¿El diseño puede ser un agente social de cambio? ¿Cómo implicar a las personas y los agentes de la comunidad en la acción creativa y favorecer un diseño participativo? Estas son algunas de las cuestiones planteadas en la última edición de la TDWeek. Bajo el lema Diseño Vivo, la semana del diseño de Tenerife abordaba el diseño social, la arquitectura participativa y el activismo creativo a través de infinitas actividades. Con un amplio éxito de público y participación, y el apoyo institucional del Cabildo de Tenerife, la TDWeek se consolida en el calendario de festivales de diseño como un evento imprescindible. Hoy, hacemos balance con Samuel Cabrera, director de las jornadas.
Pasadas unas semanas desde la finalización de la TDWeek 2016, toca pararse, mirar atrás y recapitular. ¿Con qué sensaciones te quedas de la edición de este año? Este año ha superado las expectativas de la organización, la suma de las partes ha hecho un evento sólido, participativo y colaborativo, trabajando tanto dentro como desde fuera de la isla.
En esta edición, el evento recoge y demuestra el trabajo realizado durante años, es un momento de madurez. En relación a ediciones pasadas, esta vez hemos conseguido implicar a diferentes agentes, colectivos y todas las instituciones académicas con equipos y entornos de trabajo, junto a personas y comunidades locales con el objetivo de trabajar con y para la comunidad, enfocada desde el diseño participativo y la innovación social.
El objetivo principal fue abrir el evento lo más posible a la isla, destacando el papel del diseño como un agente de cambio social y cómo el diseño en cada momento convive y se relaciona con las personas.
Además la celebración de los Premios Gràffica y la visita a la isla de todos los premiados, con una selección de la mejor cultura visual nacional, con una selección de más de una veintena de profesionales de diferentes disciplinas, ha posicionado el diseño y Tenerife en el panorama nacional e internacional y eso es importante para nosotros.
Tenerife Design Week (en sus inicios Tenerife Design Festival) desde el año 2009, nace como un evento para la promoción de la cultura del diseño y año tras año se ha venido trabajando junto con el Cabildo de Tenerife y otras entidades como una de las apuestas por la promoción de las industrias culturales, creativas y su diálogo con otros sectores económicos de la isla.
¿Qué ha sido lo más positivo? Sobre todo, trabajar con personas y comunidades en entornos poco habituales en el discurso del diseño local, demostrar la importancia del diseño como agente de cambio y ver a todo el sector local reunido en un mismo encuentro y respirar un evento vivo, consiguiendo transmitir el lema de este año: Diseño Vivo.
¿Y aquello que piensas que se puede mejorar? Cada año es un aprendizaje. Se trabaja con entornos y sectores con lenguajes muy diferentes y eso nos lleva a tener momentos intensos de trabajo. Saber responder con rapidez a situaciones y moverse con fluidez es muy importante. Cada año intentamos mejorar este punto. Recuerdo una frase de Víctor [Palau] que nunca se me olvida en el primer TDF 2009: «Aquí los canarios nada de estar aplatanados, esto parece un reloj Suizo». Jeje… ¡pues eso!
El diseño en Tenerife, en Canarias, como decía antes, tiene un momento de madurez que también se ve reflejado cuando organizas un evento, negocias un patrocinio o colaboración, explicas un proyecto, la repercusión y valores que tienen para una empresa la presencia en un evento de este perfil.
También en la educación hay avances, tenemos varias entidades educativas que imparten diseño, asociaciones y colegios profesionales que defienden la buena praxis y la labor del diseñador en el mercado.
Bajo el paraguas de Diseño Vivo, el tema central de este año ha sido «el ‘diseño participativo’ y la ‘innovación social’», según decía el programa, «con el fin de acercar y dar a conocer la cultura del diseño a la sociedad». Sin embargo, no sé si aquí se produce una disyuntiva, ya que de por sí el diseño es una disciplina social. ¿Cuál es tu visión sobre este punto? Cuando hablamos de diseño participativo e innovación social, nos referimos a un diseño desde una óptica inclusiva, en el que trabajamos ‘con’, no solamente ‘para’. Se tiene en cuenta el factor humano en los procesos, tiempos de trabajo y respuestas de la comunidad y no se piensa tanto en los resultados.
