Si hace unas semanas Apple lanzaba la nueva versión de Final Cut y la titulaba de Pro, y como suele ser habitual, con los grandes superlativos y enormes posibilidades. Llegan a decir que es una revolución dentro del campo de la edición de video, ya que lo hace con edición de pista única. Los usuarios profesionales la han catalogado de todo menos de Pro (por profesional). Dicen que no es más que un iMovie mejorado.
La política de precio agresivo también parecía que era una ventaja frente a otros programas de edición mucho más caros. Pero todos aquellos profesionales han visto defraudadas sus expectativas y han solicitado la devolución del dinero después de comprobar la baja calidad del producto. Y parece que lo han conseguido.
Los argumentos van entorno a la capacidad de edición y sobre todo a la imposibilidad de importar archivos del la versión anterior a la actual.
Apple ha contestado a algunas de las preguntas que han realizado los usuarios explicando los motivos por los qué algunas funciones operan de la manera que lo hacen.
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