Hace unos días uno de los programas de diseño más usados en la actualidad cumplía 20 años. Se trata del software para diseño editorial de Adobe, InDesign. ¿Cómo han vivido estos años los profesionales del diseño?
El 31 de agosto de 1999, InDesign nacía ya preparado para desbancar al programa de edición QuarkXPress que todo diseñador empleaba por aquel entonces. Desde aquel día, InDesign empezó a revolucionar la industria editorial impresa y digital gracias a su enfoque para la maquetación y, sobre todo, gracias al PDF.
Es muy probable que los diseñadores millennials no recuerden con exactitud el momento en el que surgió este nuevo programa para el diseño editorial. Es más, seguro que, si se ponen a recordar qué versión fue la primera que cayó en sus manos, como mucho podrán remontarse unas pocas versiones atrás. Todos estos profesionales quizá recuerden de pasada QuarkXpress y sus últimos coletazos.
QuarkXpress surgió en 1987 para Macintosh. Pasaron cinco años antes de que una versión de Microsoft Windows (3.1) surgiera en 1992.
En la década de 1990, QuarkXPress se hizo ampliamente utilizado por diseñadores editoriales profesionales, la industria de la composición tipográfica e imprentas.
En particular, la versión Mac de 3.3 (lanzada en 1996) se consideraba estable y sin problemas, y funcionaba perfectamente con las fuentes PostScript de Adobe, así como con las fuentes TrueType de Apple.
«Quark tenía un universo de pluguins muy evolucionados y diseñados para periódicos y diarios, pero no estaban tan desarrollados para el mundo editorial —al menos en el mundo de habla hispana—. Yo me acuerdo de un plugin de Quark que te hacía la imposición de páginas cuando todavía no había ningún programa específico que te lo hiciera», recuerda Dani Matoses de Impresum.
A pesar de que tenía competidores (Aldus PageMaker) QuarkXPress era tan dominante que tenía una cuota de mercado estimada del 95% durante la década de 1990.
Después de QuarkXPress 3.3, se vio que QuarkXPress necesitaba mejoras significativas y los usuarios lo criticaron por sus ciclos de procesos demasiado largos (esto, sumado a la aparición de Adobe InDesign no podía marcar otra cosa que su declive. No en vano a InDesign lo llegaron a apodar “Quark Killer”).
«Tengo mala memoria y el software cambia muy rápido, pero imagino que la primera versión de InDesign que utilicé fue InDesign 1.0. Antes a InDesign utilizaba Freehand (¡aun lo hecho de menos!) y Quark. Al principio InDesign me ‘asustaba’ pero ahora no podría vivir sin el programa», asegura Astrid Stavro, socia de Pentagram.
Mientras tanto, hubo quienes se preguntaban por qué Adobe, impulsor de la tipografía digital, inventor del PostScript y líder indiscutible de las aplicaciones de creación gráfica Adobe Illustrator y Adobe Photoshop, no hubiera ofrecido ya una solución global de diseño gráfico al no contar en su catálogo con una aplicación de composición de páginas. Pero esto cambió en 1994 cuando Adobe Systems llegó a un acuerdo de fusión con Aldus. Con este acuerdo, además de adquirir Page Maker, After Effects, Premier y el formato TIFF, también se quedarían con lo que fue el germen de InDesign: una aplicación de diseño editorial a la que llamaron primero Shuksany más tarde K2.
En 2001, se suspendió PageMaker y QuarkXPress todavía estaba disponible, pero ya no tenía más éxito que InDesign. Un año después, ambas compañías lanzaron una versión actualizada de su software (QuarkXPress 5 e InDesign 2.0). Quark decidió no dar soporte a Mac OS X. El CEO de Quark, Fred Ebrahimi, declaró que «la plataforma Macintosh se está reduciendo». Pero Adobe sí que decidió ir con Mac. Visto con la perspectiva de ahora, obviamente fue una gran decisión por parte de Adobe.
Adobe alcanzó el precio estadounidense de Quark, pero lo rebajó en Europa.
