Christie’s cierra su división de arte digital y NFTs

Christie’s, la casa de subastas más antigua del mundo, ha anunciado el cierre de su división dedicada al arte digital y los NFTs. La decisión llega apenas tres años después de que la venta de Everydays: The First 5000 Days de Beeple, por 69 millones de dólares, catapultara al mercado de los tokens no fungibles al centro del debate artístico y financiero global. Lo que entonces se presentó como una revolución irreversible parece hoy un capítulo que se reescribe con otros acentos: la euforia se ha disipado y el negocio se reorganiza. La compañía confirmó que la división ya no funcionará como un departamento independiente, aunque esto no implica que deje de vender arte digital. A partir de ahora, esas operaciones se integrarán dentro de la categoría de arte del siglo XX y XXI, junto a nombres consagrados de la pintura, la escultura y las nuevas formas de expresión contemporánea. El gesto tiene un doble mensaje: por un lado, rebajar las expectativas que en su momento se depositaron sobre el criptoarte; por otro, dar un paso hacia su normalización dentro del engranaje del mercado del arte. Del auge a la contracción La trayectoria ha sido meteórica. En 2021, el mercado de NFTs vivió un auge sin precedentes, impulsado por la pandemia, la liquidez global y la sensación de estar asistiendo al nacimiento de un nuevo paradigma de propiedad digital. Christie’s fue uno de sus principales motores, al abrir un departamento específico, fichar especialistas y lanzar su propia plataforma blockchain, Christie’s 3.0. Aquello simbolizaba que lo que nacía en foros digitales o marketplaces descentralizados podía alcanzar el mismo estatus que las obras que cuelgan en museos. Pero la burbuja se desinfló con la misma velocidad con la que creció. Las ventas globales de NFTs cayeron en picado desde 2022. Proyectos millonarios se desplomaron en valor, y la narrativa especulativa fue sustituida por un clima de desconfianza y escepticismo. En paralelo, el mercado del arte tradicional también atravesó un 2024 difícil, con una caída del 12 % en ventas a nivel global. Christie’s ha sufrido esta contracción y, bajo la dirección de Bonnie Brennan, su nueva CEO, ha decidido simplificar estructuras y reenfocar prioridades. Reestructuración interna El cierre del departamento digital implica también la salida de varios cargos clave. Nicole Sales Giles, vicepresidenta y responsable del área, dejó la compañía, al igual que otros miembros del equipo. Al menos un especialista continuará vinculado a las subastas digitales, pero la plantilla se reduce y el foco se desplaza. Christie’s mantiene activa la plataforma Christie’s 3.0, aunque no ha detallado cuál será su futuro papel ni qué recursos se le asignarán. Según informó The Art Newspaper, la integración en la categoría de arte contemporáneo responde tanto a una estrategia de ahorro como a un intento de que las obras digitales no se perciban como un mercado paralelo, sino como parte de un continuo. “Se trata de dar coherencia y de situar lo digital dentro del relato global del arte del siglo XX y XXI”, explicó una fuente cercana a la compañía. En otras palabras, menos excepcionalidad y más transversalidad. Qué significa para el mercado El movimiento de Christie’s tiene lecturas encontradas. Para algunos analistas, supone reconocer el fracaso de un experimento que prometía transformar la industria pero que no logró sostenerse más allá de la fiebre inicial. Para otros, es un paso lógico hacia la madurez: si el arte digital quiere consolidarse, debe competir y convivir con el resto de disciplinas en igualdad de condiciones. Lo que está claro es que el gesto puede tener efecto dominó. Sotheby’s ya había recortado su departamento de metaverso meses atrás, y varias galerías han rebajado su exposición a NFTs tras comprobar que la demanda caía. La contracción del sector no significa, sin embargo, su desaparición. Muchos artistas digitales siguen produciendo y vendiendo obras, aunque lo hacen en un ecosistema más reducido, menos especulativo y con coleccionistas que buscan valor cultural más que promesas de rentabilidad. Normalización o dilución La gran incógnita es si esta integración servirá para normalizar el arte digital o, por el contrario, para diluirlo. Al desaparecer el foco exclusivo, las piezas en NFT deberán destacar por su calidad artística en un entorno donde compiten con obras físicas de Warhol, Basquiat o Hockney. Esa exigencia puede elevar el nivel medio, pero también corre el riesgo de invisibilizar a creadores que necesitan aún pedagogía y acompañamiento para ser comprendidos en el circuito tradicional. Otro debate abierto es el del soporte tecnológico. Las subastas de NFTs implican procesos distintos —blockchain, wallets, contratos inteligentes— que no todos los coleccionistas tradicionales dominan ni desean manejar. Christie’s parece apostar porque estas diferencias técnicas se conviertan en un detalle secundario, algo que se gestiona de forma transparente sin exigir conocimientos al comprador. El reto será mantener la confianza en un sistema que aún despierta recelos. Un futuro por escribir El cierre de la división de arte digital de Christie’s no marca el final del criptoarte, pero sí un cambio de etapa. Deja atrás el relato de la disrupción total para situarse en el terreno de la integración, más sobrio y menos espectacular. En ese proceso, muchos artistas digitales se juegan su legitimidad: ¿serán capaces de encontrar su lugar en un mercado que los examinará con criterios menos indulgentes? ¿O volverán a refugiarse en plataformas alternativas, comunidades descentralizadas y modelos más alejados de las casas de subastas? La historia de los NFTs en el arte aún es reciente, y quizás dentro de unos años este momento se recuerde como la transición de la adolescencia a la adultez. Christie’s, con su peso simbólico, ha puesto un punto y aparte. Falta por ver si el mercado lo leerá como un signo de agotamiento o como la verdadera consolidación de un medio que, más allá de la especulación, sigue planteando preguntas profundas sobre la creación, la propiedad y el valor en la era digital.

Christie’s cierra su división de arte digital y NFTs

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