«32 diseñadores. 4 tarjetas. Un solo ganador». Así se presenta #BlueBBVA, la iniciativa con la que la entidad bancaria se adentra en este terreno movedizo que son los concursos de diseño. El premio, una beca para formación valorada en 6.000 €. El objetivo está claro que busca llegar un perfil de cliente más joven. La cuestión que desde aquí nos planteamos es la de siempre, ¿por qué un concurso de diseño?
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Las marcas consolidadas cada vez están más ansiosas por llegar a un público más joven y lograr el codiciado engagement. Y una de las herramientas que los señores de marketing han encontrado para hacer uso a su gusto es la promoción de concursos de diseño –quizás porque nos guste o no, es una herramienta que les funciona a la perfección–.
Ahora es BBVA quien se suma a este tipo de iniciativas. Su propuesta se llama #BlueBBVA BBVA y se basa en la búsqueda de nuevos talentos creativos. El mecanismo para encontrar a estos ‘diamantes en bruto de la creatividad’ consiste en abrir una convocatoria para diseñar la nueva Tarjeta blueBBVA. Todo aquel chaval entre 18 y 29 años que desee, tiene hasta el 3 de junio para presentar su diseño en base a un briefing y una plantilla descargable en la web www.bluebbva.com. En una segunda fase, un jurado decide los 32 finalistas que se dan a conocer el 10 de junio. Y el 11 de junio, todos estos diseños seleccionados se inicia una batalla en las redes, «un duelo en la página blue de Facebook y en bluebbva.com hasta que solo quede una: la tarjeta ganadora», dicen desde la organización. «Solo los fans de blue podrán votar por su tarjeta favorita».
El premio consiste en una beca para formación valorada en 6.000 €, una dotación nada desdeñable para un estudiante a la que se une el hecho de dorar la píldora o alimentar el ego de los participantes. Y ahí es a nuestro modo de ver donde reside una de las claves del éxito de este tipo de convocatorias, especialmente cuando la edad de los participantes se sitúa entre los 18 y los 29 años, prácticamente uno no tiene nada que perder.
El peligro que se corre es el de siempre. ¿Cómo es posible que un chaval sin formación en diseño sea el responsable del diseño de unas tarjetas bancarias que se van a comercializar? Entendemos que este concurso no obedece a una cuestión de ahorro presupuestario por parte del BBVA, sino como antes apuntábamos a una cuestión más de marketing lo que se busca es hacer ruido, que corra la iniciativa en las redes y viralizar una acción entre el público más joven. La cuestión es que los señores de marketing no piensan en los daños colaterales que este tipo de acciones puede tener en otros sectores o cómo afecta a otros profesionales.
Las dudas que nos plantean estos concursos son muchas: ¿En qué lugar queda el profesional del diseño? ¿Cómo es posible que el proceso de selección quede a fin de cuentas en manos de los fans que hagan sus votaciones? ¿Por qué desprofesionalizar un aspecto vital para una marca como es el diseño y vestirlo de batalla de masas? A nuestro entender este tipo de concursos como el BlueBattle BBVA, entran en un terreno peligroso, pero ¿cuál es la solución ante este fenómeno que crece?
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+info: bluebbva.com
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Actualizado 19/05/2014