También es un planteamiento de codiseño y cogestión de los procesos, los recursos, ideas y objetivos. El diseñador se convierte en un crisol de necesidades que transforma en soluciones para la comunidad formando parte del proceso de trabajo y de los resultados obtenidos.
¿Eso significa que el diseño debe mirar más hacia fuera y no tanto a su propio ombligo? El diseñador, por su perfil profesional, debería estar siempre pivotando de dentro hacia fuera constantemente y con un ‘entrenamiento diario’. Los diseñadores suelen ser buenos observadores y analíticos, siempre en la búsqueda de soluciones a problemas de forma creativa e inteligente. Realmente, ¡ese es su papel!
Conferencias, debates, talleres, exposiciones, micro-charlas, cine, casos de éxito, laboratorio Living Design Lab, Premios Gràffica… La cantidad de actividades del programa de la TDWeek de este año deja a uno casi sin respiración. Esta edición, ¿ha sido la más ambiciosa hasta el momento? No la definiría como ambiciosa, pero si la más abierta y participativa. Desde el primer punto de partida de esta edición, queríamos abrirlo a toda la ciudadanía y acercar el discurso del diseño desde diferentes perspectivas, tanto personas, como empresas, instituciones o colectivos, y que tuvieran su espacio y presencia en la TDWeek pero de forma activa y comprometidos con el diseño. Hemos tenido un programa amplio, por lo que comentaba antes, la suma de todas las partes y su compromiso han hecho un gran evento.
De todas estas actividades, seguro que hay alguna que para ti es más especial. ¿Cuál te gustaría destacar? Sin duda, el proyecto Living Design Lab creo que es una de las actividades más relevantes de este año para nosotros. Fueron seis meses intensos de trabajo en el que profesionales y alumnos de diferentes entidades educativas, junto con comunidades, han compartido experiencias en un proceso de proyecto de diseño vivo en contenidos y muy especial en resultados.
Todas las personas que han compartido su tiempo durante meses en un proyecto en el que acababan de aterrizar; muchos muy jóvenes que no sabían hacia dónde se dirigían con el laboratorio, otros abandonaron porque desconocían y no esperaron, pero muchos siguieron. El proyecto nació con un objetivo y se transformó por la propia vida y naturaleza del proceso y los que continuaron apostaron por algo que desconocían, creyeron en el proyecto hasta final. Ahí es donde se produce el ‘diseño vivo’ y la puesta en valor del compromiso social.
Alguno de los retos reales propuestos, por ejemplo, fue un proyecto de diseño social con el objetivo de aportar soluciones para una persona concreta, con diversidad funcional que le ayudara a tener una vida mejor. O el proyecto de diseño participativo de gráfica en acción social, trabajando sobre la identidad de la comunidad de un barrio de la isla, esto ha sido lo más enriquecedor de esta edición y quizás, lo más importante a destacar.
Otra de las cosas que me gustaría poner de relieve es la celebración de los Premios Gràffica; fueron el arranque perfecto y un marco único para esta edición, un claro ejemplo en mayúscula de COMUNIDAD, COLECTIVIDAD Y DISEÑO.
¿Cómo ha sido la respuesta de los tinerfeños? ¿Todas aquellas personas que no pertenecen al sector creativo, cómo se han integrado en las actividades de TDWeek? Se han integrado muy bien. Lo nuevo siempre trae curiosidad pero hay temas que se abordaron de mejor forma que otros y de manera más fluida. Por ejemplo, en el proyecto Living Design Lab trabajamos con diversidad; cuando se trabaja con diferentes niveles de colectivos sociales y sus necesidades hay asuntos que van más allá de lo creativo.
