La tecnología ha transformado los procesos y ha acelerado los tiempos. Pero en el Máster Universitario en Diseño y Comunicación Gráfica del CEU UCH la enseñanza del diseño sigue pivotando sobre la metodología proyectual, el criterio visual y el pensamiento crítico. Hablamos con su director, Pedro González, y con la especialista en IA Elena Roig para entender cómo se forma hoy a los diseñadores que marcarán el futuro.

¿Cómo se enseña hoy diseño gráfico en un mundo que cambia cada cinco minutos? ¿Qué debe aprender un diseñador para no diluirse entre los miles de contenidos visuales que se generan a diario? ¿Tiene sentido formar profesionales centrados solo en software cuando las herramientas se actualizan antes de que acabe el curso?
La Universidad CEU Cardenal Herrera, desde su sede en Valencia, lleva haciéndose estas preguntas desde hace más de dos décadas. Y su respuesta ha sido mantener lo esencial y adaptar lo circunstancial. O dicho en palabras de su director, Pedro González: “La clave del éxito para seguir formando diseñadores desde 1998 sigue siendo la misma: mantener la docencia proyectual, sabiendo adaptarnos a los cambios tecnológicos y al perfil del estudiante. Primero fueron los ordenadores, luego la cámara digital, ahora la IA… la herramienta no importa, otras vendrán, importa la persona y el criterio”.
Pedro González, actual director del máster, ha estado implicado activamente en la configuración del programa y en la selección del equipo docente. Su enfoque se refleja en una estructura coherente, adaptada al contexto actual, que pone énfasis en la profesionalización del alumnado. Desde el inicio del curso, los estudiantes trabajan con criterios reales del mercado y desarrollan proyectos que desembocan, en muchos casos, en prácticas en estudios de los propios profesores o en empresas de primer nivel. Esa cercanía con la realidad profesional es uno de los ejes que definen el máster.
IA sí, pero con criterio
Uno de los cambios más visibles en la nueva edición del máster es la integración transversal de la inteligencia artificial como herramienta creativa y profesional. Pero lejos de deslumbrarse por la tecnología, el enfoque es crítico y estratégico.

La especialista en IA Elena Roig lidera esta incorporación, no solo con una asignatura específica, sino también en la aplicación práctica en herramientas como Photoshop, Illustrator, InDesign o plataformas generativas como Midjourney. “La IA no reemplaza mis conocimientos de composición, color o tipografía, sino que acelera enormemente mi flujo de trabajo”, explica. “Uso prompts para generar prototipos al instante y así puedo explorar variaciones con muchísima más rapidez. Esto me libera tiempo para profundizar en la estrategia visual, la narrativa de marca y la reflexión crítica sobre cada propuesta”.
En sus sesiones, Roig enseña a escribir prompts como si fueran instrucciones visuales de alta precisión, a desarrollar una propuesta visual paso a paso sin caer en automatismos, a combinar lo generado con fotografías reales, ilustraciones manuales o texturas físicas. “La clave está en guiar el proceso con una narrativa. Si no hay una historia o un concepto formal detrás, la IA tiende a la repetición. Buscamos evitar resultados vacíos o previsibles.”
También se trabaja la ética del uso de estas herramientas, los sesgos incorporados en sus modelos, y los dilemas relacionados con los derechos de autor. “Es importante que los alumnos comprendan no solo cómo usar una herramienta, sino también cuándo no usarla.”
mucho más que IA
Aunque la inteligencia artificial es una novedad potente, no define todo el programa. El máster apuesta por una enseñanza integral que combina tipografía, dirección de arte, diseño editorial, UX/UI, motion graphics, identidad visual y nuevos lenguajes gráficos. Y lo hace con una mirada actualizada, incorporando talleres, workshops y metodologías activas.

El claustro lo forman diseñadores y diseñadoras en activo, con trayectorias consolidadas en ámbitos muy diversos: Raúl Climent y Elisa Gómez (Estudio Menta), Pablo Mestre, Jorge Timoteo (Pixelarte), Vicente Marzal (Estudio Rooom), Carles Andreu (Vibra), David Cercós, Ana Segovia y Luis Calabuig (Odosdesign) o el propio Pedro González (estudiopg). Profesionales que no solo enseñan, sino que acompañan a los estudiantes en sus proyectos reales y en sus prácticas, muchas de las cuales se desarrollan en sus propios estudios.
“El aprendizaje es más completo cuando ocurre en diálogo con quien está diseñando cada día, resolviendo briefings reales y enfrentándose a clientes, plazos y contextos de verdad”, apunta González.

viajar para entender el oficio
Dos de los momentos más transformadores del curso son los viajes formativos a Madrid y Barcelona. No son excursiones, sino experiencias intensivas diseñadas para expandir la mirada del estudiante.
En Madrid, se visita el estudio de Erretres, donde la estrategia de marca se cruza con la experimentación visual. También se conoce de cerca el enfoque de Supperstudio, un estudio internacional especializado en packaging y diseño para gran consumo, donde la creatividad convive con las exigencias del mercado.
En Barcelona, los estudiantes conocen el trabajo del estudio Mucho, uno de los referentes europeos en diseño gráfico, branding y dirección de arte, y completan la experiencia con una visita al Disseny Hub Barcelona – Museu del Disseny, un espacio donde pueden conectar lo aprendido en clase con la cultura visual del presente y del pasado.
“Estos viajes permiten salir de la burbuja académica. Ver cómo se trabaja en otros estudios, conocer equipos multidisciplinares, escuchar a profesionales en su entorno. Los alumnos vuelven transformados, con más perspectiva y más ambición”, explica González.

diseñar con criterio, pensar con imágenes
Si hay una constante en este máster es la defensa del criterio como herramienta principal del diseñador. Más allá de estilos, modas o tecnologías, lo que se entrena es la capacidad de análisis, de razonamiento, de tomar decisiones visuales con fundamento. Y eso se cultiva cada día, en cada proyecto, con cada feedback.
“Refuerzo el análisis previo: briefs claros, moodboards y lluvias de ideas antes de lanzar cualquier generación. La IA es un colaborador, no un reemplazo, y cada output se somete a preguntas como ¿por qué esto funciona (o no) para mi contexto?”, explica Elena Roig. “Ese diálogo interno preserva la voz propia y evita resultados genéricos.”
Pedro González lo plantea desde la base: “El diseño no se enseña solo con tutoriales. Se enseña enfrentándose a problemas reales, con pensamiento crítico y con una mirada entrenada. El objetivo no es solo resolver un encargo, sino hacerlo de forma honesta, eficaz y con sentido.”
El máster no es solo una especialización técnica. Es un entorno donde se forman personas capaces de enfrentarse a problemas complejos, tomar decisiones con criterio, y construir imágenes que piensen. Diseñadores que no solo saben cómo se hace, sino que entienden por qué lo hacen. Diseñadores que pueden defender una idea, aportar valor y transformar visualmente el mundo que los rodea.
Actualizado 17/06/2025