El Centre del Carme presenta una gran muestra documental sobre diez creadores que han llevado el arte urbano valenciano a todo el mundo.
Hay exposiciones que no solo muestran obra, sino que explican un momento. Y eso es exactamente lo que propone Principios, la nueva muestra del Centre del Carme de Cultura Contemporània (CCCC), que desde el 9 de julio reunirá a diez de los artistas urbanos valencianos más influyentes de las últimas dos décadas. Barbiturikills, Cachetejack, David de Limón, Deih, Dulk, Hyuro, Julieta XLF, Pichiavo, Vinz Feel Free y Xelon protagonizan esta exposición comisariada por el propio Vinz, que traza un recorrido desde los orígenes hasta el presente de una generación que ha logrado reconocimiento global sin salir de València.
La muestra, que podrá visitarse hasta el 26 de octubre en la sala Carlos Pérez del antiguo convento, despliega fotografías de archivo, piezas originales, objetos personales y murales realizados ex profeso. No es solo una exposición: es una celebración de un movimiento, un homenaje colectivo a una escena que —como recuerda Vinz— ha colocado a València en el mapa internacional del arte urbano, y que difícilmente volverá a repetirse con tanta intensidad.
De la calle a las instituciones, sin perder el pulso
La historia que cuenta Principios empieza en los márgenes: en la nocturnidad, la autogestión, el anonimato y la calle como galería permanente. “Todos empezamos sin pedir permiso”, recuerda Vinz, que sitúa los inicios del movimiento en una época previa a las redes sociales, donde el acceso a una cámara digital y un blog podía abrir las puertas de festivales y exposiciones más allá de nuestras fronteras. Un contexto en el que València vivió una eclosión creativa única, que ahora queda recogida por primera vez en una misma exposición.
“El arte urbano ofrecía algo radical: una sala de exposiciones abierta las 24 horas, gratuita para el público y económica de producir”, señala Vinz. Y es precisamente ese espíritu el que ha marcado el ADN de toda una generación que ha sabido exportar su lenguaje visual —mezcla de muralismo, ilustración, activismo gráfico y referencias culturales— a ciudades como Berlín, Miami, Hong Kong o Los Ángeles. En muchos casos, sin abandonar nunca su base en València.
Una generación con nombre propio
La lista de participantes en Principios es contundente: desde la ironía pop de Cachetejack hasta la iconografía crítica de Vinz Feel Free; del imaginario onírico de Dulk al trazo invisible de Hyuro, pasando por la fuerza simbólica de Julieta XLF o la energía gráfica de Pichiavo. Cada artista contará con un espacio propio donde el visitante podrá adentrarse en su proceso, su evolución y su universo personal. Algunos de ellos intervendrán directamente en las paredes del CCCC, ampliando el espacio expositivo más allá de lo museográfico.
El propio comisario reivindica el carácter singular de esta generación: “No sé cuándo volveremos a tener una escena tan potente. En la historia del arte valenciano no hemos tenido un grupo tan internacional desde Sorolla o Pinazo”. Una afirmación que, lejos de ser grandilocuente, se apoya en una realidad palpable: el arte urbano valenciano ha logrado construir un lenguaje propio y reconocible, con proyección internacional, rentabilidad económica y un fuerte arraigo local.
Principios como valor y como punto de partida
El título de la exposición no es casual. Principios habla del origen de una forma de crear —y de resistir— pero también de valores. “Queremos que sirva como referente para nuevas generaciones. Nosotros no los tuvimos, los encontramos en los cómics, en la música, en la ciencia ficción…”, explica Vinz. Para él, esta exposición también es una manera de proteger lo que ha florecido en la ciudad sin demasiado apoyo institucional hasta ahora.
Y es que, aunque el arte urbano nació en la periferia, hoy dialoga con las instituciones sin perder su carácter. “Las instituciones son espacios públicos, igual que la calle”, defiende el comisario ante quienes ven contradicción en llevar estos lenguajes al museo. Para Vinz, es precisamente ese contacto el que permite la conservación, la legitimación y la continuidad de un movimiento que, durante años, fue invisibilizado o criminalizado.
València, capital del arte urbano
Más allá del valor individual de cada artista, Principios articula un relato colectivo: el de una ciudad que ha sabido generar un ecosistema creativo vibrante y con sello propio. “Ni Madrid, ni Barcelona ni Londres tienen un plantel como este, que haya mantenido tanto tiempo un nivel tan alto sin abandonar su ciudad de origen”, afirma Vinz. Y esa es, quizá, una de las claves del fenómeno: la posibilidad de construir una carrera internacional sin renunciar a lo local, sin moverse del Cabanyal o de las calles del centro.
La exposición no solo traza una línea entre pasado y presente, sino que también lanza un mensaje de futuro: proteger, estudiar y visibilizar estas trayectorias es fundamental para que el arte urbano siga latiendo con fuerza. Desde los muros de la calle a las paredes del museo, Principios convierte al CCCC en el punto de encuentro de una comunidad artística que lleva años dejando huella en el paisaje urbano y en la memoria colectiva.