LADFEST 2017, la fiesta del diseño Latino

La comunidad creativa de Latinoamérica se reunía en Peru el pasado mes de febrero en el LAD Fest 2017. El Latin American Design es el festival en el que se celebra la creatividad y las artes visuales reuniendo y mostrando el diseño más vanguardista de América Latina. Quien estuvo allí bien atento a todo lo que ocurría fue uno de nuestros colaboradores, Iván Basurto Delgado –director creativo, diseñador, ilustrador, incendiario y escritor accidental de Guayaquil, EC–. Ahora nos cuenta cómo fueron esas jornadas repletas de creatividad del LAD Fest 2017 y nos traslada las declaraciones que recogió de algunos de sus protagonistas.

Al hablar de Lima, las primeras ideas que asomaban en mi cabeza eran historia, culturas ancestrales y una variedad gastronómica capaz de hacer babear –cual perro de Pavlov– al más escéptico de los comensales. Si a esto le añadimos el mejor diseño del mundo, la capital peruana se vuelve un destino irresistible para quienes buscamos el balance justo entre lo inspirador y lo inesperado.

Es así como en febrero alisté maletas y viajé hasta Perú, atraído por la propuesta de Latin American Design, el festival que congrega a varios de los diseñadores, ilustradores y profesionales creativos más destacados de la región y el globo. El LADFEST, que ya va por su tercera edición, repitió a Lima como sede, en el afán de sus organizadores por posicionar a la populosa ciudad como uno de los puntos destacados en el mapa mundial del diseño.

Richars Meza, Fundador de IS Creative Studio y coordinador general del evento, se siente seguro en cuanto a cumplir esta y otras de las metas que se plantearon desde el primer día al crear LADFEST y añade: «Cada vez nos acercamos más a unir a la comunidad creativa y de diseño de Latinoamérica. Este año hemos tenido más del 30 % del público de fuera de Perú, el próximo año creo que llegaremos al 50 %. Nuestras metas siempre van creciendo conforme crecemos todos. Pero estamos muy contentos, ahora sí se siente que Latinoamérica está presente no solo en los speakers, sino en el público asistente y eso es muy emocionante».

En una región en donde los festivales de diseño son un monstruo relativamente joven, la propuesta de Latin American Design llega para inyectar de sangre fresca la escena creativa. Sobre ello, Meza añade: «Estamos en conversaciones para llevar el festival fuera del Perú, espero que se pueda dar pronto. No se trata de crecer por crecer, volvernos un evento masivo, no queremos perder la esencia. Seguiremos haciendo eventos a lo largo del año, enfocados a un tema específico como ya lo hicimos el año pasado con tipografía. Estamos preparando talleres más extensos durante el año y queremos conectarlos de alguna manera con artesanos de cerámica y textiles. Los premios han sido lo nuevo este año, esperamos que los LAD Awards crezcan, ya estamos trabajando en la segunda edición. También hay planes de llevar la exposición de ganadores a diferentes ciudades y una muestra en Madrid este año».

El intercambio y la inspiración que se generan en LADFEST son evidentes. Los expositores se muestran muy abiertos al compartir sus procesos y conocimiento, dentro y fuera del escenario; el público es joven y receptivo. ¿Será posible que esta tendencia sea contagiosa entre los profesionales creativos latinoamericanos?

«Creo que sí, poco a poco los estudios se están abriendo más a conocerse y juntarse, nosotros intentamos que la comunidad se una ya que compartimos mucho en esta industria, y creo que debemos estar juntos para poder darle el lugar que el diseño merece», responde Meza.

La fórmula para el éxito de este festival incluye un cartel de expositores conformado por diseñadores, fotógrafos, ilustradores y artistas visuales de renombre y mucho recorrido. Estos a su vez comparten escenario junto a los talentos emergentes de la escena latinoamericana a través de los Young Talents, el segmento de jóvenes talentos que les permite contar sus proyectos en pocos minutos. Ulises Ortiz, letrerista mexicano de 22 años y uno de los expositores en esta categoría, señaló: «Me siento muy a gusto de ser el único talento joven en letras, ya que lo demás fue branding, fotografía e ilustración. Venir a otro país, escuchar críticas de tu trabajo, ver lo que está pasando y conocer letreristas que admiro, como Elliot Tupac o Martina Flor, te abre nuevas posibilidades para seguir creando».

