«¿Hablamos?» (mientras comemos pipas sentados en un banco) es la receta de la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia para prevenir el suicidio, pero lo cierto es que es una forma de banalización
Los diseñadores —igual que los periodistas y los publicistas— somos expertos en comunicar, se supone que tenemos las herramientas para hacer llegar los mensajes de la manera más clara y efectiva posible. Unos conocen más el lenguaje visual, otros el lenguaje hablado o escrito. En teoría, las escuelas de diseño (también las de publicidad y las de periodismo) deben preparar a sus alumnos para poder hacer llegar al público cualquier mensaje, pero sin banalizar temas tan complejos como el suicidio.
qué y cómo
Porque no lo perdamos de vista, conocemos las herramientas: diseñadores, publicistas y periodistas somos expertos en el lenguaje (en el cómo), y debemos ser capaces de ponerlo en buen uso para adecuarlo al mensaje (el qué). Porque que llegue el mensaje es lo importante. Y hacer llegar el mensaje de una marca a su público objetivo es una cosa, y hacer llegar un mensaje del que depende la vida y la muerte de las personas es otra cosa muy distinta, y debemos utilizar un registro diferente, lenguajes diferentes.
Valencia ha aparecido empapelada con unos carteles que forman parte del Plan de prevención del suicidio y manejo de la conducta suicida. Los carteles, que forman parte de una campaña multimedia, se contrataron mediante una llamada a proyecto en 2017. El concejal de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de Valencia, Emiliano García, volvió a presentar esta campaña hace unos días ya que «la OMS alerta de que la covid puede haber supuesto un aumento de las enfermedades mentales».
El proyecto ganador se basa en la frase «Rompamos el silencio, hablemos del suicidio». Un segundo eslogan de la campaña es el más escueto «¿Hablamos?». En 2018 apareció la primera fase de la campaña de prevención del suicidio del Ayuntamiento de Valencia en la que se sugiere que un banco en un parque es el escenario por antonomasia de las conversaciones (de cualquier tipo de conversación, para cualquier grupo de edad) y ahora en 2021 se sugiere que compartir un paquete de pipas es la circunstancia idónea para una conversación (cualquier tipo de conversación, entre cualquier grupo de edad).
hablar es una solución
Efectivamente, la comunicación es, según indica la OMS, una de las herramientas de prevención del suicidio. Entre los mitos asociados a las conductas suicidas y que las autoridades y los medios de comunicación deben desmontar es el hecho de que hablar del suicidio aumenta el riesgo de conductas suicidas. Y no es así, psiquiatras y psicólogos coinciden en que «cuando una persona manifiesta pensamientos suicidas no se ha de considerar que está haciendo una mera llamada de atención, sino que es la expresión de dolor, desesperación y padecimiento, y es una oportunidad para intervenir y facilitar sistemas de soporte y ayuda».
Sin embargo, desde Gràffica entendemos que utilizar el banco de un parque y un paquete de pipas para reflejar este tipo de situaciones es trivializar, banalizar un problema. Y un problema más grande del que nos imaginamos.
En España, el suicidio es la primera causa de muerte por factores externos (no consecuencia directa de enfermedades). Se producen 1,8 suicidios por cada accidente mortal, 11,7 suicidios por cada homicidio y 68,1 suicidios por cada muerte por violencia de género. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, las muertes por suicidio han aumentado considerablemente en los últimos 15 años. En la Comunidad Valenciana cada día se suicida una persona, tal y como destacan en la web de la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana.
No cabe duda de que la campaña de prevención del suicidio del Ayuntamiento de Valencia es necesaria. De lo que tenemos más dudas es de que se esté comunicando de la forma adecuada tanto el problema como su solución. También tenemos dudas de que se esté utilizando el lenguaje adecuado para el público objetivo. Según las cifras de muertes por suicidio del Instituto Nacional de Estadística de España, el grupo de edad al que iría dirigida esta estrategia de comunicación no parece el grupo de edad más proclive a cometer suicidio.
desarrollo de la campaña
Tal y como indica la llamada a proyecto: «Se elaborarán carteles que se distribuirán por centros sanitarios y ayuntamientos, así como adaptaciones digitales para redes sociales y web. Además se difundirán en emisoras de radio de la Comunitat Valenciana cuñas con mensajes cortos que ayuden a prevenir suicidios. La elaboración de vídeos cortos con mensajes clave se puede difundir en pantallas de hospitales, canal youtube, bussi, web, etc.».
Algo así verán los usuarios en las pantallas de los autobuses de línea, o en las pantallas de su hospital o su centro de salud. Uno de los objetivos de la campaña de prevención del suicidio del Ayuntamiento de Valenciaes conseguir que hablar de ideas suicidas deje de ser un tabú. Sin embargo, crear un mundo idílico en el que nos sentamos en los bancos de los parques y comemos pipas para hablar de que tenemos pensamientos suicidas y nos queremos morir no parece ser muy realistas con el problema.
Si nos preguntamos qué es lo que busca la campaña. Entendemos que busca que aquellas personas con pensamientos suicidas se comuniquen con las personas de su entorno, y que el entorno sepa escucharles. ¿Y después qué? Después, según sugieren los vídeos, unos u otros tienen que entrar en la página web de la Conselleria para informarse de qué hacer.
Si la idea general de la campaña es un despropósito, la realización gráfica en forma de cartel es otro mayor.
Además de los vídeos están los carteles, que es lo que llamó la atención en esta redacción cuando los vimos instalados en mupis de 120x180cm en la ciudad de Valencia. Si la idea general de la campaña de prevención del suicidio del Ayuntamiento de Valencia es un despropósito, la realización gráfica en forma de cartel es otro mayor. Aquí sí, en los mupis se puede ver el número de teléfono al que llamar; porque recordemos, la campaña nos invita a hablar con alguien de nuestro problema.
«Llama al 112» y «Acude a tu centro de salud más cercano» que parecen soluciones directas y efectivas para encontrar a alguien con quien hablar se muestran en los carteles a tamaños mucho menores que los logotipos de las instituciones que promocionan la campaña. Así es como se visualizan los carteles «a vista de peatón».
Claramente, la resolución gráfica del cartel de la campaña de prevención del suicidio del Ayuntamiento de Valencia no es la más adecuada para esta ubicación ni este tamaño, tampoco para ser leído en estas circunstancias. Lo más probable es que el peatón que se encuentre con esto por la calle piense que le están vendiendo un nuevo tipo de pipas. ¿Cuántas de las personas que pasen por delante de este cartel van a leer las palabras «suicida» o «suicidio»? ¿Cuántas de las personas que pasen por delante de este cartel van a leer las palabras «Acude a tu centro de salud más cercano» o «Llama al 112»?
Ustedes verán…
Por suerte, las acciones de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia no se limitan a la comunicación gráfica: en el primer semestre de 2020 se realizaron dos cursos en línea de prevención de suicidio y en el segundo semestre se realizaron nueve sesiones presenciales de formación básica de prevención del suicidio. Según informan desde la Concejalía de Sanidad y Consumo «este año se completará esta formación, en la que participan de manera preferente los funcionarios que en su desarrollo profesional tienen que afrontar situaciones suicidas, o que deben detectar y atender actitudes suicidas».
Actualizado 21/06/2021