La animación es una disciplina en auge y que en la actualidad demanda profesionales bien formados. Este crecimiento requiere perfiles especializados que puedan estar a la altura de las exigencias del sector. Acudimos a Voxel School, una escuela referente de artes digitales en Madrid, para conversar con Marta Martín, Sergio Mateo y Pablo Jiménez, tres profesionales del sector que además son docentes en la escuela, para que nos hablen de cómo una buena formación coloca a los estudiantes en el trampolín hacia el mercado laboral.
Voxel School es una escuela de artes digitales situada en Madrid y es el único centro oficial de PlayStation Talents en España. Está asociada a la Universidad Complutense de Madrid y nació para ofrecer una enseñanza de especialización enfocada a satisfacer la creciente demanda de profesionales con talento creativo y conocimientos técnicos.
Para conseguir su objetivo ofrece una gran variedad de másteres que buscan ayudar a los estudiantes a alcanzar sus metas en la industria del videojuego, del cine, de la animación, de la publicidad y del diseño. Cuentan con programas formativos enfocados en desarrollar proyectos reales gracias a las alianzas que tienen con empresas reconocidas de la industria, tales como los estudios de efectos especiales Miopia FX, User T38 y Twin Pines, el estudio de outsourcing de videojuegos Secret6 (donde los alumnos realizan prácticas profesionales) y diversos partners como Prodigioso Volcán y Kraken 3D Studios, que nutren los másteres con docentes profesionales en activo con verdadera vocación docente.
Asimismo, Voxel School es partner tecnológico de HP, primer partner académico de Unreal Engine en España y es una escuela certificada en Houdini por SideFX. En 2022 fue considerada Top 50 mejores escuelas de artes digitales a nivel mundial por The Rookies y el Mejor Centro de Formación de Videojuegos por DeVuego.
En este empeño por formar perfiles creativos especializados, Voxel School ha ido construyendo una rica oferta académica que destaca por adecuarse a las exigencias del mercado laboral. En este sentido, un máster que destaca especialmente es el Máster Propio UCM en Animación Digital, una opción que tiene la misión de convertir a los alumnos en animadores profesionales y de enseñarles a dominar las técnicas y herramientas que se utilizan en la industria del cine y los videojuegos.
Voxel School ha ido construyendo una rica oferta académica que destaca por adecuarse a las exigencias del mercado laboral.
empezar en papel
Marta estudió comunicación audiovisual y descubrió sobre la marcha la profesión que ahora tiene. En un momento de crisis laboral decidió cambiar de rumbo y retomar su pasión por el dibujo. Se matriculó en una escuela de dibujo y se especializó en animación. Al acabar la diplomatura se dio cuenta de que no tenía una reel de animación tradicional sino solo trabajos sueltos y se puso manos a la obra. Ahora es 2D Artist y Storyboard Artist y ha trabajado en empresas como Nexus Studio o Tonic dna. Empezó animando sobre papel y lo recomienda vivamente: «Entender el proceso tradicional te hace entender luego la animación en el ordenador».
Pablo empezó en el sector de la animación tradicional en 2006 y las primeras Cintiq comenzaron a salir en 2011. Trabaja como Character Animator y ha estado en empresas como Core Animation, Guardián de Dragones, Cinesite o Mikros Animation. A pesar de que la tecnología es su pan de cada día asegura que «es necesario conocer las teorías y los principios del dibujo y de la animación, como líneas de acción, el espacio en negativo, las siluetas, etc. para poder luego aplicarlas sea en 2D o en 3D». Esto es exactamente lo que cubre el primer módulo del Máster Propio UCM en Animación Digital de Voxel School, donde nuestros interlocutores dan clase.
el auge del sector
La experiencia de Sergio ha sido forjada en empresas como The SPA Studios, Monigotes Studio 2.0, Titmouse, Tonic DNA, Warner Bros, Disney o Double Plus Productions. Lleva muchos años trabajando como freelance, posición desde la cual ha participado en la multipremiada Klaus. Sergio argumenta que el sector está en auge y prueba de ello es que «en los últimos años hay un aumento exponencial de las ofertas de trabajo para freelancers». Y Marta interviene diciendo que también ha aumentado la oferta de proyectos: «Ahora mismo ha crecido mucho la demanda de profesionales de la animación 2D, hubo un momento en que parecía que el futuro estaba en el 3D, pero yo siempre he sido entusiasta del 2D, de la animación tradicional, y quizás a raíz de proyectos como Klaus, el 2D está viviendo un momento dulce». Pero Marta piensa que el boom no es solo del 2D, sino de cualquier tipo de animación: «Se ven proyectos que combinan 2D, 3D, cut out… hay un boom de experimentación».
«Ahora mismo ha crecido mucho la demanda de profesionales de la animación 2D»
Marta Martín
Pablo coincide con Sergio y con Marta en que la popularización de las plataformas digitales ha hecho que existan más proyectos, y que se eche mano de free lancers. «Ahora mismo yo estoy trabajando desde Majadahonda para Agora Studio, que es un híbrido entre empresa de trabajo temporal y agente, que firma contratos con películas y coordina el trabajo de sus representados para esos proyectos», asegura Pablo.