Por su parte, Constantino Endara, otro de los Young Talents, comentó: «Esta es la primera vez que salgo de mi país para mostrar mi trabajo y me encanta que haya tanta apertura y encontrar a tanta gente dispuesta a nutrirse a través del aprendizaje. Este tipo de eventos nos fortalecen como profesionales y crea un ambiente muy rico en cuanto a experiencias». El fotógrafo ecuatoriano sostuvo una breve, pero potente intervención en la que señaló la importancia de colaborar con otros profesionales creativos: «Estuve un poco nervioso al exponer, pero creo que al ser un talento joven, más que nada, lo que quería era mostrar mi proceso creativo y como llegué a desarrollarme como artista, teniendo muy en cuenta mi entorno y la exploración que me lleva a encontrar el ángulo desde el que abordo cada proyecto».

Las conferencias fueron el plato fuerte de LADFEST y sin duda el más esperado por el público asistente al Teatro Municipal de Lima, sede principal del evento y establecimiento con 102 años de antigüedad, ubicado en el corazón comercial e histórico de la ciudad.

Para uno de los conferencistas, el ilustrador y animador francés Simon Landrein, el evento se trató de una experiencia completamente nueva: «Es mi primera vez en Latinoamérica. La gente aquí es muy amigable, es joven, dinámica y busca hacer las cosas bien, eso es bueno. Como francés, viviendo en Inglaterra y todo lo que eso encierra, siento que estoy en el comienzo de una nueva escena, frente a una nueva visión artística, que se deja influenciar por la cultura y las tradiciones locales, tomándolas como punto de partida apuntando hacia el futuro. Me emociona y llena de curiosidad, no muchas cosas tienen ese efecto en mí».

Proveniente de un entorno en donde el aprendizaje del diseño y la animación es muy riguroso, Landrein, se hizo conocido a partir de realizar videoclips y comerciales junto a su amigo y codirector en varios proyectos, el ilustrador McBess. Sus trabajos más recientes evidencian un estilo propio y de trazo simplificado, ideas irreverentes y planos insinuantes que él mismo define como sexual innuendos.

«No paso mucho tiempo haciendo mockups, –comenta Landrein– no entiendo a quienes dicen que debes trabajar más horas, yo prefiero trabajar menos. Mi trabajo es más intuitivo, cuando eres muy minimalista puedes joder un montón y decir mucho con lo que haces», afirma McBess.

Una tercera parte de las charlas estuvo a cargo de mujeres creativas que supieron dejar su huella en el público, como la que brindó Divya Viswhanatan, Design Research Lead de IDEO, hablándonos del diseño centrado en el usuario, la educación y una mirada optimista del futuro. O la artista francesa Malika Favre, mostrando su proceso de trabajo y convocando a tratar la creatividad desde perspectivas más sensuales y simples, con una de las intervenciones más aplaudidas de todo el evento.

De Argentina, afincada en Berlín, la ilustradora, diseñadora, tipógrafa y letrerista Martina Flor, fue otra de las conferencistas que se robó los aplausos del auditorio, con una charla sobre la omnipresencia de las letras y su amor por ellas. De su presentación, destacó el proyecto que comparte con el calígrafo italiano Giuseppe Salerno, Lettering Vs Calligraphy, con el que remarcó la importancia de la exploración colaborativa entre artistas. Sobre esta última idea, la diseñadora y directora de arte independiente estadounidense Leta Sobierajski, ahondó al presentar su proyecto Complements, desarrollado en conjunto con su pareja, el también diseñador y director de arte Wade Jeffree, con el cual exploran sus propias dinámicas dentro de la relación.

Sobierajski comentó sobre su experiencia en el festival: «Estar aquí es increíblemente inspirador, todos aquí tienen mucho talento y es vigorizante conocer gente con propuestas tan diferentes e inspiradoras, sin duda es un escenario muy distinto a lo que puedo encontrar de vuelta en casa».

