profesional me aporta mucha diversidad y una visión con la que me siento muy cómodo; un aprendizaje continuo. El saber y el hacer, dos caras de un dios bifronte.

Hablemos de ortotipografía. ¿Conoces las reglas y las aplicas personalmente?
Sí, intento estar al día y en continuo reciclaje de las reglas ortotipográficas. Empecé a interesarme por este tema a través del libro de Josep M. Pujol y Joan Solà Ortotipografia. Manual de l’editor, l’autoeditor i el dissenyador gràfic.

¿Crees que es necesario conocerlas o esto no es vital para hacer una buena tipo?
Creo que sí es necesario conocerlas, ya sea para hacer una buena tipo, una buena composición del texto, para conocer la importancia de los glifos y su uso en página, etc. Para crecer y ser un profesional lo más completo posible. Todo lo relacionado con la letra me interesa.

Conociendo el esfuerzo y la dedicación que supone hacer una buena tipo, ¿qué piensas cuando tus compañeros de profesión piratean las tipos?
Entre compañeros de profesión… me disgusta.

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