Pablo también tiene una trayectoria como dibujante y animador 2D, «yo creo que así es como empezamos todos los que nos gustan los dibujos animados» pero los proyectos profesionales han ido dirigiéndole, casi sin darse cuenta, hacia la animación 3D. Ahora mismo está inmerso en la animación de The Tiger’s Apprentice, el primer largometraje de una trilogía basada en los exitosos libros de Laurence Yep que está produciendo Paramount Animation y cuyo director es el canario Carlos Baena, quien ha trabajado como animador en ILM y Pixar.
«Ahora mismo estoy trabajando desde Majadahonda para Agora Studio, que es un híbrido entre empresa de trabajo temporal y agente, que firma contratos con películas y coordina el trabajo de sus representados para esos proyectos»
Pablo Jiménez
Sergio descubrió de golpe lo que era la animación de primer nivel cuando lo seleccionaron para hacer un curso de clean up en The SPA Studios. Aunque realmente empezó con el diseño de personajes, muchas veces para trabajos de publicidad. Ha trabajado en Buñuel en el laberinto de las tortugas, el largometraje animado ganador del Goya en 2019. Posteriormente ha trabajado para Warner, en Klaus, el proyecto de The SPA Studios y para Disney. Y como freelance para productoras de todo el mundo.
la docencia
Preguntados por lo que hay que aprender y cómo enseñarlo todos coinciden en que en la actualidad existe una amplia oferta para especializarse. Es evidente que el punto de partida para dedicarse a la animación es formarse en algo que tenga que ver con las artes audiovisuales, el cine, Bellas Artes o fotografía. En este sentido, nuestros entrevistados explican que en Voxel School encuentras la especialización que te va a preparar para un trabajo concreto.
Para sacar adelante un proyecto de animación hacen falta muchos perfiles muy diferentes. Si bien un máster te especializa, la posibilidad de acceder a módulos adicionales como modelado, iluminación o rigging ofrece la polivalencia y versatilidad deseable tanto por los futuros profesionales como por la industria. En esta línea, estos tres profesores piensan que es importante estar preparados para las técnicas más innovadoras como el motion capture, el overpaint o la animación para VR.
«La industria de la animación es un mundo competitivo —explica Marta—, y si bien saber llevar a cabo diferentes tareas en un proyecto de animación es un plus, lo que sí te van a pedir es que seas buenísimo en algo, que tengas una especialización principal en la que seas muy competente».
Sergio apunta una recomendación para cualquier alumno de un máster como el de Voxel School: «Que aprovechen la oportunidad de tener unos profesores que son profesionales en activo y así poder sacar el máximo partido de esta formación». También piensa que esta profesión es muy vocacional: «No conozco a ningún docente que si ve pasión en sus alumnos no se vuelque al cien por cien en que crezcan como profesionales».
ser un buen observador
Todos nuestros interlocutores coinciden en que para ser un buen animador no sólo es importante saber dibujar, la destreza técnica, conocer los programas y las herramientas de trabajo, también es necesario ser un buen observador: saber observar desde las expresiones faciales hasta los movimientos humanos pasando por la luz.
«Tenemos que entender que nosotros somos actores —apunta Pablo—, nuestras actuaciones salen en las películas, son nuestros personajes, pero somos nosotros mismos, con lo cual clases como la de Acting son muy interesantes para desarrollar esta capacidad de observación».
El cuarto módulo del máster consta de un taller de proyectos en el cual se colabora con alumnos de los otros másteres propios de la UCM y de Voxel School (Máster en Concept Art, Máster Propio UCM en VFX, Máster Propio UCM en Dirección de Arte, Máster en Escultura Digital, por ejemplo) para desarrollar, de forma conjunta, un proyecto final.
Sergio ejerce de director creativo de los proyectos de los alumnos y nos cuenta que «en este proyecto se conforman los mismos departamentos involucrados en un estudio / laboratorio real en la industria de las artes digitales». También explica que el proyecto final permite al alumno dar visibilidad a su trabajo en la industria, ir a ferias, competiciones y festivales profesionales. Sergio asegura que es precisamente este módulo, donde los alumnos deben crear, el lugar donde ellos desarrollan sus propias ideas.
«En este proyecto se conforman los mismos departamentos involucrados en un estudio / laboratorio real en la industria de las artes digitales»
Sergio Mateo
El nivel de la animación en España es cada vez es más alto. Sergio explica que Planet 51 (Jorge Blanco, 2009) fue la primera película de animación 3D española que pudo mirarse de tú a tú con otras producciones extranjeras. Respecto a la más reciente Klaus, Sergio asegura es una película 85% tradicional, se trabajó con un software que falseaba el 3D en elementos no esenciales como ventanas o edificios. Todas estas producciones se suman a una amplia lista de producciones que confirman que la animación no para de crecer y se le presenta un futuro prometedor. Por ello, formarse y especializarse en un centro como Voxel School es una apuesta segura.