Daniel Frost es ilustrador y centra su actividad profesional en reinterpretar su entorno bajo una mirada imaginativa y lúdica. Para su trabajo, utiliza materiales tradicionales junto con herramientas digitales. Su inspiración procede en gran parte de los viajes que ha realizado, y que son fundamentales para sacudir, de vez en cuando, su creatividad. Así nos lo cuenta en la siguiente conferencia.
Primero fue Tailandia. Luego, llegó Suiza. Y, por último, Groenlandia. Daniel Frost descubrió un buen día que viajar era clave para abrir su mente a nuevas ideas creativas y, desde entonces, no duda en embarcarse en cualquier aventura que le lleve lejos de lo que conoce. Ilustrador de libros infantiles, en su cartera de clientes también hay marcas publicitarias como Nike, The New York Times o Transport for London.
En una reciente conferencia para el medio It’s Nice That, el ilustrador cuenta cómo su último viaje a Groenlandia le ha llevado a estar (literalmente) «en otro mundo». Aunque al principio las bajas temperaturas de la isla le impidieron que pudiera plasmar (como había hecho en otras ocasiones) sus dibujos, pronto este hecho le obligó a adquirir otra perspectiva al respecto. Logró, de una manera totalmente inesperada, cambiar su estilo para otorgar a sus obras un sentido de misterio y drama como el que le inspiraba Groenlandia. Y eso que, para poder hacerlo, tuvo que recluirse en el interior de su vivienda y recoger los matices más concretos de las fotos que había tomado con anterioridad porque apenas podía salir al exterior sin congelarse.
Viajar a un lugar tan alejado de su realidad habitual como Groenlandia, cuenta Frost, es sin duda inspirador. La calidad de la luz, las tonalidades de los paisajes, o los colores fluorescentes de la ropa en contraste con el aire libre son algunos de los elementos que destaca de su experiencia. El resultado son imágenes que califica de «cinemáticas» donde la presencia del paisaje sobrecoge a la figura humana, que parece quedar en algunas ocasiones en un certero segundo plano.
Experimentar estos viajes puede influenciar en el estilo, e incluso hacer cambiar por completo nuestra mente y actitud, como demuestra Daniel Frost. El ilustrador, además, reconoce haber aplicado su experiencia tras el viaje a otros dibujos aparentemente más diferentes en cuanto a composición y forma. «A veces el viaje es más interesante que el destino», concluye.