«Los momentos iniciales fueron de mucho entusiasmo, pero nos veíamos obligados a emplear la herramienta que en esos momentos estaba establecida, el Quark Xpress. Esa era la herramienta que funcionaba; no podías cambiar de repente. Por lo que hubo un impase de unos años en los que utilizábamos Quark, pero ya hacíamos algunos libros en InDesign. Durante un tiempo utilizamos los dos programas. A partir de una versión concreta de InDesign —en la que el trabajar con tablas era mucho más fácil— decidimos cambiarnos definitivamente de Quark a InDesign. Eso fue determinante. Con InDesign era mucho más fácil: importabas un documento Excel con las tablas y le dabas formato. Desde el momento que sacaron esa herramienta, el cambio fue decisivo. Luego vino la rapidez en la creación de pdf. Como Adobe era el creador del pdf, en InDesign los procesos eran mucho más rápidos y eficientes», nos cuenta Dani Matoses de Impresum.
«La verdad, Quark no iba mal pero tenía una política de licencias rara e incomprensible, por no hablar de la gaita del disco llave de marras… Decidí el mismo día de su lanzamiento probar InDesign. Adobe lanzó una campaña en la que si les mostrabas la licencia de QuarkXpress te daban la de InDesign 1.0 por 70.000 pts., así que la pedí. Al principio fue una locura: el concepto de espacio de trabajo era completamente distinto, tantas paletas, tantos controles, era a la vez una maravilla y una tortura. Lo peor era que en ningún servicio de preimpresión tenían InDesign y al enviarles PDF para procesado te miraban como si estuvieses loco… ¿Qué ahí esta todo? ¿No me traes las imágenes?, … », comenta el diseñador Alberto Gombau.
Astrid Stavro nos cuenta que no estuvo en su mano el hacer el cambio de Quark a InDesign, «No lo decidí yo». También asegura que lo peor de este cambio fue «empezar de nuevo».
InDesign finalmente se incluyó junto otros programas de Adobe y empezó a venderse como Adobe Creative Suite. No ha sido hasta hace unos años (en 2013) cuando Adobe decidió transformarse en un servicio basado en la nube llamado Creative Cloud, una elección que no fue acogida muy positivamente por parte de mucho de sus clientes pero que ahora ya se ha establecido como normal y habitual dentro del proceso del trabajo del diseñador.
Tanto es así que, según Dani Matoses, aunque hay probabilidades, es bastante difícil que vuelva a haber un cambio tan determinante como lo fue pasar de Quark a InDesign:
«Creo que la capacidad que tiene Adobe es muy grande. Otro cambio así podría suceder, pero hoy en día es muy difícil».
«En las empresas, el Creative Cloud está muy estandarizado. Lo ideal sería que, en el futuro, el usuario pudiera trabajar el diseño en PDF directamente. Debería ser un ‘Acrobat Súper Pro’, en el que se pudiera trabajar con herramientas de Illustrator, InDesign o Photoshop por ejemplo directamente modificando el PDF. Sobre todo, si trabajas para imprenta. Este ‘Acrobat Súper Pro’ tendría incluidas estas herramientas para poder modificar el archivo directamente sin tener que abrirlo en cada uno de los software. Para no tener ni que ‘guardar como’. Para el mundo imprenta —el mundo página—, sería muy útil ya que es muy diferente al mundo digital. Al final es una evolución. Si otra compañía de software como Afinitty consiguiera hacerlo, estaría innovando más que Adobe», explica Dani Matoses.
En cambio, Astrid Stavro ve bastante probable que, en un futuro, pueda haber otro cambio significativo de uso de programas de diseño editorial como lo fue de Quark a InDesign; que sería posible que InDesign fuera sustituido por otro software. Por el momento, diseñadores como Alberto Gombáu, ya ven este futuro un poco más cerca: «20 años después, aquí seguimos con InDesign, y eso que he de decir que no estoy de acuerdo con la política de licencias actual de Adobe, el modelo de ‘alquiler’ no me gusta y estoy empezando a mirar con buenos ojos hacia Affinity Publisher… Cada 20 años un cambio no esta mal».