En esta edición de TDWeek, hasta habéis realizado un hackathon creativo para niños y adolescentes. ¿Cómo han sido los resultados? El Hackathon Creativo ha sido toda una experiencia para niños, jóvenes y adultos. Nos parecía fundamental integrar también a las nuevas generaciones en la TDWeek y lo hemos enfocado desde la tecnología, la innovación y la creatividad. Nos sorprendió la gran acogida que tuvo la actividad en las familias, porque era un público diferente al de las conferencias y talleres.
Los niños siempre son avanzados, con ganas de aprender y divertirse constantemente. La jornada fue muy lúdica con disfraces, impresión 3D, talleres de postales de navidad con circuitos electrónicos para niños, plastilina conductiva, etc. Fue una de las jornadas más intensas de la TDWeek, en la que todos volvimos a ser niños. ¡Seguro repetimos!
Para llevar a cabo un proyecto de esta dimensión como es la TDWeek, ¿cómo se hace? ¿Desde cuándo estáis trabajando? Para mí solo hay una fórmula, con mucha pasión, compromiso, riesgo y creer en aquello que estás haciendo. En la organización de un evento de este perfil, trabajas cada día y siempre tienes que estar en constante movimiento, documentándote, viajando y con mucha atención a lo que pasa en tu territorio y fuera de él a nivel cultural, social y económico.
Desde que decides gestionar un proyecto así y te subes en él ya sabes que no vas a parar nunca. Sólo los ritmos pueden aminorar pero es un motor que necesita estar activo siempre. Si conoces bien el manual sabes que las cosas van muy rápido, cambian de hoy para mañana, lo de ayer ya no existe, lo de hoy desaparece y siempre hay que pensar en el mañana… Para mantener este ritmo hay que estar bien despierto y entrenado, ser muy flexible y aceptar.
Si quieres pasar una experiencia a todo tipo de niveles físicos, mentales, emocionales y sociales, te invito a que pruebes a trabajar un año en la organización de la TDWeek (risas).
¿Con qué respaldo habéis contado? El evento cuenta con apoyo institucional, principalmente, y algunos patrocinios de empresas privadas que apuestan por la cultura del diseño. El papel que tienen las instituciones y los gobiernos de apoyo en las industrias creativas en un territorio como Canarias es muy importante para su crecimiento y desarrollo.
El Cabildo de Tenerife viene apoyando el evento desde 2009, junto con otras entidades. De hecho, entre sus líneas estratégicas a futuro contemplan la creatividad, la innovación, las tecnologías y el diseño. Para cualquier sector profesional, en este caso el DISEÑO, se necesita que desde los gobiernos tengan presente y defiendan el papel del diseño por los valores positivos transversales que pueden generar social, económica y culturalmente.
El hecho de hacerlo de organizar un evento así, en las islas, ¿es un hándicap? Todos sabemos que organizar un evento de esas características en un lugar como Tenerife no se desarrolla y crece de la misma forma y rapidez que en otras ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao o Valencia, que son núcleos calientes para este tipo de actividad. Por eso es muy importante trabajar de forma colectiva y en comunidad aunando recursos, programando en conjunto las acciones a futuro para ser más efectivos y no repetir esfuerzos con una continua retroalimentación. El fin beneficia a todos.
¿Qué es lo que te hubiera gustado hacer este año y no ha sido posible? Subirles al pico del Teide a todos, la experiencia es única pero el tiempo no acompañó; quedará para la próxima visita.
Seguro que ya tienes en alguna idea para la TDWeek 2017, ¿algún avance sobre, por ejemplo, qué tema se va a abordar? Aún estamos cerrando el 2016 pero sí, hay cosas importantes previstas que están en proceso de materializarse, y temáticas para el próximo año gestándose y dándole forma. No nos gusta parar… hasta ahí puedo leer.
Actualizado 29/04/2021