Uno de los expositores más esperados fue precisamente uno de los que más evita dar charlas en público, El Grand Chamaco. El ilustrador enmascarado que supo crear un halo de misterio alrededor de su figura aseguró: «La verdad es que no me gusta hablar en público, nada, me aterra bien cabrón y por eso no lo hago. Tampoco lo hago porque podría repetir muchas cosas, no quiero dar una plática en un lugar, luego repetirla en otro y que se queme eso».

Sin embargo Grand Chamaco estuvo dos ocasiones en el festival Pictoplasma de Berlín, una de ellas como speaker, la otra como expositor. Esta es su segunda gran conferencia y la primera de ellas para un público latino. Sobre la expectativa que generó entre los asistentes a LADFEST, comentó: «Se siente un poco raro, porque un poco la máscara es para evitar eso. Desde que empecé a trabajar en esto, tengo un problema con los ilustradores diseñadores ‘rockstar’. ¿Por qué chingados te vas a sentir tocado por dios porque haces diseños o logotipos? Eso no está bien».

Señala que su máscara es la herramienta con la que ataca este tipo de egos y confiesa: «No quiero que vean a una persona que hace cosas sino a su trabajo. Por eso la máscara tapa a la persona que crea personajes, lo valioso está en las historias que se cuentan a través de ellos; quien los crea no importa».

Conocido por tener una impronta mexicana como estilo característico en sus ilustraciones, Grand Chamaco se reconoce admirador de la diversidad de estilos en el diseño y el lettering tradicional de América del Sur: «Cuándo estuve en Argentina descubrí el fileteado porteño y me recordó un poco el trabajo de los artesanos en México; con todo el arte y acabado que contienen, creo que ese tipo de trabajos están demasiado malbaratados. O el trabajo de Eliot Tupac, a quien no conocía hasta hoy y quien veo que está muy metido en lo suyo, está claramente en otro nivel. Son cosas que yo no puedo hacer y que me inspiran», concluye el mexicano.

Hace unos años, en 2011, tuve la oportunidad de conocer el trabajo de Elliot Tupac y de escucharlo como conferencista en Trimarchi DG, el encuentro internacional de diseño en Mar del Plata – Argentina. En ese año, el letrerista huancaíno compartía cartel junto a figuras como David Carson, The Designers Republic, Massimo Vignelli y otros nombres resonantes en el mundo del diseño. Seis años después, me encuentro con un Tupac más profundo y maduro al que lanzo tres preguntas:

IB: ¿Cómo percibes todo esto que está sucediendo con el diseño en Lima y en el Perú?

ET: Creo que más que suceder en Lima, está sucediendo en Latinoamérica. Esto tiene un valor importante de maneras quizás distantes, pero que tienen la misma intención que es la de rescatar valores cercanos, más inmediatos; esas referencias que probablemente en algún momento las desconocíamos o las ignorábamos y de las que ahora tenemos una visión más cercana y de las que podemos hacer una reinterpretación. Lo importante, finalmente, es que exista una responsabilidad del diseñador al poder acercar esto al público de manera masiva, pero con mucho respeto y con esto me refiero al acercarnos a la cultura popular viéndola más allá de lo “exótico”. Cuando la tratamos como comunicación “exótica” se pierde la intención de que esto popular es lo que quiero poner en valor y definitivamente no es el modo de rescatar, hablar o de pronunciarse en términos de comunicación popular. Es importante que los diseñadores miremos más hacia adentro que hacia afuera.

IB: Como letrerista, tu especialidad es la cartelería de tipo popular o “chicha”, ¿crees que hay más por explorar en esta rama del lettering?

ET: Creo que el tema con lo chicha, puntualmente, es que surgió la equivocación de asumir que la letra chicha es exactamente como yo la hago, cuando en realidad la letra chicha es muy diversa. Tiene que ver con la gestualidad del diseñador, del taller de serigrafía en donde se desarrolla de una manera y que en otro taller se hace de otra, probablemente la gente no encuentre valor en eso y le termina dando más valor a lo que uno hace. La riqueza de todo esto está en los distintos talleres que hay en Lima, desarrollando diseño desde su propia sensibilidad y forma de ver un nombre o un grupo (musical) y eso es lo que la gente debe entender, esto es muy diverso. La intención popular siempre ha sido muy amplia y no se puede centrar en el estilo que haga un diseñador, es una cuestión de apertura mental.

