Igual no os habéis enterado pero en Barcelona se ha desatado la madre de todas las batallas. Batallas de diseñadores. Para los menos pendientes de la actividad social diseñil es necesario contar la historia desde el principio.
Recientemente, Nacho Padilla ha sido nombrado el nuevo Director Creativo del Ayuntamiento de Barcelona. Algo que en principio debería ser una buena noticia, para mí lo es -ójala mi ciudad lo hubiera fichado antes-, para algunos ha sido ya no una mala noticia si no el motivo para desatar toda la furia reprimida que seguramente ha generado el confinamiento.
Nacho antes de ser nombrado ya había realizado varias campañas para el Ayuntamiento de Barcelona pasando desapercibido, pero la coincidencia de la campaña ‘Barcelona te molt poder’ con su nombramiento creo que fue la chispa que prendió la mecha.
Qué si es de Madrid, que si no hay nadie en Barcelona capacitado, que si no conoce la realidad de la ciudad, que si no sabe diseñar, que si le han dado una bienvenida inmerecida, que si cobra mucho, que no habla catalán en la intimidad, que si no tiene 8 apellidos catalanes, que sí tiene barba… todos los tópicos de siempre.
El nivel de crispación fue subiendo por capas. Capas que van superponiéndose y que conforman una cebolla interesante de pelar.
Primero empezaron los guardianes de la ortodoxia con el cartel. Una disposición tipográfica hecha con una simple Helvetica que apela a ese feismo tan de moda y que pone nervioso a más de uno. Palabras cortadas, interletrados erroneos, baja legibilidad… Son los mismos que además no entienden un cartel por un lado y una campaña de video que nada tienen que ver. Sacrilegio. ¡Stanley Morison llévame pronto!
La segunda capa que se superpuso fue emitida por los defensores de la modernidad. A estos les resulta rancio, antiguo, folclórico el grito de ‘Barcelona tiene poder’ que cantaba Peret y que se asocia a una época pasada y poco trendy. Esa Barcelona gitana y hechicera genera dentera y les parece que esto es desconocer la realidad de la ciudad. Y ahí saltan todos los prejuicios del charnego.
En la tercera capa están los ofendiditos. ¡Con el talento que hay en Barcelona! ¿Cómo se atreve el Ayuntamiento a contratar a alguien de fuera?. ¡ Aquí, que hay más diseñadores que personas! Es como decirles en toda la cara a los diseñadores catalanes que no están a la altura. Con la de profesionales que han estado peleándose en el barro a la espera de una recompensa que ahora no llega. ¿Cómo es posible que no me llamen a mí? Se han preguntado unos cuantos.
Entre todas las críticas se intuye una cierta corriente de fondo de una ciudad que ha visto cómo otras han ido creciendo en un ámbito que parecía que ellos tenían en exclusiva; hay algo de rabieta de niño sin pelota o de rey sin corona.
Y por si todo lo anterior no fuera suficiente sale a la luz lo que el nuevo director creativo va a cobrar (unos 70.000€/año) y lo que ha cobrado por la campañas campañas anteriores (17.000€). A la inmensidad de diseñadores mileuristas esto les parece obsceno.
Y aquí se une una nueva piel de cebolla, la de los políticos con tweets, bulos, medias verdades y hacen la bola enorme con el mantra de que ahora no es el momento, que el dinero está malgastado, que le han pagado una pasta por un cartel, que si lo han hecho a dedo… Hasta el punto de salir en Polonia uno de los programas estrella de la televisión catálana.
Una tormenta perfecta que vista desde la distancia y con el pasar de los días más allá de parecerme graciosa me resulta interesante, curiosa y hasta ejemplar.
No voy a ser yo el que les de o quite razón a todos, ni quien defienda a Nacho que no le hace falta, ya hizo mucho callo en Madrid, pero ver este espectáculo en una ciudad cosmopolita, de vanguardia, adalid de la modernidad secuestrada por un arrebato del más rancio chovinismo pueblerino es curioso cuanto menos.
Pero más allá de ver quién tiene razón o quién no, que creo que todos tienen su parte de razón, lo que más me interesa en la reacción a algo tan trivial como es una campaña institucional. Por un cartel que dentro de un par de meses habrá desaparecido de la vida ¿todo esto?
Y esta es la parte buena. Que una ciudad, diseñadores y no diseñadores, se levante en armas contra una campaña y la critiquen, la defiendan o la ataquen dice mucho de su relación con el diseño. Me recuerda cuando a finales de los 90 en la que la ciudad estaba plagada de escuelas de diseño, los diseñadores locales se pasaban el día discutiendo de lo malas que eran las escuelas y de la mercantilización del diseño, mientras los demás no teníamos ni buenas ni malas, simplemente no teniamos. Me hacia gracia verlos discutir en la abundancia.
Una ciudad que hace memes de un cartel municipal, que se ríe y satiriza el diseño en la TV, quiere decir que esta profesión está normalizada y convertida en un valor social. Eso es tener Poder. Ya me gustaría que este poder se tuviera en cada una de las ciudades de nuestra geografía.
Me encanta que una ciudad como Barcelona haga del diseño tema de debate, para lo bueno y para lo malo, que tanto profesionales como sociedad tengan presente de la importancia y responsabilidad del diseño, de la creatividad, de la comunicación institucional. Mirar estas cosas con cuentahilos siempre será bueno.
No decir nada por no ofender, como pasa en otras ciudades, solo sirve para que se nos ignore.
Para mí esto es un buen ejemplo de madurez y liderazgo. Debatir, discutir, criticar, analizar, opinar es la única manera de mejorar. Ese es el Poder. Barcelona tiene ese poder y hay que saber aprovecharlo. Barcelona tiene el poder de visibilizar lo que en otros sitios directamente se ningunea.
Amigos catalanes, disfrutad de este gran fichaje y de las cosas maravillosas que van a venir, incluso disfrutad de las feas e incomprensibles cosas que sucederán, como siempre, todo lo que suceda ahí se exportará a otras ciudades. No os asustéis por las cosas nuevas que vienen de fuera, la vanguardia tiene estas cosas y vosotros lo sabéis mejor que nadie. Hicisteis lo mismo con Cruyff y mira. Cuando empecéis a entender el nuevo sistema de juego os va a encantar.
A algunos los sentará en el banquillo, pero ¡el futbol es así! De hecho algunos que el primer día salieron a criticar al entrenador ahora ya reculan y todo les parece bien, no sea cosa que pierdan la titularidad. Será interesante de ver este cambio de entrenador.
Estaremos atentos a la siguiente batalla diseñil, a las nuevas alineaciones, a los cambios de ritmo y de esquema que seguro sucederán, y si todos los cambios no desatan una nueva ola, os llevamos desde Valencia unos maceteros que nos sobran, os los plantamos en Plaza Catalunya y tenéis tema hasta la próxima pandemia.
Un gran poder conlleva una gran responsabilidad y eso es motivo de orgullo y satisfacción.