Alberto Vázquez: «La animación es la manera más poética de hablar de la realidad»

Entrevistamos al ganador del Goya 2023 a la mejor película de animación, Alberto Vázquez, director de Unicorn Wars, peluches contra unicornios en un largometraje de animación para adultos.

Bienvenidos al Campamento Corazón, un lugar de entrenamiento en el que se enseña que el único unicornio bueno es el unicornio muerto. Con esta singular premisa se presenta el nuevo film de animación de Alberto Vázquez. Seis años de trabajo, más de 250 profesionales y 124.515 fotogramas nos muestran el horror de la guerra a través de unos entrañables peluches no aptos para todos los públicos.

¿Qué es Unicorn Wars?

Es una película bélica que habla de una guerra ancestral entre ositos y unicornios que habitan en el Bosque Mágico. Sin embargo, el verdadero conflicto es el que viven de modo interno los dos protagonistas: Azulín y Gordi, dos hermanos mellizos antagónicos por el amor de su madre. Es una película que oscila entre la comedia, el drama y el horror. Y es una alegoría sobre el origen común de todas las guerras.

Bienvenidos a Campamento Corazón

Cuentas que tus referentes a la hora de abordar la película son Bambi, Apocalypse Now y la Biblia.

Es una manera de definir de una manera externa lo que haces. En 2013 hice un cortometraje que se llamaba Sangre de unicornio. La idea me gustaba, eran dos ositos que iban a cazar unicornios. Tocaba temáticas como el bullying, el sentimiento de culpabilidad, la relación entre hermanos… y me pareció muy interesante expandir este universo y desarrollar personajes y tramas.

Decidí mezclar el cuento con el género bélico y la mitología y la mística. Hablabas de Bambi, la Biblia o Apocalypse Now pero podían ser otra cosa. Hay muchos referentes.

Fondo y forma lanzan mensajes contrapuestos. Presentas un caramelo muy dulce con un trasfondo amargo. Algo común a toda tu trayectoria desde tus comienzos en el fanzine Enfermo.

Es un juego de contrastes. Lo más evidente es lo que hacen los ositos y unicornios, cosas crueles que no deberían suceder. Es una película iconoclasta que se carga nuestro imaginario infantil y provoca emociones muy encontradas a la gente.

Estos animalitos antropomorfos remiten a la historia del cómic, de los cuentos clásicos, de las fábulas y permiten trabajar muy bien sobre ellos porque son anacrónicos. No tienen un tiempo y un lugar definidos.

Están muy arraigados en la cultura universal y eso hace que no sepas la procedencia de la película. Puede ser africana, francesa, americana, japonesa o española. Eso es muy interesante porque se puede entender en cualquier lugar del mundo.

La experiencia lisérgica de los ositos en el horror de la guerra.

Con Pedro Rivero ya habías realizado el cortometraje Birdboy y un primer largometraje, Psiconautas. Los niños olvidados, con el que ganasteis el Premio Goya al mejor largometraje animado en 2017. Unicorn Wars es una apuesta muy ambiciosa tanto por tu parte como de la productora Uniko

Unicorn Wars es una coproducción entre Galicia, País Vasco y Francia. Es una película más ambiciosa que Psiconautas en el sentido de que tenemos más presupuesto. Es más larga y con muchas dificultades técnicas. Hay que plantear una batalla, animar veinte unicornios, hay más de cincuenta personajes… Psiconautas era una historia mucho más contenida.

El paso fue muy natural. Llevo trabajando con Iván Miñambres más de diez años y nos entendemos muy bien. De Chelo Loureiro, la productora gallega, he tenido un apoyo total. Me siento muy agradecido de haber podido hacer estos trabajos.

la ilustración y el cómic

La mayoría de tus cortos y los largometrajes tienen su origen en el cómic.

Para mí la animación es una mezcla de mis dos grandes pasiones. Por un lado el cómic y por el otro el cine. Yo creo que en el medio está la animación. Tiene paralelismos con el cómic pero no tiene nada que ver. Son más primos que hermanos.

«Para mí la animación es una mezcla de mis dos grandes pasiones. Por un lado el cómic y por el otro el cine.»

Alberto Vázquez, director de Unicorn Wars

Por ejemplo en Psiconautas tuvimos claro que queríamos hacer primero un corto para conseguir posteriormente financiación para hacer un largo. En cambio, en este caso, la idea era hacer el corto, Sangre de unicornio, y pasar a otra cosa. Aunque se trate de un cortometraje, un año o dos de producción no te lo quita nadie. Yo trabajo con la fantasía y cuando creas un pequeño mundo te das cuenta a veces de que puedes desarrollarlo más. Es lo que pasó cuando trabajé en Sangre de unicornio.


El acabado de la producción es brutal. Bebe mucho de la ilustración actual con una imagen muy potente a la que saca el mayor partido

Es animación tradicional de 12 frames por segundo. Los fondos remiten mucho a lo clásico, están trabajados como si fuese gouache. Yo me fijaba mucho en el Disney más clásico, en los diseños de Mary Blair, fondos muy sintéticos que recuerdan al libro, que es de donde yo vengo. Bambi es una película de 1942 y se sigue sosteniendo pero ves una película de 3D de hace veinte años y se te cae de las manos. Lo tradicional envejece bien. Lo ideal es mirar a lo clásico y darle una vuelta contemporánea.

