Arts Santa Mònica cambia de imagen, de Clase bcn a Eskenazi

Arts Santa Mònica luce nueva imagen. Diseñada por Mario Eskenazi junto con Dani Rubio ésta supone un punto y aparte respecto a la anterior identidad de Clase bcn y obedece a un cambio de dirección en el proyecto del centro de Arte Contemporáneo. «Para mí –dice Mario Eskenazi– es como cerrar un círculo». Hoy nos explica los motivos por de este cambio y las claves del proyecto.

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Muchos aún tenemos fresca la imagen que Claret Serrahima realizó junto al equipo de Clase bcn e Íñigo Jerez –quien puso la tipografía– para el Arts Santa Mònica. El diseño de Serrahima planteaba un juego visual y tipográfico en el logo donde las letras ‘A’ se recomponían en un símbolo abstracto muy simple. Hace unos meses, el Arts Santa Mònica decidió dar un giro a su marca y confiar el nuevo diseño a Mario Eskenazi. El motivo nos lo explica él mismo: «Según me dijeron (Santa Mònica), la imagen anterior estaba ligada a un proyecto concreto y ahora hay un cambio de dirección en el proyecto Santa Mònica». Así, la nueva identidad debía reflejar esa transformación.

El objetivo de Conselleria de Cultura ha sido «dotar a Santa Mònica de una nueva identidad que refleje que hay un cambio; que empieza una nueva etapa», comenta Eskenazi. Y nos aclara: «Para mí el objetivo ha sido dotar a Santa Mònica de una identidad duradera, que la identidad no esté relacionada con un ‘proyecto’ determinado, sino con Santa Mònica como contenedor de posibles diferentes proyectos».

En el nuevo diseño destaca el uso de la tipografía y especialmente su posición en diagonal. Sobre este aspecto Eskenazi apunta: «Su posición diagonal corresponde al concepto». Para identificar el Arts Santa Mònica como contenedor Mario Eskenazi y Dani Rubio pensaron que lo más lógico era «relacionar la identidad con el edificio, pero sin poner la silueta del edificio que es lo más tradicional». Analizando la construcción ambos vieron que la rampa de la fachada es la intervención arquitectónica más notoria. «Es lo primero que se ve y hasta las exposiciones ¡se anuncian en la rampa!», recalca. Esta singularidad es la que queda reflejada en la nueva imagen y «las letras en diagonal sugieren la rampa».

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Pero el proyecto de identidad es mucho más complejo. «Obviamente [la rampa] fue el punto de partida», afirma Eskenazi. «Durante el proceso fuimos conscientes de que la forma de escribir también podía ser la identidad. Si bien hicimos 4 logotipos –necesarios para firmas, convivencias, etc.– también podíamos generar un sistema de identidad que fuera mas allá del logotipo».

Para facilitar el desarrollo de aplicaciones, Mario y Dani encargaron un script a Santi Grau, donde al introducir el texto y un programa generara las cuatro inclinaciones posibles». Para Eskenazi este punto «es importante porque la mayoría de aplicaciones son digitales (mails, banners, redes, etc.) y diarias. De esta manera se facilita mantener la identidad a través del texto».

Y es que, este juego de diagonales está presente en las aplicaciones gráficas de otras piezas: folletos, cartelería, banderolas… Le planteamos a Mario nuestra duda al respecto, ¿no crees que el uso de esas diagonales podría llegar a una saturación visual? Su respuesta es directa, concisa y clara: «No, ¿por qué? ¡Satura y aburre más insistir siempre con un logotipo!».

Para el equipo de Eskenazi este proyecto supone «cumplir un anhelo: diseñar la identidad de un centro cultural, más aún con la situación actual donde parece que la cultura no importa». Y a título personal nos aclara: «Para mí es como cerrar un círculo. En 1990 (aproximadamente) diseñé con mis (ex)socios de Summa, Claret Serrahima y Josep Mª Mir la primera identidad de Santa Mònica, basada en el proyecto de ese momento: Santa Mònica Centre d’Art. Hace 5 años se cambió el proyecto a Arts Santa Mònica y ahí es donde Clase hizo la identidad para Arts Santa Mònica. Ahora, con este nuevo proyecto fui consciente de que la identidad se debe referir al contenedor y ¡no al proyecto!». Como remate, Mario nos dice: «Y además, [con esta identidad] seguimos estando en Barcelona, ¡en la calle!».
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