«Mamá, ¿por qué ese señor duerme en la calle?». Hay preguntas fáciles de formular y de muy difícil respuesta. Yago le disparó ésta a su madre cuando sólo tenía seis años y la recogió la editora y narradora Ana Griott porque no había ningún libro que le diera respuesta. Así nació Sin dirección, un álbum ilustrado por personas sin hogar que reflexionan sobre lo que es un hogar cuando no lo tienes.
No es un álbum ilustrado al uso. Es diferente. «Especial», dice Ana. Crudo cuanto menos. Y difícilmente dirigido a público infantil… «¿O sí?», se plantea. Un puente, una botella de alcohol con superpoderes, una mano tendida, una jeringuilla o la caja de cartón de una nevera son las ilustraciones a línea, y en un duro blanco y negro, que forman parte de este libro-postal que pretende visibilizar el ‘sinhogarismo’ y prevenirlo también en los jóvenes.
«Cuando creces, notas que tienes una casa pero no tienes un hogar porque las normas impuestas no se acuerdan contigo. Y cuando buscas un hogar, es fácil acabar en la calle», explica esta editora que sabe de lo que habla porque con 15 años, y por voluntad propia, decidió vivir 365 días en la calle.
Ana dirige desde hace un lustro Libros de las Malas Compañías, una editorial que, a través de su colección La gente también cuenta, pretende dar luz a colectivos invisibilizados o poner el foco en situaciones que no se quieren mirar o de las que no se quiere hablar.
El año pasado decidieron abordar el autismo y editaron La carrera y este año el tema de la colección ha sido el sinhogarismo. «Queremos visibilizar lo invisible a través de la literatura. Hoy en día no queremos ver a la gente sin hogar porque es muy fácil acabar en su situación: por una hipoteca, por perder un trabajo, por una enfermedad mental, por el alcohol…». Griott habla de la ‘aporofobia’, el término que acuñó la catedrática Adela Cortina hace más de 20 años para referirse al rechazo al pobre.
Para combatirlo, lanzaron un concurso de proyectos y vieron que quienes mejor ilustraban qué significa vivir en la calle son las personas que lo padecen día día. Sin caer en tópicos. «Queríamos dar voz a los sin voz. Están hartos de contar cómo llegaron a la calle», argumenta Ana. Por ello, el proyecto ganador fue el resultado de un taller de dibujo realizado en el albergue madrileño de San Martín de Porres, en el barrio de Carabanchel, y que recibirá el 4% de las ventas del libro.
Se realizará un segundo taller para crear los textos del libro. Se llamará Sin dirección y se publicará en otoño, coincidiendo con la celebración de los actos por el Día Internacional de las Personas Sin Hogar. Para esta misma fecha, la editorial tiene prevista la publicación de Hogar, un álbum ilustrado por Pablo Caracol dirigido a público infantil —esta vez sí— y que también reflexiona sobre los motivos que pueden llevar a una persona a perder su techo.
Ana explica que Sin dirección tiene doble significado y que, reflexionando sobre el concepto, se planteó una segunda pregunta: ¿Cómo se puede hacer llegar una carta a una persona que no tiene buzón ni dirección postal? El interrogante es retórico. Es imposible. Y para visibilizarlo, han planteado una publicación de ida y vuelta, donde las personas sin hogar recibirán respuesta de los lectores.
El libro estará compuesto por postales, donde la mitad de ellas estarán escritas y la otra mitad no. Éstas servirán como respuesta que los lectores enviarán a un código postal para que las personas sin hogar, por las que preguntaba Yago, puedan recibir de una vez una postal la próxima Navidad.
→ librosdelasmalascompanias.com
Actualizado 11/07/2019