El estudio de diseño Stranger & Stranger ha creado una misteriosa botella de vino nueva para los amantes de lo tenebroso. Este packaging no solo está diseñado para beber, si no que es un gran producto para mantener una conversación o con el que sorprender a los invitados.
Este diseño de packaging experimenta con un nuevo formato para los sibaritas del buen vino. Aunque no es el primer diseño de packaging de vino –ni el último– que esté pensado para atraer al consumidor y para crear conversaciones alrededor de la botella (este es el caso de De Bandera, el packaging que te hará escoger entre España y Cataluña), este sí que se adentra en el ámbito de la intriga y de lo perturbador.
La botella se aleja de la corriente estética más habitual en el diseño de etiquetas de vinos –en las que se suele ver ilustraciones o fotografías de los viñedos– para traerle al consumidor nuevas connotaciones que, a priori, no se encuentran en este contexto vitivinícola.
La botella, toda de color negro, no presenta una etiqueta al uso, sino que tiene una serie de marcas por toda su superficie, rascadas en la misma botella. Además, la palabra “Derange” está garabateada de forma desordenada en un lado de la botella. Todo ello, permite al consumidor crear una historia propia y personal detrás del vino, tan misteriosa como quiera: ¿Quién está contando qué? ¿Son los días que ha pasado un preso en una cárcel? ¿Qué motivo le ha llevado allí? ¿Por qué las marcas están en una botella de vino? ¿Ha sido consumido por la locura?…
Esta edición limitada, The Prisoner, se vendía por 100 dólares. Pero las personas que se hayan enamorado de este packaging ya no podrán conseguirlo, pues los ejemplares en venta ya se han agotado. ¿Hasta qué punto el diseño habrá sido el culpable de ello?
Stranger & Stranger es un estudio de diseño y branding especializado en bebidas alcohólicas. Comenzaron en 1994, y desde ese año se dedican a crear productos exclusivos para exitosas marcas. Estos diseñadores se especializan en botellas personalizadas, etiquetas y material publicitario, entre otros productos. Sus proyectos suelen tener en común tonos oscuros, cosa que suele llamar la atención de los clientes. Etiquetan más de mil millones de unidades en un complejo sector. Además, sus productos son muy diversos, pueden ser de bajo coste como los que se encuentran en los supermercados hasta los artículos más lujosos.
Algunos de sus trabajos más destacados son los que han llevado a cabo para marcas como la ginebra Mayfield, cuya etiqueta presenta al diablo tapándose sus fosas nasales. Este tenebroso diseño se agotó en unas pocas semanas.
Asimismo, revitalizaron el diseño de Martini, la famosa bebida alcohólica que mezcla la ginebra y el vermut. Para ello, realizaron un nuevo producto con un toque de glamour pero sin alejarse de la esencia característica de la marca. En esta línea, quisieron crear un vínculo entre el vermut original y la gama de vinos espumosos.