Tipografía posbinaria, un nuevo concepto de diseño tipográfico donde cabe todo el mundo

El posbinarismo es uno de los conceptos más controvertidos de los últimos tiempos. Una teoría que defiende, grosso modo, que la complejidad sexual y biológica humana no se puede limitar a una mera clasificación binaria por sexos, algo demasiado simple y esquemático según los estudiosos del género. Un tema que trasciende lo biológico e impregna otras muchas áreas de reflexión, desde la política a la historia, la educación o el deporte, y que por razones obvias encuentra en la lengua uno de sus principales campos de acción. Siguiendo pues esta línea de pensamiento, hace ya tiempo que esta lucha de superación de lo binario alcanzó a la tipografía, gracias en gran medida a la labor del colectivo franco-belga Bye Bye Binary, quienes desde 2018 trabajan en la intersección entre diseño tipográfico y la investigación sobre el lenguaje desde una concepción posbinaria. La exploración de Bye Bye Binary se centra en hallar nuevas formas gráficas y tipográficas adaptadas a la lengua francesa, pero es extrapolable a cualquier otra lengua, pues se trata, no hay duda, de una cuestión universal. Una exploración que no se ciñe simplemente a crear fórmulas inclusivas de comunicación sino de ir a la raíz misma del asunto y superar el concepto de binarismo y abrir caminos capaces de reflejar la verdadera riqueza y complejidad del ser humano superando clichés, estereotipos y lugares comunes. Y en esta pelea por un mundo más justo, inclusivo y equilibrado, la tipografía juega un papel central. La tipografía es lenguaje materializado y el lenguaje conforma el pensamiento, las ideas, la imagen que construimos del mundo. Y como tal, el diseño tipográfico posee una clara faceta política. Así, la diseñadora gráfica e investigadora francesa Camille Circlude, una de las fundadoras de Bye Bye Binary, acaba de publicar «Tipografía posbinaria. Más allá de la escritura inclusiva», una obra en la que recoge las conclusiones de seis años de experimentos (2017-2023), en el marco de una investigación que no ha concluido y que parte, entre otras, de la premisa de que la tipografía puede ser «una tecnología emancipadora que nos permite resistir la hegemonía y habitar la hibridación de formas». Publicado a finales de 2023 por Éditions B42, el trabajo de Circlude, y en general el de Bye Bye Binary, no se limita a la teoría, sino que se extiende, entre otras aspectos, a la creación de diferentes prototipos tipográficos de creación colectiva que profundizan, por ejemplo, en las estéticas camp, kitsch y queer. Y no sólo se trata solamente de género, sino de inclusión en el sentido más amplio. Así, uno de los modelos tipográficos propuestos, centrado en la legibilidad, está concebido para personas con diversos grados de neurodivergencia que pudieran afectar a la lectura, como la dislexia, la dispraxia o la disortografía. Uno de los aspecto principales de la investigación puesta en marcha por Circlude, en la que también participa el diseñador gráfico y tipográfico Enz@ Le Garrec, y que lleva por título «Tipografía posbinaria: investigación sobre los usos, apropiaciones y polinización de las fuentes», es la continua ampliación colectiva de la tipoteca a través de la cual distribuyen bajo licencias libres y gratuitas un amplio y variado catálogo en el que las fuentes ofrecen glifos como letras «mutantes», ligaduras, «elementos de simbiosis» y otras soluciones utilizadas habitualmente para escribir y componer textos inclusivos a través de la Iniciativa Queer Unicode (QUNI), concebida para poder mostrar la diversidad tipográfica del catálogo bajo un mismo sistema de codificación.

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