La belleza oculta de Palestina descubierta por Pedro J. Saavedra

Palestine, a chaos of emotions es el último trabajo de Pedro J. Saavedra, en el que capta su búsqueda de la belleza en «lugares donde supuestamente todos pensaríamos que no se puede encontrar». Sus fotografías y su video son testimonio de su experiencia viviendo la realidad palestina.

La búsqueda de la belleza es el eje transversal de las fotografías de Saavedra, ya que se puede encontrar en cualquier lugar del mundo, como puede ser en Alepo o como ya hizo en Corea del Norte. A través de la fotografía y el vídeo, muestra los modos de vida de un país a otros opuestos, tratando de acercar culturas a través de la belleza, ya que para él «la belleza nos une».

«Intento acercar lo desconocido a través de la belleza, creo que es un puente entre culturas que todos cruzaríamos sin miedo a lo desconocido, una herramienta pacificadora. Opino que lo bello, o la búsqueda de lo estético a través del estudio de la esencia y la percepción, podría lograr un acercamiento entre los países y sus culturas, para así alcanzar un fin pacificador».

Tras comprobar con sus propios ojos a través del visor de la cámara la realidad de Irán, de Albania, del barrio El Chorrillo en Panamá e incluso de Corea del Norte, el fotógrafo decidió descubrir el día a día de Palestina. Su pasión por Oriente Medio le llevó a realizar este viaje, aunque también influyó «la curiosidad de conocer de primera mano un pueblo oprimido injustamente por un estado opresor que asfixia poco a poco un lugar que resiste como puede», nos explica.

En este nuevo viaje, Pedro J. Saavedra ha tratado de mostrar la realidad, en este caso una belleza caótica de un lugar marcado por las distintas religiones, sitios donde se observa la estrategia de asfixia por parte del estado de Israel hacia los palestinos para lograr que se agoten y se marchen.

«La presión internacional es tan fuerte que el estado de Israel no puede echar a los palestino de una patada, que es lo que podrían hacer perfectamente en menos de un año si se lo pudieran permitir».

Mediante Palestine, a chaos of emotions, Saavedra quiere hacer llegar esa mezcla de emociones, de lucha pasión y resistencia, que caracteriza a las personas que luchan diariamente con aquello que tienen para defender dignamente su tierra. Sin embargo, los más castigados en este conflicto son los niños, «los niños de un bando y de otro son todos víctimas del poder y del dinero».

Realizar un proyecto como este puede suponer encontrarse trabas en el camino, para Pedro J. Saavedra significó tener que cumplir una serie de normas para poder llevarlo a cabo.

«He tenido que entrar y salir del estado de Israel con mucho cuidado, los sionistas no les caes bien si tu objetivo es querer conocer -o ayudar-, de primera mano el conflicto israelí-palestino. Tuve que guardar las fotos en muchos gadgets, pendrives, distintos discos duros externos… y enviarlas poco a poco vía DropBox y Wetransfer para curarme en salud».

Sin embargo, a pesar de las normas y procedimientos que ha tenido que seguir para poder entrar y salir del estado sionista, cuenta que «los palestinos te lo ponen todo muy fácil porque su único objetivo es que se difunda la injusticia que llevan soportando desde mediado del siglo pasado».

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