En colaboración con Barreira A+D.
¿Cómo conseguir que un director creativo se fije en ti? ¿Es necesario establecer unas tarifas estándar o no? ¿Cuál es la mejor manera de promocionar tu marca personal? ¿Cuál es la situación del mercado de la ilustración en los encargos institucionales? ¿Hasta qué punto afecta ser conocido a la hora de conseguir un encargo? Todas estas cuestiones, y algunas más, fueron puestas de relieve en la mesa redonda Al otro lado del encargo que tuvo lugar en Barreira A+D recientemente, y en la que participaron en un interesante diálogo los ilustradores Luis Demano y Paulapé, el director de arte de las revistas Líbero y Retina Artur Galocha, el director creativo ejecutivo de la agencia Publips Serviceplan Jorge Cervera, y Ana Gea, codirectora de Gràffica y CEO de PalauGea.
Cómo enfrentarse a la realidad del mercado laboral es una materia que rara vez se enseña en las escuelas: lo cierto es que habitualmente estas herramientas sociales y de gestión se obtienen a fuerza de ensayo y error, ensayo y acierto, prueba y resultado. Los problemas se solucionan a medida que aparecen, los presupuestos se afinan con la práctica, las horas se calculan mejor a raíz del escarmiento, el carácter y la reivindicación de los derechos se forjan a base de horas sin dormir frente a una fecha límite. Sin embargo, podría ser de otra manera: escuchar la voz de la experiencia por anticipado puede ahorrar innumerables quebraderos de cabeza.
«Si se es profesional, lo más importante es la parte previa del trabajo: el diálogo». Esta sentencia de la ilustradora Paula Pérez, conocida en el sector como Paulapé, fue una de las muchas ideas valiosas para subrayar que surgieron en Al otro lado del encargo, la mesa redonda sobre ilustración profesional organizada por el Máster de Ilustración Profesional de Barreira A+D recientemente, en la que participaron, además de Paulapé –gerente de la Associació Professional d’Il·lustradors Valencians–, el ilustrador Luis Demano, Ana Gea, codirectora de Gràffica y CEO de PalauGea, Artur Galocha, director de arte de las revistas Líbero y Retina, y Jorge Cervera, director creativo ejecutivo de la agencia Publips Serviceplan.
Precisamente el diálogo entre distintas figuras del mercado de la ilustración sirvió para dibujar un mapa detallado de las cuestiones que definen el día a día del ilustrador profesional mediante diversidad de opiniones, y que ya comienzan a definir el del ilustrador en ciernes: ¿Hasta qué punto afecta ser conocido a la hora de conseguir trabajo? «La gente cree que por no ser conocido uno lo tiene más difícil, pero no es así, lo cual resulta bastante esperanzador. Los directores de arte cada vez arriesgan más, incluso con estilos que a priori no se consideran comerciales», afirmaba Luis Demano. ¿Y qué hay de la balanza entre personalidad y calidad? «Depende: la cuestión es autoría o versatilidad», apuntaba Ana Gea.
La necesidad de promocionar la marca personal, un mantra en los cenáculos de casi cualquier actividad económica –incluso en las más insospechadas o históricamente más ajenas a las consignas de la autopromoción–, fue uno de los asuntos de la tarde. En palabras de Paulapé:
«Lo primero es trabajar, exigirse un nivel suficiente para poder mostrar. Hay que saber escoger bien cómo inviertes tu tiempo en redes sociales».
El papel del ilustrador bajo una dirección de arte fue otro de los factores que era imprescindible ser abordado en esta ecuación sobre ilustración profesional. Artur Galocha, en calidad de representante de esta dirección en las revistas Líbero y Retina, aseguraba que le gusta que la primera idea proceda del ilustrador, a lo que Ana Gea añadía que la revista Gràffica siempre trabaja en colaboración con el ilustrador desde el primer momento: «Intentamos evitar la técnica tachán», afirmaba. A saber: hablar al principio y no volver a tener noticias del encargo hasta que este se revela por sorpresa.
Sobre la situación de la ilustración en el país y en los encargos institucionales, Artur Galocha afirmaba lo siguiente: «Estamos avanzando muchísimo con los gobiernos del cambio», idea que apoyaba también Paulapé, que añadía: «La administración en València está empezando a valorar la ilustración». Mientras que Luis Demano aconsejaba: «Hay que saber jugar las cartas con las instituciones».
Si hubo un punto que generó mayor diversidad de opiniones, ese fue el referente a las tarifas sectoriales, donde la balanza se movió de un ‘no’ a un ‘sí’ rotundo, pasando por ‘síes’ con matices y ‘peros’ que señalaban la necesidad de establecer al menos unos mínimos.
La mesa redonda Al otro lado del encargo definió una tarde de gran utilidad para presentar la segunda edición del Máster de Ilustración Profesional de Barreira A+D. Las conclusiones de este diálogo se pueden resumir en una idea esencial aportada por Luis Demano:
«Da igual que dibujes bien o mal, lo que importa es cómo pienses las cosas. La ilustración es un lenguaje: la ilustración no es otra cosa que pensar con imágenes».
Una afirmación que, al fin y al cabo, nos lleva a la verdadera naturaleza de la ilustración.
Actualizado 27/08/2018