IB: ¿Cuáles son tus perspectivas sobre estas exploraciones de los profesionales creativos latinoamericanos sobre sus propias raíces?

ET: Hay dos formas en las que percibo esta apropiación de la cultura popular en nuestros países. Una es que solamente se le extraiga, como a la gallina de los huevos de oro, esa visión exótica. Cuando uno apunta a eso es interesante solo por un momento y luego no existe, porque cuando muestras algo exótico la gente solo busca el “¡wow, qué lindo!” Por otro lado, cuando te alejas de esto que es evidente, vas al trasfondo y muestras el detrás, el contenido interno que está en ese mensaje, en esa intención de comunicar con estos colores, la irregularidad de las formas y las letras, para entenderlo en la profundidad del caso creo que educas y cuando se educa esto queda en la memoria y eso se puede expandir en el tiempo. De otra forma creo que sería imposible pensar en una gráfica popular como un diseño socialmente vinculante del momento latinoamericano como para prolongarlo en el tiempo.

 

Ante mis ojos, LADFEST se plantea como toda una fiesta del diseño y la creatividad sudaca, un mestizaje hermoso que se sigue dando de maneras más autocríticas y arqueológicas. En este encuentro no hay poses de héroe, ni actitudes rockstar, solo “personas normales” con una enorme afinidad por la estética y las artes, todos con la misma intención de compartir lo que mejor saben hacer. Algunos de formas conmovedoras e impactantes, como Javier Jaen, quien cerró su intervención con un video inspirador y lacrimógeno, según pude constatar entre algunos asistentes, o la charla de Matías Corea que empezó con humor y terminó como una verdadera invitación a emprender.

Radicado en New York, el diseñador español y Co-Fundador de Behance, Matías Corea, coronó el festival con una última charla sobre las exigencias de un oficio que demanda creatividad y resistencia, comentó: «Siempre es bueno celebrar el diseño, la creatividad y a un movimiento que necesita continuar siendo empujado hacia arriba. Porque los creativos son los que hacen que nuestra vida valga la pena vivirla; hacen nuestra música, nuestra comida, nuestro diseño, nuestras sillas, nuestra ropa y ya hace demasiado tiempo que el creativo no ha sido considerado como se debería».

En su charla, un sonriente Corea repasó brevemente su historia personal y destacó la virtud de encontrar oportunidades en los rechazos, así como planteó una serie de ideas para aumentar la productividad como profesionales creativos. «Lo más difícil es continuar trabajando. El mantener la consistencia de continuar con una idea cada día. Parece muy obvio, pero la gente deja de lado la transpiración, lo difícil no es empezar, lo difícil es continuar y acabar. Creo que en la inspiración hay miles de ideas y las ideas son muy baratas, ejecutarlas, llegar a ver la forma final de esta idea, eso es lo difícil», añadió el creativo español que hace unos meses emprendió un viaje en motocicleta desde Brooklyn hasta Ushuaia, haciendo escala en 15 países de toda América.

Para esta hora la fiesta del diseño latinoamericano ya está por terminar, Matías debe partir y a mí me espera el último pisco sour en LADFEST, no sin antes lanzar mi pregunta final al co-fundador de la plataforma creativa online más grande del planeta.

IB: ¿Cuál es tu perspectiva de lo que está sucediendo a nivel creativo en la región?

MC: Yo no te puedo decir una perspectiva de lo que te está pasando, sino cuál es mi perspectiva de lo que debería pasar: Identidad, genuino, original, autóctono. Diseño limeño, diseño peruano. No puede ser de Brooklyn, no puede ser de Barcelona, tiene que ser de Perú. ¿Qué significa? Eso no lo sé, pero sé qué tenemos que seguir buscando y encontrando nuestra identidad y no querer ser como los demás, eso es la homogenización de la cultura.

          

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