Tenemos que confesarlo. Las islas afortunadas nos tienen enamorados. Un lugar con una luz y un tempo muy especial. Con sorpresas y descubrimientos.
En su cuarta edición, TDF ha cogido la forma y el rodaje suficiente como para augurar cierto futuro. Habría que organizar las cosas con más tiempo, pero ya se sabe que el ritmo canario es muy diferente del peninsular. Como cada año, lo más importante es descubrir que el interés del festival es unir. Unir artesanía con diseño, producto con gráfico, reciclaje y medio ambiente…
Destacan este año las conferencias en el impresionante Teatro Guimerá con un lleno respetable [300 asistentes] y con un cartel diverso y multidisciplinar. para abrir bocado, PalauGea, con Víctor Palau y Ana Gea mostraron lo que hay detrás del diseño y la estética: los resultados. Continuó Clase BCN, con Daniel Ayuso, que repasó un par de proyectos en los que demostró la solvencia y solidez gráfica del estudio catalán. Álvaro Sobrino [Revista Visual] deleitó con su disertación sobre diseño y felicidad. Es un agitador que despierta conciencias.
La sesión continuó con Jose Luis Martínez que presentó su futuro libro Vendiendo se entiende la gente [Ed. Alaba 18,50 €] donde demostró que la crisis no es tal y que en el fondo todo es posible. Su experiencia como jugador de baloncesto internacional le ha dado el conocimiento que aunque falte un segundo siempre se puede ganar. Apparatu mostró sus cerámicas y como de los errores se evoluciona hacia la perfección. Domingo Ayala deleito a todo el mundo con sus complementos hand made y capacidad de proyección mundial desde Canarias. La pregunta que cada año se repite, Domingo la despejó claramente: se puede trabajar desde Canarias. Él es la prueba.
Finalmente el enorme Stephen Burks, un cabeza de cartel impagable, con esa presencia escénica que solo los neoyorquinos parecen tener, nos descubrió cómo funciona su relación entre pequeños artesanos africanos que diseñan para grandes empresas multinacionales. Burks ha sido considerado por la prensa anglosajona como el primer afroamericano que influyó en el diseño. Él dice que fue el primer ‘negrito’ que le vendió algo a la industria del diseño. Genera productos con un universo híbrido, artesal y tecnológico. Para tenerlo presente.
Lo demostró sobradamente con la pieza que realizó junto a Carmen, una tinerfeña que hace ‘rosetas’ de encaje, y que Burks transcribió con la ayuda de emigrantes llegados a Canarias con patera en una enorme pieza. Verdadera obra de integración y unión.
La exposición B/ank Paper que abrió el festival la tarde del jueves juega con los términos en inglés banco, papel y tinta y en ella se pretende destacar el papel subversivo que siempre han tenido las revistas de autoedición. Desde Pajarita de papel a Mecánica hay una infinidad de revistas publicadas y diseñadas en Canarias, algunas de ellas se pueden ver en las paredes de TEA y unas responden a corrientes de vanguardia internacionales y otras a experiencias artísticas de ámbito local.
La vida de los objetos presentó su colección en la librería del inmenso Tenerife Espacio de las Artes [TEA]. Un proyecto de Betta Marzio, directora creativa, que da vida a este proyecto, donde el creador se encuentra con el articultor [es decir, aquella persona que compra el artículo y que posteriormente convive e interacciona con el objeto, generando un vínculo]. Comprando un objeto online, puedes participar en el networking de ‘lavidadelosobjetos’ enviando una foto de tu objeto en su nueva casa, su ubicación en el entorno (espacio), presentando quiénes son sus nuevos amigos, y para quién se atreva, revelando la identidad de su articultor…
Los talleres en TDF son la ejemplificación del interés que tiene el festival por integrar y unir conceptos. TDF es un festival interesante conceptualmente. Integrar, combinar y unir son las palabras clave. Una pena que la distancia resulte insalvable para unir islas y península.
Actualizado 30/04/2021