Cinco diseñadores argentinos opinan acerca de la marca país Argentina

El lanzamiento de la nueva marca país Argentina generó repercusiones en medios digitales, blogs y redes sociales. Cinco diseñadores argentinos nos ofrecen su mirada acerca de la calidad de la marca y su valor estratégico.

Coco Cerrella, diseñador gráfico y docente: «No voy a hablar de la pobreza de este trabajo de Identidad. Todos los que tenemos experiencia como diseñadores sabemos que muchas veces termina ganando el capricho, la ignorancia o la arrogancia del cliente… Entonces, más que matar al diseñador, es decir, un colega (¡dejemos de matar a nuestros colegas!), reflexionaría seriamente sobre las decisiones que toma este cliente que parecería decidido a romper todo lo que toca».

Marcelo Sapoznik, diseñador gráfico y Profesor Regular en la Carrera de Diseño Gráfico de la UBA (Extracto de La Marca País y los diseñadores vampiros, que puede leerse en la web de la Unión de Diseñadores Gráficos de Buenos Aires UDGBA): «Soy de la idea de no criticar los proyectos desarrollados por los colegas sin saber la trastienda de los mismos. Criticar sin saber cuál fue el pedido original, las idas y vueltas, los condicionantes, los objetivos, las posibles soluciones. Pero qué podemos hacer, somos Diseñadores Vampiros y las “víctimas” están ahí a nuestra disposición. Nos preguntan, contestamos».

«Parte del problema fue no presentarlo a la sociedad como merece un proyecto de escala nacional e internacional y de interés público como la Marca País. Se la perdieron. Lo mostraron tímida y parcialmente. Si pasaba, pasaba. Ya nos acostumbramos a esto. Un problema de comunicación», Marcelo Sapoznik.

«En el prólogo de mi libro sobre el Diseño de Identidad Institucional expongo que una de las áreas del diseño en comunicación sobre la que existe más cantidad de literatura específica, reflexiva y crítica, es la identidad. Uno de los aspectos singulares del diseño de Identidad Institucional está dado por su abordaje como construcción discursiva y sobre esa base, postulo que los sistemas de identidad deben narrar historias. Las historias deben ser expresivas en todos sus aspectos. La confrontación de los resultados que se exhiben, ¿responden al perfil y a los atributos institucionales? En este caso, me parece que no».

Jorge Gaitto, diseñador gráfico y Profesor de la Universidad de Palermo en el Área de Estudios Avanzados: «Antes de brindar mi opinión sobre el tema: nueva marca país, Argentina, se me hace necesario realizar una serie de consideraciones que estimo de importancia. Se están emitiendo una serie abultada de juicios de valor sobre una “marca” de la que, por lo menos yo, no he tenido acceso al brief. No es un dato menor, ya que sin ese documento, finalmente estaremos opinando sobre una cuestión meramente estética, casi diría cosmética. Es decir, es una opinión subjetiva (nunca tan acertado el término) sobre la apariencia gráfica de una marca. En tanto esto quede claro, me decido a avanzar.

Centraré la mirada sobre tres áreas: estética, funcional y ética.

En cuanto a lo estético, se pone en observación el nuevo identificador gráfico para Argentina. Ha corrido mucha agua bajo el puente, y sin embargo se sigue denominando “marca” a un identificador, y esto resulta algo primitivo (por inicial, por primario), ya que en verdad el concepto “marca” es un concepto mayor, superador, amplio y complejo desde su abordaje, ya que confluyen en él diversas implicancias y campos disciplinares. El identificador gráfico expuesto es uno de los componentes del concepto mayor: marca. En este caso, tenemos un contenedor circular, un disco azul/celeste como apropiación del concepto “global” y cuyo croma refiere a la bandera argentina. En el espacio inferior, remitiendo al sur, contiene la letra “A”, en caja alta y en tipografía Gothan Rounded. El uso de esa fuente responde a una instancia previa, que podríamos denominar, a distancia, la tipografía institucional. Si la mirada llegara solo hasta aquí, mi referencia se agotaría en una cuestión meramente estética y la discusión acabaría en ese me agrada o no me agrada.

En cuanto a lo funcional, afortunadamente he podido ir un poco más al fondo de la cuestión y allí es donde se abre el panorama, ya que se plantea el desarrollo de un sistema gráfico y paragráfico de carácter abierto, ajustado a la compleja red de canales y medios de comunicación. Se intuye un programa comunicacional complejo y tratándose de una “marca país”, no podría esperarse otra respuesta.

En cuanto a lo ético, me resulta apropiado fijar mi posición: ¿Es atinado reflexionar si el signo me identifica? No tiene sentido, ya que no me debe identificar como individuo singular, sino que debe identificar a un país. Y siendo más preciso, debería decir que es un identificador para ser utilizado por un Ministerio que lleva adelante una estrategia de marca país, por lo que forma parte de un plan rector que coordina factores diferenciales para posicionarse en los mercados internacionales. No soy yo, somos todos, y esto no es poca cosa».

A conclusion is the place where you get tired of thinking” (A. Bloch)

Luciano Cassisi, diseñador gráfico y Director de ForoAlfa: «Es una marca bastante insulsa y de una calidad gráfica en el límite de lo tolerable. La misma estructura podría haberse resuelto con más cariño por la buena forma, aunque eso no habría supuesto una gran diferencia. Comparándola con su antecesora, esta marca rinde un poquito más. Desde el punto de vista comunicacional es más diáfana, menos rebuscada. Es más fácil de aplicar y parece ajustarse un poco más al código visual y funciones de una marca de lugar de uso amplio (no solamente turístico). Resumiendo: es floja, desabrida, un poquito mejor que la anterior y es poco probable que logre convertirse en un recurso de valor estratégico para el país. Sin embargo, podría haber sido mucho peor».

 

Sergio Braguinsky Carrera, diseñador gráfico y docente: «Mi sensación, casi una sospecha, es que la marca país -esta, la anterior y la próxima- deja mucho más al descubierto nuestras urgencias y nuestra sistemática imposiblidad de animarnos a medio y largo plazo en términos estratégicos y desenganchados del oficialismo político de turno, que la fantasía de que alguien alguna vez pueda representar a un país con un signo (un sistema complejo, en rigor de verdad) que no genere fuertes resistencias desde el momento de su presentación en sociedad».

→  Nueva marca país de Argentina

 

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