Carolina Giovagnoli presenta los tres primeros estilos de la Weg, una familia tipografía experimental en proceso de expansión.
No puedo evitar la agradable sensación de que la reflexión y el debate sobre las formas de las letras es infinito. Weg, diseñada por Carolina Giovagnoli y editada por Huerta Tipográfica, es una gozosa demostración de ello. Pocos artilugios culturales poseen la potencia conceptual y estética de las letras; de hecho, sin las letras no habría cultura tal y como la conocemos. Es sabido que el paso de la oralidad a la escritura es uno de los episodios esenciales de la historia de la humanidad.
Pero las letras poseen una naturaleza esquiva. O, mejor dicho, dos naturalezas; podría asimilarse a la relación que en Lingüística mantienen los grafemas y los fonemas.
Weg se presenta en mayúsculas y actualmente soporta español, guaraní e inglés, pero se prevé aumentar lenguas. Está construida a partir de una sola línea que conecta las letras entre sí y cuenta con tres pesos, regular, light y thin, de modo que al disminuir, aumenta la legibilidad. En la siguiente etapa de expansión vendrán una serie de patrones construidos a partir de los mismos principios estructurales de las letras, de los cuales ya se pueden ver cuatro a modo de avance. Estaremos muy atentas.
Con la tipografia Weg nos adentramos en el terreno, tan fértil a veces, de las paradojas. ¿Son inmutables las formas de las letras? ¿Debe estar siempre la legibilidad en el centro del diseño tipográfico? ¿Son letras si no se pueden «leer»? ¿Qué sucede si al diseñar letras nos olvidamos de la legibilidad y nos centramos en otros aspectos? ¿Qué es, en definitiva, la legibilidad? Afortunadamente, no hay una única respuesta para estas cuestiones y su mero planteamiento ya excede con mucho la intención de este artículo.
tipografía y legibilidad
Lo advierte la diseñadora para que no haya lugar a dudas: el objetivo de Weg no es la legibilidad, sino el estudio experimental de las formas desde la perspectiva de la construcción. O del sentimiento. De sentir las letras más allá de leerlas. Así, Weg genera unos entramados, sobre todo en el estilo regular, en el que el atractivo estético está atravesado por la tensión propia de lo que posee profundidad y concepto: son letras lo que vemos.
Y es que, quizá, la experimentación tipográfica, que no necesariamente ha de preocuparse por resultar legible, nos descubra aspectos de las formas de las letras que de otro modo permanecerían ocultos. Lo dijimos un poco más arriba: las letras poseen una potencia estética descomunal. Explorar sobre los posibles límites estéticos de estas formas, si la exploración se lleva a cabo con criterio y fundamento, como es el caso de Weg, las letras se adentran en dimensiones por conocer. De acuerdo con esto, dice Giovagnoli en el espécimen que Weg parte de la premisa de estudiar cómo se construyen los glifos y cómo se puede modificar su ductus.