«Lo tradicional envejece bien. Lo ideal es mirar a lo clásico y darle una vuelta contemporánea.»

Alberto Vázquez, director de Unicorn Wars

Fusionáis de todos modos lo nuevo y lo clásico. Los unicornios los realizáis en 3D y unificáis todo con el Blender.

Sí, toda la película está realizada con Blender, con una herramienta que se llama Grease Pencil, que sirve para animar en 2D dentro de un entorno 3D. El tratamiento de los unicornios es 3D aunque luego lo pintamos por encima. Rompemos la animación a 8 o 12 frames por segundo para que se asemeje más al mundo de los ositos.

Solo vemos las siluetas de los unicornios, lo que les da un aspecto gráfico más misterioso, como las sombras chinescas de los años 20. Usamos la tecnología pero buscamos un acabado lo más tradicional posible.

la reflexión

Muestras un mundo en decadencia, que tiene que morir para que nazca algo nuevo.

Es una especie de pre-génesis humana. Es un mundo de decadencia, de violencia, de odio sobre el diferente y a lo desconocido. Los ositos se odian entre sí, también a los unicornios. Hay un epílogo muy alegórico que cada persona puede interpretar como quiera.

¿Se puede decir que la envidia es el motor del mundo?

Sí, y el amor. Hay muchas reflexiones. Es una película de fantasía pero los temas que se tratan son de nuestro mundo y nuestro tiempo. Para mi la animación es la manera más poética de hablar de la realidad. Tiene un lenguaje propio y es muy interesante.

Birdboy, Decorado, Sangre de unicornio o Homeless Home son cortometrajes que han obtenido numerosos galardones en los festivales. Con Unicorn Wars salís de ese circuito y os dirigís a las salas de cine y al público generalista.

Es un misterio para nosotros cómo va a funcionar la apuesta. No vamos con muchas copias porque es complicado que compitamos con las majors pero mola ver la animación en cine. Es lo que hay que hacer y es necesario. La animación para adultos tiene dificultad para ser entendida.

Hay quien piensa que es un género o que está dirigida al público infantil, pero la animación puede ser un arma muy potente que puede tomar muchas formas. No tenemos la cultura que pueda haber en Japón o en Francia.

El hecho de que sea tan adorable su imagen no sé si puede llevar a equívocos.

Unicorn Wars es extraña. No es para niños, es para adultos pero muchos adultos no la van a entender. Es una película que no tiene miedo, tiene su propia libertad, un punto salvaje con sus cosas buenas y malas. El film puede ser muy cuestionable en muchas cosas pero a mi no me interesa tanto que las películas sean perfectas como que sean memorables, que recuerdes lo que has visto aunque te haya gustado más o menos, que te impacte, y creo que lo hemos conseguido.

En un mundo tan homogéneo como el que tenemos, en un sector como la animación que se dirige sobre todo al público infantil, es una suerte poder haber hecho este film, que es una rareza.

A pesar de toda la épica de la obra es sobre todo una historia de personajes.

Claro. Los dos personajes principales son los que llevan el peso de la película, sobre todo Azulín, el osito malvado. Es interesante que veamos la película a través de los ojos de un personaje tan cruel y ruin. Hay muchos personajes, unos con más protagonismo que otros pero todos con sus aristas. Están los simios, el monstruo misterioso, los padres… es un minimundo con sus propias reglas.

La religión y la crítica a los fanatismos están muy presentes en la obra.

La realidad hace que volvamos a hablar de guerra. Es una película que habla de su parte más cruel y del peligro de crear ídolos.

Es una película que habla de los fanatismos y de unos ositos que odian a los unicornios y consideran el Bosque Mágico suyo. Viven en una sociedad muy religiosa y militarizada que controla la opinión pública. Es el origen común de todas las guerras. Una guerra con ideología, con religión, es más peligrosa y cruel.

Cuando empecé a escribir este guion hace seis años nunca pensaba que en Europa iba a haber un conflicto como el de Ucrania, con una guerra de invasión. Pensaba que las guerras iban a ser tecnológicas o económicas.

Quizás esta parodia de la guerra que es Unicorn Wars pueda adoptar otro significado en este contexto pero es una coincidencia fea. La idea no era esa y es muy triste. Una cosa es una fábula y otra la guerra con toda su crudeza.

¿Cómo ves la animación para adultos en estos momentos?

La animación para adultos puede tener mucho éxito. Allí tenemos a Los Simpson, Padre de familia, South Park… pero todos tienen un punto de comedia.
Menos en países como Japón o Francia, en los que es parte clave de la industria, es complicada. Hay menos cultura.

Sí que es cierto que la entrada del anime y el manga ha abierto el foco a gente joven. Cuando voy a festivales veo a gente de entre 15 y 25 años que sí están interesados y probablemente sea por la influencia del anime.

Nos queda mucho para avanzar pero cada vez hay más animación para adultos en las plataformas, también está vinculada con el videojuego, que es un sector en auge… La animación debería ser industria estratégica para España porque hay casi pleno empleo. Hay mucho interés pero muchos profesionales se van a otros países en los que hay mayor estabilidad y posibilidades.

¿Proyectos?

Mientras tenga energía y gente que me apoye voy a seguir haciendo proyectos de animación o de lo que sea. Estoy escribiendo otra película. No puedo contar mucho pero será una comedia.

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